VALENCIA. Tiene por título Pasiones compartidas. Desde el 6 de agosto hasta el día 30 de ese mes, la sala de exposiciones Doménech del Espai La Senieta en Moraira albergará una muestra que confronta la obra de dos artistas, Marisa Casalduero y Rosa Padilla. Concebida a un tiempo como homenaje y muestra en sí, Pasiones compartidas ha tenido por comisario a Juan Ramón Bertomeu y ha sido coordinada por Jaume Buigues.
En ella se presenta una selección de estas dos artistas a las cuales el paisaje costero del municipio de Teulada-Moraira ha inspirado parte de su expresión artística, tal y como apunta el alcalde Carlos Linares Bañón. La bahía de Moraria, las panorámicas a la vera del mar, la sombra de las pinadas costeras, fueron puntos de encuentro de ambas creadoras, recuerda.
En el texto de presentación, Amparo Lledó Morell incide en esta idea y recuerda que ambas "compartieron afectos, espacios, creatividad, en definitiva, esos impulsos vitales que nutren la existencia". Desde la proximidad afectiva y emocional, la exposición permite percibir la diferente interpretación de la vida y la belleza, y ayuda a resaltar la singularidad de cada una de las pintoras y sus muchos puntos en común.
DISCÍPULA Y MAESTRA
"Marisa Casalduero fue una amiga muy querida, un ser luminoso, carismático y cercano que generó una obra hermosa. Sus cuadros serenos y accesibles son capaces de contagiar al espectador una profunda alegría. Algo de esa luz debió percibir Rosa Padilla cuando empezó a darle clases de pintura en el colegio", escribe Lledó. Discípula y maestra saltaron la barrera inexistente entre alumno y profesor e iniciaron un vínculo que se mantuvo durante décadas y que sólo fue interrumpido por la temprana muerte de Casalduero en 2013.
"La obra de ambas tiene en la naturaleza un origen y un punto de destino", escribe Lledó. "Rosa [Padilla] la aborda de manera instintiva y luminosa. Sugerente, consigue filtrar las emociones de ese gran tema central germen de todo, para llevarlas al lienzo con contundencia. Es la suya una abstracción directa, donde pinceladas aparentemente espontáneas siembran la tela de trazos de color, de puntos accidentales que la dotan de estructura y coherencia. Desde lienzos imponentes a collages de poco más de un palmo, sus trabajos elaborados consiguen transmitir la frescura del impulso".
Por su parte, explica, "los cuadros inciáticos de Marisa muestran fondos marinos donde peces, caracoles o estrellas de mar parecen balancearse languidamente, porque en su obra, el mar siempre está presente, el mar de Moraira, de Formentera, como destino compartido". Y añade: "Para Marisa la magia estaba en cualquier parte, la encontraba en una concha o en un trozo de vid arrasado por el sol. Todo objeto era susceptible de convertirse en rey de un pequeño cosmos y ella siempre fue capaz de dotarlo del necesario protagonismo", escribe.
Interesante propuesta para los que este verano se paseen por la marina.
Excelente artículo . La verdad es que Moraira nunca será lo mismo sin Marisa.Solo destacar las ganas de vivir y de afrontar la vida tal como le llegaba sin dejar de investigar y trabajar en lo que más amaba la pintura y su Juanra y su Guille.
Recomiendo de todo corazón visitar esta exposición reúne la obra de dos estupendas artistas vinculadas a Moraira. Nadie debe perder la ocasión, no se sentirá defraudado!
Q artículo más bonito. Enhorabuena Amparo Lledó x tus textos. Soy tu amiga y seguidora y has hecho q me emocione.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.