MADRID. Comenzamos la vuelta de las vacaciones con un maremágnum de focos de incertidumbre, que han provocado un tono negativo en los mercados llegando a desatar el pánico en los inversores.
El principal foco -y sobre el que se han centrado todas las miradas- ha sido China, con un descalabro que se iba sucediendo día a día en sus mercados, perdiendo toda la rentabilidad acumulada desde marzo de 2014.
Los principales causantes de esta caída han sido el incremento exponencial de inversores atraídos por las altas rentabilidades pasadas y que en momentos de desconfianza has salido del mercado de manera masiva. Sin embargo, los grandes inversores -los institucionales- tienen claro que se trata de un mercado poco atractivo por las dudas que despierta la economía asiática.
SEÑALES
Y más tras los últimos débiles datos macroeconómicos en lo que a crecimiento se refiere mostrando una clara desaceleración económica, tal y como lo advierten las señales en el mercado inmobiliario, crédito y bolsa.
Las actuaciones del banco central chino no han sido suficientes, tampoco las reducciones de coeficientes de caja ni la bajada de tipos de manera paulatina, que no han causado el efecto buscado.
DESACELERACIÓN
Lo que debemos plantearnos es si es adecuado marcar a China como la causa o tal vez deberíamos ser consecuentes y entender que podría ser el efecto.
Aunque hay un cúmulo de circunstancias importantes, la desaceleración económica global es el motivo principal y está provocando que veamos una incertidumbre sobre otro tema que ya colea desde que se retiraron las políticas de estilos monetario: la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense (FED).
PENDIENTES DE JANET YELLEN Y LOS SUYOS
Las presiones por parte de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) alientan a dilatar lo máximo posible la subida de tipos de interés, ya que la estimación es que dicho movimiento podría generar una mayor incertidumbre a la situación global de desaceleración.
De hecho, desde la propia FED son muchos los que se oponen a la subida de tipos.
RIESGOS
Lo hacen entendiendo que ello generaría presiones deflacionistas en contra de los intereses perseguidos con anterioridad y viendo que el dato de inflación todavía no consigue los objetivos marcados.
Si a todo este cúmulo de circunstancias le sumamos unas economías emergentes que no pasan por su mejor momento y que las materias primas se encuentran lastradas, nos hace ver un cúmulo de circunstancias que se han ido retroalimentando unas a otras de manera negativa.
Aun teniendo esta incertidumbre en el mercado debemos ser sensatos y realistas porque las circunstancias no son tan alarmantes como para ver un catastrofismo como se vivió en el mercado. El suelo que marcamos el lunes 27 de agosto es un punto de inflexión en el que nacen claras oportunidades para encarar el final de año de manera positiva.
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