Plaza Privada / MARÍA COSTA. 17/04/2010

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VALENCIA. "Estamos en un momento fascinante, creando el I+D de las entidades financieras, ya que la ausencia de normas jurídicas que soporten las nuevas figuras del sistema financiero está obligando a legislar", dice Patricia Motilla, socia del despacho de abogados Cuatrecasas, Gonçalves Pereira. Fue tenista profesional y entrenó, entre otras, con Arancha Sánchez Vicario y Elena Guerra. Le encanta el tenis, los caballos y el esquí e intenta transmitir a sus dos hijas las ventajas que ella ha disfrutado con la práctica del deporte.

 

-¿Los números son su fuerte?
-La verdad es que mi pasión es el Derecho Tributario y Financiero, donde los números apenas se ven. A los asesores fiscales y financieros lo que nos gusta es el Derecho.

-¿Qué fue, casualidad o vocación?
-Ambos. Mi elección fue Derecho y concretamente Penal donde destaqué con buenas notas. Al acabar la carrera y a diferencia de mis compañeros, quise seguir estudiando. Empeeé a trabajar en KPMG  y mi primer cliente fue Citibank. Y sin casi elegir me fui especializando en esta área. Actualmente he descubierto que me encanta y no haría otra cosa.

-¿Por qué hay tan pocas mujeres en los consejos de administración de las empresas que cotizan en bolsa?
-Yo le diría más ¿por qué hay tan pocas mujeres socios en grandes empresas? Creo que sigue siendo muy difícil para la mujer acceder a determinados puestos de trabajo cuando el esfuerzo y el sacrificio que tenemos que hacer es el mismo que hacen ellos.

-¿Los padrinos siguen siendo necesarios?
-Bueno, cuando eres 'hija de' puede ser fácil llegar, pero luego tienes que mantenerte y eso supone un gran esfuerzo sobre todo en el caso de multinacionales o empresas del Ibex. Una vez escuché a una política afirmar que aunque podíamos hablar de igualdad laboral, también era cierto que a diferencia del hombre cuando una mujer lograba un alto cargo era porque era excelente. Lo que si tengo claro es que el esfuerzo que hace la mujer por llegar lejos, mantener su posición y además dirigir la vida familiar no lo hace un hombre.

-En su caso, ¿la capacidad de esfuerzo nace o se hace?
-Obviamente te lo inculcan. Estudié en el Liceo donde aprendí a pensar y razonar, nunca me animaron a memorizar. Más tarde fui jugadora de tenis profesional y de alto rendimiento; y eso conformó mi concepto de la vida. Para mi todo es una cuestión de no perder el tiempo.

-¿Con un padre deportista fue más fácil?
-Fue natural. Mi padre, Estanislao Motilla, fue delantero centro del Valencia C.F y en casa hacer deporte era habitual. Empecé jugando los fines de semana en el Club de Tenis Valencia. Y fue el propio club el que me apuntó a mis primeras competiciones. Fui ganando y todo se puso más serio sobre todo en primera nacional.

-¿A qué edad colgó la raqueta?
-A los 18 años. Mi padre me recordaba que con 30 años se era muy joven para la vida y muy viejo para el deporte. En aquellos tiempos se priorizaba el deporte en detrimento de los estudios y se escuchaba frases como que "un año de estudios se recupera y uno de tenis no". Y aunque hoy en día no estoy de acuerdo entonces se consideraba cierto. Fue duro abandonar porque a esa edad los deportes de competición te generan muchas expectativas e ilusiones.

-¿Qué le ha aportado la alta competición a la vida cotidiana?
-Muchas cosas. Estoy convencida que el deporte de alto rendimiento te educa para la vida porque al final lo que aprendes es disciplina, esfuerzo, espíritu de superación y constancia; y eso es lo que estoy transmitiendo a mis hijas. En el trabajo no hay muchos genios y si quieres triunfar tienes que ser hormiguita y constante. Ah, también ayuda a no perderte en determinados momentos conflictivos de la vida.

-¿Después de 20 años de práctica profesional no se cansa de tanta ley?
-Ahora estoy en una fase profesional en la que estoy disfrutando mucho. Trabajo muchísimas horas, quizá más de lo normal, pero desde mi perspectiva estamos haciendo un poco de historia. El sistema financiero español está cambiando y estamos haciendo I + D porque nuestra regulación normativa interna no recoge las nuevas figuras jurídicas que se están creando. Hay un amplio equipo de profesionales trabajando en algo que no existe en España y está siendo muy interesante.

-¿Qué futuro le ve a las entidades de ahorro?
-Creo que las cajas de ahorro tal y como las conocemos hoy en día van a cambiar, y ello acabará por fortalecer aún más el sistema financiero español. Hace poco el gobernador del Banco de España decía que son muy necesarias las agrupaciones entre las entidades financieras para salir fortalecidos y despegar.

-¿Volverá la fiebre del crédito?
-Sí, es fundamental para consumir o reinvertir en negocios. La misión del banco es prestar dinero y poco a poco lo están haciendo. La reorganización devolverá estabilidad.

-En la Comunidad Valenciana hay multitud de cooperativas de crédito, ¿no cree que son muchas para tan poca tarta de pastel?
-Es posible. Hay que tener en cuenta que el espíritu de creación de las cooperativas de crédito fue  prestar servicio a los socios cooperativistas agrícolas y eso las multiplicó. Hoy las grandes cooperativas actúan como entidades financieras, pero gozan de un régimen especial y pagan menos impuestos.

-¿Por qué la mayoría no lee los contratos que les hacen firmar las entidades financieras y luego cuando la inversión sale rana se monta en cólera?
-Buena pregunta. Yo me lo leo todo. No sé porque la gente piensa que una entidad financiera nunca se equivoca cuando no es así, les pasa como a todos.

-¿Habría que contratar a un asesor para entenderlo todo?
-Desde luego existen productos financieros que son tan complejos que requieren asesoramiento. El propio Banco de España obliga al inversor en determinados productos estructurados complejos el asesoramiento de un especialista para entenderlo.

-¿La canción del verano podría ser Bancaja se fusiona con la CAM?
-No creo. Esto son decisiones que tienen que tomar directores generales, presidencia y comunidad autónoma, pero desde mi punto de vista es mejor tener, como tenemos, dos cajas de ahorro muy potentes.