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VALENCIA (EP). El Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) se sumerge en un mundo onírico y explora la sensualidad femenina de Victoria Civera a través de cerca de un centenar de obras entre objetos, dibujos, pinturas de pequeño y gran formato o piezas escultóricas que repasan su trayectoria y resumen su vida en busca del 'yo' personal, siempre en ese "subir y bajar de realidad a la fantasía".

La artista valenciana ha presentado así la muestra 'Sueños inclinados' -en cartel hasta el 17 de abril-, junto a la directora gerente del museo, Consuelo Císcar, y el comisario Kevin Power.

Civera expone una selección del trabajo que ha realizado durante los últimos 20 años en un recorrido escenográfico "visualmente para dejarse llevar por la sensualidad de las cosas". En el "cruce entre sueños y realidades", inventa su propio universo de signos y símbolos, en un tono "alegre" y a la vez "poético", que se adentra en las contradicciones del artista a la hora de "construir algo".

'Sueños inclinados' arranca con la pieza que da nombre a la exposición, formada por unas cajas en el suelo que se extiende hasta el techo a través del reflejo de sus láminas de acero inoxidable. Son continers cuyas paredes reflejan franjas colores y su parte superior es un plano inclinado de acero que "hace que nuestra mirada suba y baje según estemos situados".

Esta pieza resume de forma "simbólica" el trabajo de Civera, que revela una "constante relación de subir y bajar de realidad a fantasía y viceversa". Sintetiza un "vaivén o trama" recurrente en ella, ha confesado.

A lo largo de la muestra se pueden recordar los inicios de la artista valenciana en Nueva York, donde realizó sus "primeras pinturas germinales". "Van sugiriendo del silencio, parten del objeto pequeño, tocado, minúsculo", como "en voz baja", ha apuntado.

Piezas-esculturas en forma de gran zapato rinden "homenaje a la mujer, al sexo femenino, a la sangre, a aquello que nos es común cultural y biológicamente", como también pinturas de gran formato con tema sobre la mujer, ha agregado.

Gran parte de la obra de Civera tratan la figura femenina representada de manera "ensoñada" y "natural", pero "nunca como propuesta radical feminista. Me gusta sacar lo que soy como mujer", ha puntualizado.

El repaso expositivo no podía dejar de los pequeños objetos cotidianos transformados en un concepto artístico diferente que incorporan materiales como cuero cosido, plástico, papel, goma, poliéster, vinilos, pinturas industriales, yeso, tejidos, algodón o fotografías polaroid.

Algunos de estos objetos se incorporan a su vez en grandes instalaciones como la impactante, y en su momento polémica, 'Gallinero' (1995), que formó parte de la exposición 'Cocido y Crudo' en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

El IVAM reúne así desde las obras de sus inicios en los años setenta, cuando empezaría a experimentar con la pintura figurativa y propuestas cercanas al 'action paiting' y a la pintura neoexpresionista en obras de gran formato.

Alterna la pintura con pequeños objetos infundidos de la fragilidad de la vida, la experiencia o el amor. A su lado, se descubre un cambio en Civera desde las formas antropométricas hasta las más etéreas con nuevos materiales, para desembocar en su voluntad escenográfica y constructiva de lugares propicios a la emoción en su peculiares instalaciones.

Precisamente, el comisario Kevin Power ha destacado la escenografía de 'Sueños inclinados' que a ritmo de "pasos musicales como de sonata onírica, de la que emana alegría y fantasía a la vez que sombras".

Según Power, Civera imprime a su trabajo" imaginación, concentración y transformación" a partir de "cosas domésticas o callejeras" o incluso de "elementos del arte mismo como pigmentos" y los "transforma y les da otro valor ético". Ha destacado también el "juego continuo entre lo sexual y los órganos sexuales pero no como centro del argumento, sino llevado a lo sensual", ha matizado.

En 'Sueños inclinados' "contemplamos una autobiografía de la artista a parir de un mundo imaginario que ha creado para revelar sus secretos más íntimos y que nos posibilita encontrar una explicación entre sus obras y su vida, ha concluido por su parte, Consuelo Císcar.