VALENCIA (EP/VP). Recaudar 20 millones de euros y sumar cuatro millones de espectadores. Ese es el reto que se ha marcado Nico Matji, productor de Atrapa la bandera, la nueva apuesta por la animación del equipo que hizo posible Tadeo Jones. Para hacerse una idea del desafío, el año pasado la única película que superó esos registros fue el supertaquillazo de Emilio Martínez Lázaro Ocho apellidos vascos (56 millones de euros y 9,5 millones de espectadores). La segunda, El Niño (Daniel Monzón), se quedó en 16,2 millones de euros y 2,7 millones de entradas vendidas.
Difícil pero no imposible. Pero el director Enrique Gato simplemente se ha puesto como referencia a sí mismo: son los registros que consiguió con Las aventuras de Tadeo Jones (2012), el mayor éxito de la historia de la animación española desde, por lo menos, Garbancito de la Mancha (José María Blay y Arturo Moreno, 1945), la primera producción patria de este tipo de películas.
Aún así, el desafío no es fácil. El propio Matjji ha reconocido que esos guarismos son el límite del mercado nacional y que solo si la gente opta por acudir dos veces a las salas -como si no les costara ya ir una- podrían repetir el milagro de Tadeo Jones. Si embargo, más allá de metas lo que hay que celebrar de Atrapa la bandera es un nuevo intento de la animación española de hacerse un hueco en un mercado que copan gigantes como Pixar o Dreamworks.
Costará, pero se va en buen camino. En realidad para hablar de verdadero cine de animación en España hay que remontarse a una fecha tan reciente como 2001, cuando se estrenó El bosque animado (Ángel de la Cruz y Manolo Gómez). Su aportación a la Historia es que fue la primera película animada 100% por ordenador realizada en Europa y que consiguió vender cerca de un millón de entradas (el 40% en el mercado exterior).
Luego han llegado otras como El Lince perdido (Raúl García, 2008) o Justin y la espada del valor (Manuel Sicilia, 2013), ambas producidas por Antonio Banderas. La lista, no exhaustiva, merece incluir también a Chico y Rita (Fernando Trueba, Xavier Mariscal y Tono Errando, 2010), animación para adultos que logró una nominación a los Oscar y el premio a la mejor película de animación europea (entre otros).
Sin embargo, el verdadero reto será conseguir que la animación española llegué más allá de nuestras fronteras, sino la taquilla. Estrenar en Europa no es tan complicado pero conqusitar El Dorado del cine es harina de otro costal. Un ejemplo sería Planet 51 (Jorge Blanco, Javier Abad, Marcos Martínez, 2009), que apostó por una factura made in USA -bandera con barras y estrellas incluida-, las voces de Dwayne Johnson, John Cleese o Gary Oldman y era una coproducción británica. Logró proyectarse en más de 3.000 salas en ese país y sumar unos 40 millones de dólares de recaudación. Un éxito, pero para eso hay que gastarse 70 millones de dólares en la producción.
Precisamente por eso Matji ha señalado que Atrapa la bandera está basada en una idea "muy americana" en la que se narra el regreso del hombre a la Luna. Fue Jordi Gasull, guionista y también productor de la película, quien animó a crear un film sobre astronautas, una propuesta que cuatro semanas después se convirtió en un guión de 15 folios. Con ellos consiguió que Paramount Pictures comprara los derechos internacionales para su distribución mundial.
Y esta puede ser una de las claves: la distribución mundial. Paramount se ha comprometido a estrenar la película en 120 países. De momento, Capture the flag (título en inglés) llegará este viernes a las pantallas de Alemania. Por ahí se empieza.
Pero no basta con estrenar, ahí que dar al público calidad. Y no se puede negar que los productores han echado toda la carne en asador. Para dar una visión lo más realista posible han contado con el apoyo de la NASA y el asesoramiento de expertos como el veterano astronauta Alan Bean, el cuarto hombre en pisar la Luna con la misión Apolo 12. Además, casi 200 personas ha participado en una producción que puede presumir de una excelente factura.
"Hacer una película de astronautas mola, pero tener una empresa que da trabajo a muchísima gente por primera vez mola mucho más", expresó el productor, quien ha estimado que el proceso de creación del nuevo largometraje ha requerido más de 325.000 horas de trabajo. Solo la estereoscopía del film (el 3D), a cargo de Next Lab, ha requerido ocho meses de esfuerzo y la implicación de cinco personas.
¿Cuál es el límite de la animación española? Es difícil decirlo, pero el horizonte permite cierto optimismo. La productora valenciana Blue Dreams, por ejemplo, prepara la película Animal crackers, dirigida por Tony Bancroft, realizador de Mulán. Mientras, Tadeo Jones tiene previsto regresar en 2017. Lo dicho, hay motivos para el optimismo.
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