El festival de reggae abrió su Foro Social a las pintorescas (y peligrosas) teorías pseudocientíficas del empresario Josep Pàmies y el cooperante Xavier Galindo
VALENCIA. Mientras todas las miradas del Rototom estaban pendientes de la polémica sobre la actuación del cantante Matisyahu -en la que los que los que antes promocionaban boicots ahora los defendían y viceversa- pasó desapercibida la presencia en la cita de dos tipos requetefinos (...), conocidos en el mundo de la conspiranoia por sus ataques furibundos contra la ciencia y la defensa de los productos milagro: el agricultor con ínfulas de médico Josep Pàmies y el cooperante Xavier Galindo. El pasado mes de julio Pàmies vio como una charla que iba a dar en un recinto municipal de Castellón fue suspendida por decisión del nuevo equipo de gobierno. El Rototom le dio otra oportunidad.
El primero, más conocido que el segundo, tuvo uno de sus momentos de gloria hace unos meses cuando estalló en África la epidemia de Ébola. Según él, una simple planta -la Artemisia annua- podía curar una enfermedad que la Organización Mundial de la Salud mantenía de manera artificial para permitir a las multinacionales hacer pingües beneficios.
Aunque tuvo fácil el contagiarse del virus y luego curarse para acallar a sus críticos con un Zas! en toda la boca de dimensiones bíblicas, sus negocios basados en la (inexistente) medicina alternativa y la ecología le impidieron encontrar tiempo para hacerlo. Pàmies cuenta con el apoyo de personalidades como la monja Forcades o el televisivo naturista y adalid de la orinoterapia Txumari Alfaro.
30.000 CURADOS DE MALARIA, CERO DATOS
Junto a él se sentó Xavier Galindo, de la ONG Cultivant la Vida, cuyas pintorescas teorías no le van a la zaga a las de su compañero de mesa. Afirma -aunque no ha aportado prueba alguna- que ha curado de malaria a más de 30.000 personas en Gambia utilizando la Artemisa annua con un presupuesto inferior a los 3.000 euros. Tanto Galindo como Pàmies cuentan con miles de seguidores en las redes sociales.
Los dos participaron en el Foro Social del Rototom el pasado jueves y, según la web del festival, acudieron a defender "las propiedades de la Moringa oleifera, una planta que, calificada como el ‘árbol de la vida', [y que] ha demostrado su efectividad ante más de 300 enfermedades [así, a bote pronto] y cuyas semillas también pueden emplearse para potabilizar el agua".
Galindo y Pàmies, recuerda la web, "responsabilizan tanto a la industria farmacéutica como a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de promover el uso interesado de transgénicos y de cronificar enfermedades en lugar de buscar soluciones reales, [y] analizarán las dificultades a las que han tenido que enfrentarse por reivindicar el uso curativo de las plantas medicinales".
"El remedio a enfermedades endémicas que cada año se cobran las vidas de miles de personas podría ser mucho más sencillo y asequible de lo que imaginamos", insistían desde el festival.
EL QUID DE LA QUESTIÓN
Las teorías de Pàmies se basan en que [atención spoiler] las grandes compañías farmacéuticas buscan maximizar su ingresos y minimizar sus costes para aumentar sus beneficios, igual que el colmado de la esquina. A partir de ahí, ha elaborado una cosmovisión en la que la que la industria de la farmafia vende medicinas que no curan y crea falsas enfermedades.
La primera parte de lo que dice es cierto, pero sobre las trapacerías del sector ya se había hablado en obras de referencia como La verdad de la industria farmaceútica de Marcia Angell (2004), editora en jefe durante dos décadas del prestigioso The New England Journal of Medicine, o Mala Farma (2013) de Ben Goldacre, redactor especializado en ciencia de The Guardian. La diferencia con Pàmies es que estos aportan datos.
La segunda parte de su argumento tiene un pequeño ‘pero'. No explica cómo la esperanza de vida en todo el planeta ha ido aumentado al mismo ritmo que se desarrollaba la medicina y aparecían nuevos fármacos. Los cromañones, que eran muy de recurrir a las plantas como remedio contra las enfermedades, morían de males que hoy no sirven ni para justificar un día de baja de un funcionario.
La última, y peligrosa, teoría del empresario es que la insulina transgénica (la que se utiliza dsede 1978 y que no lo es) causa cáncer y recomienda recurrir a la natural, que tenía serios efectos secundarios. Sobre la existencia de estudios que avalen su discurso, ya tal.
EL CASO DE LA SOLUCIÓN MILAGROSA
Uno de los productos estrella que promocionan, sobre todo Pàmies, es el llamado MMS, siglas en inglés de Solución Mineral Milagrosa. La historia de este producto sería de risa sino fuera, a veces, de muerte (en el sentido más literal del término). Este remedio, descendiente directo del aceite de serpiente, comenzó a hacerse famoso cuando el (falso) arzobispo y (falso) ingeniero aeroespacial Jim Humble autopublicó en 2006 un libro titulado La solución mineral milagrosa del siglo XXI.
Según ha explicado en cientos de ocasiones, se encontraba trabajando en 1996 utilizando un procedimiento inventado por él para encontrar oro cuando parte de sus trabajadores cayeron enfermos de malaria. Para curarlos, empleó clorito sódico diluido en limonada (el resultado es el cloro de toda la vida), y todos sanaron milagrosamente.
De vuelta a EEUU, empezó a trabajar en su producto y llegó a la conclusión de que curaba casi todos los tipos de cáncer, el acné, el sida, el autismo, las almorranas, la hepatitis y cientos de enfermedades habidas y por haber. No solo no existe un solo estudio científico que avale sus palabras, sino que su producto es ilegal en España desde 2010 por los riesgos que entraña tanto por consumirlo como dejar de utilizar fármacos eficaces. Sin embargo, es muy fácil conseguirlo por Internet. Su consumo, según la agencia del medicamento, puede producir dolor abdominal, nauseas, vómitos, diarrea, intoxicaciones, fallo renal y metahemoglobinemia
En España, su principal valedor es el alemán Andreas Ludwig Kackler, quien asegura ser médico por la Open University of Advanced Sciences, un chiringuito académico con sede en Barcelona (aunque su sede fiscal está en Miami), que vende falsos diplomas.
Muy buen artículo. Lo del clorito sódico es alucinante, producto tb recomendado por la sra. forcades. En cuanto a las farmacéuticas, me parece fascinante como se han metido con el tema de la homeoterápia, auspiciados por los gobiernos de turno. Lo dicho, fascinante!
Excelente artículo, va siendo hora de que la prensa se dedique a desenmascarar a esta panda de estafadores en vez de darles un púlpito donde predicar sus mentiras sin ninguna base y que tanto daño pueden hacer
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