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VALENCIA (VP/EFE). La última jornada de la Semana de la Moda de Valencia estuvo dedicada a los jóvenes diseñadores que, en la llamada "zona D" para talentos emergentes, presentaron sus colecciones cargadas de significado, desde la filosofía punk de Nerea Lurgain hasta propuestas que rememoran las enfermeras de la Segunda Guerra Mundial, de Alfred Besora-The Duke.

Los nuevos creadores de moda se disputaron en pasarelas compartidas 'non stop' el premio que se concede, una vez finalizados todos los desfiles, al Mejor Diseñador de la "zona D" y que supone la participación en el calendario oficial de desfiles de la pasarela de Valencia en su próxima edición.

Ayer le tocó abrir la pasarela a las prendas "para gente que busca el significado de las cosas" de Nerea Lurgain, que con su colección "Let me be", presentó siluetas sencillas con colores oscuros como el negro y el azul marino, protagonistas del movimiento punk que evocan.

Frente a la oscuridad del negro, se contrapone el "rayo verde" y el rojo chillón de Cecilia Renau en su colección "Le Rayon Verd", o el azul petróleo y el borgoña, de Penélope Almendros, de su apuesta "Now we're bounded".

Ambas llenaron de color el desfile en el que la diseñadora castellonense presentó tonalidades "apreciables en la puesta del Sol", inspirada en los años 80 parisinos y con cinturas marcadas, faldas pantalón, mangas quimono y grandes solapas.

Con volúmenes disparados, corsés que pierden su función reductora y se convierten en cazadoras, Penélope Almendros exploró cada patrón en una colección en la que los elementos se van repitiendo y completándose entre sí, con un colorido llamativo contrapuesto al negro.

En este desfile compartido, el toque teatral lo ha puesto Alfred Besora-The Duke con su colección "Asylum", que recuerda el personal sanitario de la Segunda Guerra Mundial y el mundo monacal, con volúmenes anchos en tejidos planos y de poca textura, donde las cruces o los emblemas médicos rojos y verdes que destacan.

"Recuerdos de futuro", de Maudit, también retorna al pasado inspirado en una historia de amor de un campo de concentración de Auschwitz, y muestra unos valores y una estética underground urbana con formas holgadas, superpuestos y de gran longitud, de lana o algodón combinados con mezclas sintéticas.

La joven promesa valenciana Guillermo del Mar también nos invita a un viaje, con su colección "Bon Voyage", en la que el volumen es el eje principal con cinturas femeninas originales y con el negro como vínculo, pero combinado con tonalidades salmón o el oro estampado.

Las apuestas en la zona D también incluyen inspiraciones de la Edad Media, de Asta Masiulyte con "El otoño suave", donde el punto es el gran protagonista, o prendas prácticas para el trabajo, de Die Kosmonautin Laika, que presenta "Drei", ausentes de pomposidad.

Saliendo de la "zona D", los desfiles de la tarde se completan con las apuestas de Retal Reciclaje Creativo y Georgina Vendrell con sus colecciones "El hombre nómada" y "Soho", que presentan formas puras en marrón o verde ácido, de terciopelo y algodón, y prendas con un punto transgresor, respectivamente.

La cultura maya también está presente de la mano de Paolo Coppolella, quien, con su colección "El día de los muertos" -inspirada en la más antigua celebración de la cultura mexicana-, hace uso de algodones, lana, felpa y punto.

Y de México a un Berlín prebélico, con cuadros lisos y pelo sintético, en una colección "Hurt", de Julio Almiñana, que une texturas cálidas con colores que reflejan el frío de la temporada, combinando algunos tonos más alegres como el rojo.

El broche final lo pone Joaquín Martínez con su colección "Optical city", que mezcla las formas tradicionales y la arquitectura vanguardista.