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UNA LACRA EN ASCENSO

Un estudio de la UPV concluye que en 2017 España tendrá 3 millones de agresores físicos

VALENCIAPLAZA.COM. 24/08/2015 Las conclusiones hablan de un preocupante modelo de propagación de la violencia de género a partir de comportamientos machistas

 

VALENCIA (EFE/VP). Un estudio realizado por matemáticos de la Universitat Politècnica de Valencia (UPV) sobre la propagación de la violencia machista en España concluye que en el año 2017 cerca de tres millones de hombres de entre 16 y 74 años habrán sido en algún momento de su vida agresores físicos contra su pareja.

El estudio, elaborado por el Instituto de Matemática Multidisciplinar de la UPV, con la colaboración de dos profesoras de psico-sociología de la Universitat de les Illes Balears, consiste en simular un modelo de propagación de la violencia de género en nuestro país en el periodo 2012-2017.

Los investigadores, que para realizar el estudio se han basado en la modelización dinámica a través de ecuaciones en diferencias, clasificaron la población masculina que reside en España en cuatro categorías o subpoblaciones en base al grado de machismo.

En la primera de ellas incluyeron al hombre igualitario, aquel libre de cualquier tipo de comportamiento machista y en la segunda al varón caracterizado por presentar comportamientos machistas de baja intensidad.

En la tercera categoría, al agresor psicológico, aquel con comportamientos de menosprecio y control hacia sus parejas; y por último, al agresor físico, categoría en la que también se engloba a los agresores sexuales, aquellos que obligan a tener relaciones sin consentimiento.

Además, tuvieron en cuenta factores demográficos, económicos (paro de larga duración como desencadenante de estrés en la relación de pareja) y psicosociales, como el papel que adopta la mujer en la relación de pareja, consumo de drogas y alcohol, contagio por haber vivido experiencias próximas y los celos.

Los datos de la cuantificación inicial de las subpoblaciones en enero de 2012 proceden de la información recogida por el Consejo General del Poder Judicial, y en el caso de los agresiones físicas contabilizó 134.359 ese año, una cifra que, según ha asegurado a EFE Lucas Jódar, uno de los autores del estudio, "dista mucho de ser la real, ya que se producen muchos más casos que no se denuncian".

De hecho, el estudio concluye que la cifra de hombres que a lo largo de su vida han cometido alguna agresión física contra su pareja, incluyendo la sexual, irá creciendo en los distintos años hasta alcanzar, en el 2017, la cifra de cerca de tres millones (2.938.034).

En el caso de las categorías en las que se incluyen al hombre igualitario, con comportamiento machista de baja intensidad o agresores psicológicos, las cifras son muy similares tanto en 2012 como en 2017.

Jódar ha señalado que un hombre no se convierte en agresor psicológico, físico o sexual "de la noche a la mañana" y ha destacado que la tecnología favorece el control y acoso de la pareja y es algo que los jóvenes "practican mucho más de lo que parece".

"Empiezan con el control de horarios y actividades y continúan con agresiones sexuales", ha indicado el matemático, quien ha destacado la necesidad de incidir en la educación para solucionar este problema.

A su juicio, las manifestaciones de violencia en la adolescencia "pronostican manifestaciones de violencia de género de adultos", y, por ello, ha afirmado que ante el problema "el rol más importante es la actitud de la mujer".

La propagación de la violencia de género "depende mucho del papel que adopta la mujer en la relaciones sentimentales", según Jódar, quien ha considerado que si "zanjaran desde el primer momento" los abusos masculinos o señales machistas "el problema se cortaría de raíz", aunque ha reconocido que "no es fácil por inseguridad, vergüenza o porque el entorno social no ayuda".

Este profesor de la UPV ha asegurado no entender por qué no se llevan a cabo campañas similares a las de Tráfico para reducir el impacto, aunque ha afirmado que la base radica en la implementación de "políticas educativas que fomenten la igualdad, y no solo con leyes o a través de la ideología política".

"Hay que profundizar en la educación y en las campañas de difusión, se trata de un problema muy grave, comparable al del terrorismo en número de muertes, pero con mucha falta de atención por parte de los poderes públicos", ha concluido.

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