Plaza Privada / MARÍA COSTA. 10/04/2010

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VALENCIA. Salvador Broseta empezó en noviembre de 2009 en la alta política. Pasó de asesorar a Jorge Alarte en materia de comunicación a secretario general del PSPV-PSOE en la ciudad de Valencia. En la otra cara de su vida se entretiene con el cine de y con el futbol. Juega como centro campista en una liga amateur con amigos de la juventud. Su misión en cada partido es repartir juego y esto es lo que también practica en su vida cotidiana. Le encanta polemizar y tiene fama entre sus compañeros de hombre tranquilo y apaciguador de discrepancias. Cada día disfruta con su pequeña Ana como padre primerizo. No suele quejarse y en todo caso si lo hace es de las políticas del PP.

-Empecemos por el final, ¿cree que es bueno ver a los políticos peleándose con la policía en manifestaciones como la del Cabañal?
-Los líderes políticos tienen que ser un reflejo de la sociedad y no tienen por qué guardar la imagen de nada. Un político es lo que es y tanto puede defender su postura mediante discursos o en la calle con los ciudadanos.

-¿Se considera un político al uso?
-No. Mis modelos son líderes socialistas que han conseguido que viviéramos en la sociedad en la que estamos. Desde Felipe González y Alfonso Guerra hasta José Luís Rodriguez Zapatero. De todos modos quiero labrarme mi propio perfil y eso se forjará en función de las decisiones que vaya tomando.

-¿Tiene algún primo, amigo o conocido empresario?
-Por supuesto.

-¿Y qué opinan de la subida del IVA?
-Depende de quien sea. Desde luego no es una medida popular, pero hay que valorarla en su justa medida. Algunos dirigentes del partido que la justifican la comparan con otros países europeos y sostienen que España es un país en el que se pagan pocos impuestos. Su visión hace que veas el tema desde otra perspectiva.

-¿Para estar en un partido político hay que darle siempre la razón al jefe?
-No.

-¿En qué no coincide usted con Jorge Alarte?
-Bueno. Son cosas distintas. No siempre hay que darle la razón, lo cual no quiere decir que no coincida con Jorge Alarte en algunas cuestiones.

-De jefe de prensa del Ayuntamiento de Alacuás a director de comunicaciones del PSPV; a jefe de ideas y contenido del partido; a probar la política en primera línea, ¿por qué?
-Porque llevo militando en este partido desde 1996 y cuando piensas que puedes contribuir a mejorar la sociedad te lanzas a experimentar la política en primera línea. Sé que para cambiar la sociedad hay que estar en política y ganar unas elecciones y para eso estoy aquí.

-Sin embargo usted quería ser historiador...
-Y lo soy.

-¿Serán otros los que escriban su historia?
-Eso es lo interesante. La Historia es mi vocación y la política es únicamente un paréntesis.

-¿Qué le gustaría escribieran de usted?
-Que conseguí que la sociedad fuera un poco mejor.

-¿No es simplemente una utopía?
-Sí, pero es lo que pienso.

-¿Qué puede aportar diferente a sus predecesores?
-Muchas cosas. En esta ciudad lleva gobernando el PP 20 años y pensamos que con el PSPV las cosas serían distintas. Esta ciudad necesita nuevas ideas, creatividad y vanguardia y Rita Barberá no las tiene sólo ha proporcionado una ciudad escaparate.

-Insisto: ¿no es el mismo discurso de sus antecesores socialistas?
-Es posible. Ellos lucharon y se dejaron la piel para que las actuales generaciones viviéramos mejor y me siento identificado con ellos.

-¿Qué tiene que hacer un político de hoy para ser creíble?
-Ser coherente en las propuestas y llegar hasta el final defendiéndolas.

-¿Cuál es el político más creíble para usted?
-Siempre me llamó la atención Olof Palme y su papel en el desarrollo del concepto de socialdemocracia y desarrollo del estado del bienestar.

-¿Qué valor por excelencia debe regir una profesión pública?
-El servicio a la ciudadanía.

-¿No le parece todo muy general y de libro?
-(Risas) Es lo que creo. Me dedico a la política porque quiero y creo que tengo algo que aportar.

-¿Si le pidieran votar algo que va contra sus principios acataría la disciplina de partido?
-No, los principios de las personas están por encima de la disciplina de un partido. Ahora también es cierto que soy una persona muy disciplinada.

-¿Cómo se prepara uno para ser político?
-En principio tiene que ser vocacional. No existe un master, pero sí caminos para perfeccionarse. Desde la imagen exterior, la manera de comunicar, que los conocimientos de las distintas áreas sean cada vez más sólidos, el cómo afrontar una entrevista, conocer mejor la Administración...

-O sea, cómo cualquier médico, arquitecto, abogado...
-Pero tiene que ser vocacional, hay mucha gente que trabaja en profesiones no vocacionales. Obviamente no creo en los políticos que piensan que pueden estar en un partido como podrían estar en otro.

-¿Le apetece polemizar?
-Me encanta.

-Antiguamente los políticos eran expertos en las materias que defendían, lo que contribuía a generar mejores discursos y elevar el nivel político y administrativo,. Sin embargo actualmente no es necesaria una gran preparación para ser político y hablar de fiscalidad, de las Socimis o del medio ambiente. ¿Cree que es un avance?
-Lo importante no es conocer las cuestiones técnicas porque para eso se cuenta con asesores, sino la decisión política última y saber dónde hay que llegar. De todos modos discrepo sobre la preparación de los políticos de antaño.

-¿Usted confía su estado de salud a una persona no licenciada o su caso a un estudiante de Derecho?
-Por supuesto que no, pero por eso se elige a los mejores políticos. Eso sí, siempre y cuando el partido practique la democracia interna como es el caso del PSPV, donde los líderes actuales han sido designados tras un proceso democrático. De todos modos discrepo con usted en que la política es una profesión. Son los ciudadanos los que deben elegir a uno de sus iguales como representante o gestor de la Administración independientemente de su preparación técnica.

-En una profesión se cobra, si no tiene que profesionalizarse ¿por qué viven de ella?
-La política es un periodo de la vida, no es una profesión. Es una vocación o dedicación y complementaria de la profesión.