20/01/2011 El exgobernador del Banco de España insta a las entidades financieras a que sean "transparentes" sobre sus exposiciones y demuestren que son capaces de poner encima de la mesa los recursos que son necesarios, incluso en los casos más difíciles

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MADRID (EP). El director general del Banco Internacional de Pagos (BIS), Jaime Caruana, se mostró partidario de que las cajas de ahorros accedan a los mercados utilizando el modelo bancario, ya que en un momento como el actual en el que el acceso es complicado, el modelo de los bancos españoles es "perfectamente conocido".

En el Foro ABC, Caruana no respondió si es partidario de que las cajas de ahorro se conviertan en bancos y recalcó que uno de los problemas que siempre han tenido las cajas es el acceso a los mercados, algo que en la coyuntura económica actual se ha vuelto bastante "difícil".

Por este motivo, consideró que lo mejor sería que las cajas accedan a los mercados con modelos de negocios "lo más parecidos" a los que los mercados conocen, porque va a ser "muy complicado" intentar convencer de instituciones complejas. "En la medida que la reforma vaya a modelos más conocidos por los mercados, más fácil será resolver uno de los principales problemas, que es el del acceso a los mercados", explicó.

Además, instó a las entidades financieras a que sean "transparentes" sobre sus exposiciones y demuestren que son capaces de poner encima de la mesa los recursos que son necesarios, incluso en los casos más difíciles. "Si eso se hace, se ganaría más confianza", incidió Caruana, quien recalcó que es mejor "transparencia que incertidumbre".

Respecto a las pruebas de resistencia que se van a realizar a las entidades europeas antes del verano, no quiso aclarar si será necesaria la recapitalización de algunas entidades e instó a esperar al resultado de las pruebas.

Sin embargo, quiso recordar que la función de estos test es aportar transparencia y mostrar que, en los peores supuestos, existen los recursos suficientes para resolver los problemas.

Caruana también defendió la reforma del sector financiero propuesta por Basilea III, pero recordó que no sustituye a las que deben realizar las propias entidades en su gestión de riesgos y en su propia gobernanza.

Asimismo, se mostró partidario de que la distorsión que supone la presencia del sector público en las entidades después de la reciente crisis económica debe ser resuelta y reducirse así su capacidad de intermediación.