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VALENCIA. A menudo no somos conscientes del arte urbano que nos rodea. Regresar a la ciudad tras unas vacaciones veraniegas puede convertirse en algo traumático o reconfortante según se mire. Pasamos por una calle dos veces al día camino del trabajo, el supermercado, etcétera y no reparamos en que un dibujo, una firma o una pintada están ahí queriendo expresar algo pero ese "algo" llega a nuestras mentes en su cotidianidad de forma subliminal.

Conversaciones entre clandestinos y rivalidad entre identidades tildaban de vandalismo las intervenciones con mensajes en contra del régimen franquista en la España de los años sesenta y setenta, un acto reivindicativo era plasmar un mensaje que a posteriori alguien tachaba y contestaba también de forma aparentemente anónima. Grandes artistas internacionales que estudiaban en aquella época Arte en Valencia y hoy en día viven en Nueva York confiesan en petit comitè haber realizado pintadas de madrugada a riesgo de ser perseguidos y duramente amonestados.

Hoy en día la policía actúa y hay problemas, los graffiteros buscan todavía preservar el anonimato pero las dinámicas han ido variando y ampliándose porque hay dueños de edificios, tiendas, escuelas y hoteles, que piden a los artistas que intervengan sus fachadas, les contratan, les dan permisos y quedan orgullosos de que sus muros luzcan con arte.

Hace un par de décadas uno de los barrios donde más se practicaba el graffiti era el valenciano barrio de Malilla, entre la Pista de Silla y las vías del tren. Allí Mois, Cule, adolescentes de entonces y no tan jóvenes plasmaban su signo. Actualmente Opek, Zewei, Rice, Yoew, Skizo, Pitu, Suzyr, Jn2, Rubs, Seim y tantos otros están presentes. ¿Acaso no habéis visto la cara de Alf, el simpático extraterrestre merienda gatos, al pasar con el tren hacia la Estación del Norte? Pensadlo, existen miles de imágenes que nos rodean y no se escapan si no que, aunque parezca imposible, su impronta queda en nuestras memorias como la publicidad subliminal pero urbana y underground, sin querer vendernos nada, transmitiéndonos la esencia de un carácter ecléctico, rebelde, artístico.

Es crucial diferenciar al respecto dentro del Street Art y relacionados. Resulta fácil hacerse un lío, mezclar conceptos o caer en topicazos, así que consultamos con un experto. El artista y galerista Vicente Torres lleva muchos años en el mundo del arte urbano y siguiendo de cerca a artistas de todo el mundo. Dirige Plastic Murs, que es una galería de arte contemporáneo que empezó hace unos dos años como galería online y pop-up, pero en marzo de este año inauguró espacio propio en el barrio de Ruzafa, en la concurrida calle Denia, especializado sobre todo en las expresiones de la cultura popular de hoy como el Surrealismo Pop o el Urban Art.

Nos adelanta en exclusiva a propósito de esta entrevista que a mediados de septiembre inaugura otro proyecto paralelo a la galería que va a dar mucho que hablar. Se trata de Espai Russafa, nuevo punto de encuentro para artistas y amantes de la cultura en el que además de exposiciones se podrá ver y hacer otras cosas (mantiene el misterio de momento, habrá sorpresas).

"No me gusta hablar de mí mismo, por contar algo de mí en lo que respecta al mundo del arte podría decir que comencé como coleccionista humildemente hará unos diez años, desde hace unos cuatro le hago las veces de agente a una amiga artista y durante un par de años estuve pintando en la calle, así que de forma natural he terminado abriendo mi propia galería, tampoco es me quedara mucho más por hacer", se presenta Vicente invitándonos a visitar Plastic Murs y dispuesto a arrojar un poco de luz sobre el tema que nos ocupa.

Cuando hablamos de graffiti lo hacemos de manera general pero en ocasiones se incluye street art o específicamente designa a lo que es graffiti, letras, throw-ups, pompitas, tags... "Es cierto que lo más habitual es que la gente denomine graffiti a todo lo que se hace en la calle, pero una cosa es el graffiti y otra el Street Srt. Un problema añadido es la traducción al castellano que hacemos de Street Art como arte urbano sobre todo por que hay multitud de artistas urbanos que no han pintado en la calle en su vida", aclara.

"La verdad es que hay quien se toma muy en serio la diferenciación entre unas cosas y otras y hay quien no tanto, además siempre hay caminos entrelazados. Seguro que si te enseño imágenes de pintadas sería ponerse de acuerdo acerca de si es graffiti, post graffiti o Street Art", añade. Reímos por un instante, aunque la cuestión es seria, fácilmente se acaba cayendo en el estéril debate de qué es arte y qué no dentro del ámbito artístico contemporáneo.

Vicente Torres ha viajado y visto mucho, sabe de lo que habla, compara casos y casos, conoce el arte urbano de otros países y cuando recorre lugares tanto conocidos como desconocidos se fija, tal vez ve de forma consciente lo que a otros se nos pasa en principio.

"Personalmente prefiero el Street Art al graffiti, aunque el bombing o llegar a dejar tu nombre en un sitio imposible en lo más alto de un edifico mola mucho. El arte urbano es democrático, todo el mundo puede expresarse en la calle y utilizar esa plataforma desde donde hacerlo. Me encanta la sensación de pasar por un callejón y encontrar algo nuevo. Soy un chico de ciudad y me gusta el arte, así que el arte en la calle junta dos de las cosas que más me gustan", aclara.

Le preguntamos por sus favoritos y contesta con una reflexión interesante en torno a lo que supone este tipo de arte en nuestra ciudad: "Los valencianos no somos conscientes de la importancia de nuestra ciudad dentro del Street Art, en Valencia viven artistas que gozan de  reconocimiento internacional, otros muchos han pasado aquí largas temporadas de tiempo. No hay otra ciudad en España en la que poder encontrar en su Centro Histórico y en solo una calle tantos murales de tantos artistas". Esto, entre otras cosas denota, desde su punto de vista, una actitud más tolerante que en otras ciudades que ha producido un efecto llamada atrayendo artistas de otros lugares a Valencia.

Destaca el trabajo de una mujer, Hyuro, a la que señala como magnífica. Hyuro es una artista urbana de origen argentino que vive desde hace bastante tiempo en la ciudad de Valencia, donde podemos encontrar bastantes obras suyas sobre todo entre las zonas más céntricas que son punto de mira del momento, los barrios de Ruzafa y El Carmen, por ejemplo, con murales en blanco y negro que representan cuerpos de mujeres generalmente en grupo. Los personajes de Hyuro transitan viejas paredes avivándolas y transmitiéndonos mensajes de una cierta crítica social importante.

Una ruta por los murales más curiosos y singulares es posible paseando con los ojos bien abiertos, disfrutando del entorno como nunca antes, porque mar y montaña son maravillosos pero a la vuelta de vacaciones nos reclama el asfalto y la urbe se vuelve más acogedora si el arte acompaña.

"Mis dos murales favoritos de la ciudad son los de Blu y Escif en la Plaza del Tossal, dos de los mejores artistas del mundo juntos en una plaza del centro histórico de Valencia, fotografiados por multitud de turistas y locales. Diría que esos dos son mis preferidos si pudiera elegir solo un par por lo monumental y por que es una postal de mi ciudad que me gustaría ver repetida más a menudo. Bueno, y muchos de Felipe Pantone, la forma que tiene de aunar tipografía, diseño, cultura digital... es graffiti del 2020 hoy", concluye. Sin duda, buenas recomendaciones que animan a mirar con otra perspectiva solares, aceras y fachadas más nuestras con huella de artista.