VALENCIA. "Los ochenta niños del orfanato esperábamos en la acera, cada uno con su ropa y alguna cosa más en un hatillo, a que llegaran unos autobuses del Socorro Rojo que iban a llevarnos. [...] Llegaron los autobuses y toda la gente quería subir. En ese momento alguien dio la alarma y apareció un avión que, siguiendo la línea de la carretera, ametrallaba y bombardeaba a baja altura. Muchos salimos corriendo a refugiarnos en el campo; otros prefirieron quedarse en el autobús para asegurarse la plaza hasta Almería. Cuando se marchó [...] volvimos y encontramos nuestro equipaje y los autobuses ardiendo: los que se quedaron estaban muertos".
El relato es de Miguel Escalona, un superviviente de la Desbandá que tenía diez años entonces. Fue recogido por el especialista Francisco Chica en su libro Arcadia en llamas: República y guerra civil en Málaga 1931-1937. La masacre ocurrió el 8 de febrero de 1937 y está considerada como uno de los primeros bombardeos sobre población civil de la historia. Las tropas franquistas habían tomado la ciudad de Málaga y decenas de miles de malacitanos que huyeron camino de Almería. Pero no iban a tener tregua. Fueron masacrados por las tropas de Franco y sus aliados italianos, bombardeados por tierra, mar y aire.
No hay una cifra concreta de muertos. Se habla de entre 3.000 y 5.000. En lo que sí que hay unanimidad es que fue un acto de barbarie, un crimen en el que hubo testigos. El más relevante: el médico canadiense Norman Bethune (Gravenhurts, Ontario, Canadá, 1890 - Tang, China, 1939). Bethune, que se hallaba en Valencia, decidió aproximarse hasta la ciudad andaluza para ayudar a los que intentaban huir a Almería y se encontró el dolor y la muerte. Fue precisamente su testimonio y las fotografías que captó su colaborador Hazen Sise las que dieron fe de la barbarie franquista al mundo entero.
Desde el pasado 16 de junio la sala de exposiciones José Puche del Palau de Cerveró, perteneciente a la Universitat de València, exhibe Norman Bethune. La huella solidaria, una muestra comisariada por Jesús Majada que reúne las únicas imágenes de aquel dramático suceso, obtenidas por el equipo del doctor norteamericano. La exposición se clausura este seis de septiembre y, como complemento y corolario a la misma, la Universitat de València ha organizado una lectura dramatizada de la obra de Bertolt Brecht Los fusiles de la madre Carrar a cargo de la compañía valenciana Cant del Cigne bajo la dirección de Josep V. Asensi y la dramaturgia de Pablo Corral Gómez.
El porqué es muy sencillo: La obra está inspirada en la Desbandà. Tiene como escenario un pueblo de pescadores de Málaga, durante la Guerra, donde vive Teresa Carrar con sus hijos. Uno de sus hijos apoya a la Segunda República Española pasando armas a los voluntarios. La madre está en contra de ello, queriendo que tanto ella como sus hijos se mantengan fuera de la contienda: "Quién recurre a la espada, será muerto por una". Pero le traen a su hijo asesinado por unos fascistas y la señora Carrar decide coger los fusiles e ir con su otro hijo y su hermano al frente.
Basada parcialmente en Riders in the Sea (Jinetes hacía el mar, 1904), un breve drama del irlándés John Millington Synge, Brecht comenzó a escribirla en la primavera de 1937 con la acción sobre la Bilbao. Según relata Niall Binns en La llamada de España: escritores extranjeros en la Guerra Civil, la obra "se iba a llamar Generales sobre Bilbao pero, una vez cayó la ciudad vasca decidió trasladar la acción a las cercanías de Motril en abril de 1937". Una vez tuvo conocimiento de la masacre de la carretera de Málaga a Almería, y tras oír el testimonio de algunos supervivientes, el dramaturgo decidió convertir esta matanza en la inspiración de su obra.
Meses después, en octubre, estrenó la obra en París con su pareja sentimental, la actriz Helene Weigel, como protagonista. Pieza canónica por su defensa de la "guerra justa" y rechazo a la neutralidad y a la No Intervención, Los fusiles de la Señora Carrar ha sido durante años la obra más representada de Brecht en la República Democrática Alemana. Ahora, por un día lo será en Valencia, donde se podrán escuchar sus frases este miércoles, en la sala José Puche, a partir de las siete de la tarde.
Afortunadamente existían plumas para contarnos retazos del horror de nuestra guerra civil. Mi reflexión deriva hacia la pregunta ¿ qué pensaría la opinión pública actual de aquel triste evento de haber exisitido los medios de difusión actuales, vease internet, televisión, etc ? ¿ Sería considerado este deleznable episodio nacional tan inhumano como por ejemplo la guerra en la antigua Yugoslavia ? Benditos medios de comunicación cuando hacen su trabajo con honestidad.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.