LONDRES. Asfixiados entre la espada de la crisis y la pared de los mercados, los municipios británicos han forzado al gobierno de Cameron y Clegg a aprobar la llamada "financiación por futuros impuestos". Los ayuntamientos podrán buscar crédito en el sector privado a cambio de comprometerse a devolverlo mediante aumentos de impuestos
El condado de la comarca de West Lothian, en Escocia, ha abierto la temporada de venta de matrículas para automóviles, muy buscadas por los conductores caprichosos para sus coches de lujo. Su presupuesto para este año se les ha quedado corto y necesitan 60 millones de libras esterlinas, o 71 millones de euros, para cuadrar los libros. En Edimburgo, los funcionarios del departamento de contabilidad aseguran que de esta misma manera podrían conseguir más de 700.000 euros de golpe y aligerar las necesidades más urgentes de una deuda de 1.400 millones.
Emma Boon, representante de la Alianza de los Contribuyentes, reclama que los ayuntamientos "busquen fondos hasta debajo de las piedras", porque "en la situación financieraa que atravesamos, sería injusto esperar a que los que pagamos los impuestos continuemos cumpliendo con nuestro deber mientras las autoridades locales se relajan cómodamente". Pero ¿aumentar más aún a deuda es la respuesta?
Lo cierto es que el estado de las haciendas locales no parece gozar de mejor salud en Gran Bretaña que en su vecina menor, Irlanda. Así, la Asociación de Ayuntamientos ha exigido al Tesoro que rompa las cadenas a la deuda municipal que otro gobierno conservador, el de Margaret Thatcher, impuso en la década de los ochenta para ejercer control absoluto sobre el gasto en pueblos y ciudades. Hasta ahora, su financiación a largo plazo estaba centralizada bajo un vehículo de crédito único, el Public Works Loans Board (PWLB). Antes del próximo verano, sin embargo, el coto se abrirá, y los ayuntamientos gozarán de la oportunidad de salir a la caza de crédito privado a cambio de la expansión futura de sus ingresos fiscales. Les presentamos la 'Tax Increment Financing', o TIF.
CUANDO EL RIESGO FUNCIONA
La fórmula TIF consiste en atraer inversiones privadas usando como gancho los futuros ingresos fiscales procedentes de proyectos de regeneración y desarrollo, pagando la deuda adquirida mediante la creación de nuevos espacios de actividad comercial y nuevos negocios. El grado de interés que este mecanismo pueda representar para los ayuntamientos de Valencia ─con una deuda superior a los mil euros por habitante─, el de Madrid ─2.080 euros─, o incluso al de Barcelona ─464 euros─, dependerá de su éxito en el Reino Unido, que será el primer miembro de la Unión Europea en practicarlo.
Hasta 82 municipios británicos se han subido ya al carro y han presentado 124 propuestas diferentes. No se trata de poblaciones pequeñas, sino de algunas de las localizaciones clásicas de la indusrial nacional, como Manchester, Birmingham, Leeds y Sheffield. De hecho la capital del Támesis, Londres, confía en extender su red de metro para que el transporte público no se colapse. en los Juegos Olímipicos de 2012 Para ello, Boris Johnson, alcalde de la ciudad y partidario de aplicar las TIF lo antes posible, necesita cerca de 710 millones de euros sólo para llevar a cabo las nuevas estaciones de la línea Northern.
Este sistema de financiación municipal no es una novedad en los Estados Unidos, donde la emisión de deuda regional y municipal sobrepasó en 2009 los 225.000 millones de euros ─la cifra equivalente en la Unión Europea fue de 78.000 millones, 57.600 de los cuales correspondió a Alemania. En particular, el mercado de los bonos locales de los EEUU fue asce dió el año pasado a 52.000 millones de euros frente a sólo 6.000 en 2008: la explicación reside en los tropezones bursátiles y la seguridad que se les atribuye, sin olvidar que son productos financieros libres de impuestos. A pesar de la debilidad de las finanzas públicas norteamericanas, y de la suspensión de pagos de 207 ayuntamientos, la suma de los bonos que han podido ser devueltos a fecha de julio de 2010 ronda el 92,4%.
En Gran Bretaña, Robert Robinson, socio de la firma Bridgecourt&Company, una financiera especializada en el sector municipal, asegura que "los inversores institucionales y la banca ya han manifestado apetito por comprar deuda municipal a largo plazo, lo que sin duda alguna allanará el camino para el capital privado". Bridgecourt & Company, en sus negocaiciones preliminares con autoridades locales, ha planteado afianzar el proceso añadiendo que los consistorios se hagan cargo de al menos el 10% de las primeras pérdidas, en caso de ocurrir, de la deuda emitida.
CALLEJÓN SIN SALIDA
La compañía líder en Europa de asesoramiento en planes de ingeniería y medioambiente, URS (con clientes en 30 países) afirma que, gracias a las TIF ,"los ayuntamientos podrían convertir el aumento de valor de sus activos de suelo y otras propiedades en impuestos sobre los nuevos negocios que se generan durante un período determinado de tiempo, unos ingresos que incluso podrán emplear para financiar la inversión requerida desde el primer momento".
El cálculo de las expectativas comerciales será siempre complicado, pero los municipios británicos no se resignan. Según datos del organismo Citizens Advice Bureux, en 2010 ha habido una escalada del 14% entre la población sin techo, y de un 19% en los impagos de alquileres. El gobierno central, además, ha prometido reducir el gasto en asuntos municipales en un terrible 33% antes del año 2014.
La Asociación de Ayuntamientos del Reino Unido estima que los presupuestos de austeridad provocarán la pérdida de 140.000 puestos de trabajo en las administraciones municipales y sectores indirectos: en un comunicado reciente, la institución ha señalado que "medidas como la opción que significan las TIF son alentadoras para recuperar el crecimiento económico urbano. Con los planes de desarrollo en punto muerto como se encuentran ahora, es inaplazable que se introduzcan esquemas flexibles de financiación y que se incluya al capital privado".
"En principio, que las autoridades locales accedan al capital privado para menguar su dependencia del estado parece positivo", dicen los analistas de BNP Paribas, "pero la cuestión, en estos momentos, es qué municipios podrán escapar a las bajas calificaciones de la deuda soberana de sus gobiernos centrales". Las TIF podrían no estar disponibles para buena parte del continente, a diferencia de los consistorios británicos cuyos bonos nacionales todavía conservan la máxima valoración entre las agencias de riesgo, la triple A.
Robin Mannering, miembro de la mancomunidad de ayuntamientos de Londres, recuerda que "la deuda es deuda y hay que pagar, tarde o temprano. Pero las vías tradicionales para financiar y sacar adelante un proyecto de infrastructura local se han agotado. Cualquier alternativa constructiva merece nuestra atención. De otra manera, aquí no habrá otra forma de reavivar nuestra economía". Suspendida su capacidad de endeudamiento durante todo el año próximo, muchas alcaldías españolas podrían subscribir este mismo lamento.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.