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El G20 medirá los desequilibrios financieros que impiden salir de la crisis

19/02/2011 Los ministros de Finanzas del G20 acordaron este sábado establecer indicadores para vigilar los desequilibrios financieros que amenazan la salida completa de la crisis económica mundial y que permitan tomar decisiones políticas para corregirlos

PARÍS (EFECOM). En una reunión que concluyó en París, los representantes del Grupo de los 20 decidieron crear cinco áreas en las que posteriormente, el próximo mes de abril, se diseñarán directrices que guiarán la toma de medidas en cada país.

Aunque la amenaza de varios países emergentes -sobre todo China- sobrevoló la reunión del G20 bajo presidencia francesa en forma de fracaso, finalmente los reunidos lograron un consenso que, matizaron, tendrá en cuenta "las circunstancias nacionales o regionales".

Pero las directrices "indicativas" que se tienen que aprobar ahora en la próxima cita del G20 en abril no incluirán "objetivos", tal como se precisa en la declaración final de la reunión celebrada en la capital francesa.

Los indicadores que finalmente tuvieron en cuenta los ministros y gobernadores de bancos centrales incluirán los datos de deuda pública y déficit fiscal, la tasa de ahorro y deuda privada y los desequilibrios externos.

Estos observarán específicamente los desequilibrios comerciales, los flujos y transferencias netas de inversiones y tendrán en cuenta los tipos de cambio y las políticas monetarias y fiscales, precisó el comunicado final.

Bajo la guía de lo que señalen esos indicadores ahora acordados los miembros del Grupo de los 20 pretenden hacer que los países miembros y asociados vigilen la evolución tanto de sus datos macroeconómicos internos como de los externos.

El diseño de estos indicadores tuvo especialmente en cuenta las presiones de China, que durante las horas previas al final de la reunión, hicieron temer por el fracaso de los objetivos que se había planteado alcanzar la presidencia francesa del G20.

"Estamos muy satisfechos del resultado conseguido", destacó en nombre de la presidencia francesa del G20 la ministra gala de Economía y Finanzas, Christine Lagarde, al presentar el resumen de la reunión.

Lagarde destacó haber incluido la referencia a los tipos de cambio, frente a la oposición de China al describir la composición de la lista de indicadores.

La ministra francesa insistió en que todos ellos se van a tener en consideración para establecer políticas económicas que permitan un crecimiento "fuerte y sostenible" la deuda y el déficit público por una parte, el ahorro y la inversión por otro y por último la balanza comercial y el saldo de las inversiones corrientes.

"Todos ganamos con un crecimiento equilibrado" porque con la situación actual "estamos seguros de que vamos a crear otra crisis", explicó para justificar la pertinencia de estos indicadores.

Preguntada sobre qué es lo que consiguió levantar las suspicacias de China, que se había manifestado en contra de que se incluyeran alusiones al tipo de cambio, Lagarde respondió sólo que esa cuestión fue objeto de "discusiones y negociaciones" que se prolongaron desde el viernes y hasta el sábado.

El acuerdo "es equilibrado porque no pone el acento exclusivamente en el tipo de cambio o en la balanza de pagos (...) y no estigmatiza a nadie", precisó.

Además, reconoció que los indicadores no establecen limitaciones de obligado cumplimiento, en respuesta a las declaraciones del viernes del ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, en las que señaló que no quería que establecieran restricciones cifradas, sino sólo recomendaciones.

Respecto a la prioridad de la presidencia del G20 de poner en marcha una reforma del sistema monetario internacional, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, dijo haber constatado que "todo el mundo está de acuerdo en que debe haber una canasta (...) con divisas convertibles".

Pero "por ahora no hay ninguna conclusión, puntualizó a la pregunta de si se incorporará el yuan, cuyo tipo de cambio no cotiza libremente, sino que está directamente controlado por las autoridades de Pekín. "Volveremos a hablar seguro en octubre y a finales de año", concluyó en alusión a próximas citas del G20.

Los reunidos reflejaron en el texto final de la reunión las preocupaciones por la volatilidad de los precios de algunas materias primas, unos de los principales motivos de inquietud de algunos países emergentes, que coincide que son también productores de aquéllas.

Sin embargo, la única mención que hicieron fue la de encargar informes sobre las causas que provocan esa volatilidad de precios de materias primas que están en el origen de la inseguridad del futuro del abastecimiento alimentario.

"Reiteramos la necesidad de que haya inversión a largo plazo en el sector agrícola de los países en desarrollo", es la mención al respecto de un problema de gran preocupación no sólo en esos Estados, sino en muchos del mundo desarrollado, en el comunicado final.

El texto se fija más en la necesidad de que en los suministros de crudo se mejore la calidad, la fiabilidad y el tiempo de entrega y se menciona específicamente que se deberán hacer recomendaciones concretas en octubre próximo con el fin de reducir la volatilidad de los precios también en los ámbitos del gas y el carbón.

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