La cita de este año se produce en un contexto de desconfianza de los mercados hacia la economía española que en los últimos días ha visto dispararse la prima de riesgo de su deuda ante la incertidumbre sobre la capacidad de Portugal de evitar un rescate -que ya han necesitado Grecia e Irlanda- y las inminentes subastas de deuda pública que acometerán esta semana varios países de la periferia del euro, incluido España.
Asimismo, las reformas y ajustes que el Ejecutivo ha emprendido para afrontar la crisis del euro han provocado un clima de enfrentamiento con los sindicatos, que el pasado mes de septiembre ya convocaron una huelga general y amenazan con nuevas movilizaciones si el Gobierno sigue adelante con su intención de retrasar a 67 años la edad legal de jubilación con la próxima reforma de las pensiones, una situación que el Gobierno trata de evitar con una intensa ronda de reuniones en los últimos días.
En este contexto, Zapatero aprovechará su discurso para volver a pedir la colaboración de los agentes sociales, económicos y políticos, para hacer frente a las reformas pendientes que, más allá del ámbito laboral, se extienden al terreno energético y a la recta final de la reestructuración del sistema financiero.
El presidente reconoció en su última comparecencia en el Congreso de los Diputados que España necesitará cinco años para corregir los desequilibrios estructurales de la economía, por lo que queda por delante un lustro "decisivo" para la prosperidad y el bienestar de los españoles.
El primer 'Informe Económico del Presidente del Gobierno' se presentó el 16 de abril de 2007 en la Bolsa de Madrid. Zapatero quiso dejar claro en aquel momento que se trataba de una iniciativa que "comprometerá ya en el futuro" a los jefes del Ejecutivo con independencia de su identidad política y se convertirá en una "sana" tradición.
Al año siguiente, el presidente del Gobierno volvió a presentar el nuevo informe económico, pero esta vez el escenario fue el Consejo Económico y Social (CES), donde en mitad de lo peor de la crisis económica, Zapatero aprovechó para anunciar un paquete de reformas y la congelación del sueldo de los altos directivos de la Administración y del empleo público.
La cita de 2009 se produjo, no obstante, en el Palacio de la Moncloa, donde Zapatero aseguró que se estaban produciendo los primeros signos de reactivación en todos los países y adelantó el "inminente" regreso del PIB a un escenario de tasas positivas.
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