VALENCIA. "Recibiréis una paga extra si me conseguís desnudos, llamadas al 911 o peleas entre concursantes. Dadme un poco de buena televisión". Así es como la Productora Ejecutiva de un reality show ficticio anima a su equipo: a golpe de talonario. A ver por qué se creen ustedes sino que se crujen los sesos por hacer buena televisión los profesionales de televisión cuando podrían estar haciendo un corto de arte y ensayo, en blanco y negro y sin diálogos, sobre la vida de William Faulkner; un corto de esos que no da ni para pagar la factura del móvil porque no se cobra ni un duro.
La realidad del profesional de televisión da para una película, en este caso para un culebrón y de los buenos. De eso trata UnReal, la sensación del verano según la crítica, basada en las vivencias autobiográficas de su creadora Sarah Gertrude Shapiro, que tras nueve años trabajando en el formato The Bachelor (su homólogo en España sería la saga tróspida de QQCCMH y Un príncipe para Corina), plasmó en el corto Sequin Raze su traumática experiencia como creativa en el programa de telerrealidad. La cadena Lifetime se fijó en su trabajo y le encargó que convirtiera su corto en una serie con la ayuda de la curtida guionista de Buffy Cazavampiros, Anatomía de Grey, Glee y hasta Mad Men, Marti Noxon.
UnREAL es un drama con tintes de comedia negra que nos cuenta el día a día del rodaje de un dating show llamado Everlasting, de la mano tanto de su equipo técnico, en especial de la protagonista, la productora creativa Rachel Goldberg (Shiri Apleby); de su estupendo exnovio operador de cámara, el único tipo normal y corriente de la serie; y de su jefa, la bruja a tiempo completo y Productora Ejecutiva en horario laboral, Quinn King (Constance Zimmer), una de las mejores villanas vistas en lo que llevamos del 2015.
En el otro lado están las concursantes, una docena de chicas trastornadas y bulímicas dispuestas a cualquier cosa por hacerse famosas, que cumplen el rol de pretendientas deseosas de casarse con el playboy inglés Adam Cromwell (Freddie Stroma) en el papel de príncipe azul.
La participación en el programa es un suculento negocio para todos y la única motivación para formar parte de la pantomima televisiva en forma de cuento de hadas. Adam recibe más de 200.000 dólares por fingir estar interesado en algunas de las chicas, y como hombre de negocios aprovecha para hacer promoción para su cadena de hoteles. Rachel, arruinada y con un juicio pendiente con la productora por destrozarles el final de la anterior temporada, como responsable creativa recibe propinas de 10.000 dólares como si fueran caramelos por convertir a una de las concursantes en la mala del programa o conseguir que dos pretendientas acaben tirándose de los pelos literalmente. Cuántas más lágrimas, discusiones y promiscuidad mejores son las bonificaciones. Ya saben, buena televisión.
El resultado es un reality perfecto. Las tramas que se generan no tienen límites: peleas de gatas, triángulos sentimentales y llantos como en cualquier dating del montón; malos tratos, brotes psicóticos, y hasta un par de cadáveres que superan la imaginación de cualquier guionista de género.
UnREAL es ácida, cínica y muy crítica con la telerrealidad. Rachel, creativa del programa, aunque se pasa media serie con cara compungida fingiendo tener sentimientos de culpa por hacer llorar a sus concursantes, en décimas de segundo con un cheque delante demuestra una crueldad inusitada para jugar con las debilidades de las chicas, manipulándolas en favor del drama. "Estar en el juego" lo llama ella. Ni Omar Little, el antihéroe más famoso de la mítica The Wire, explicaría mejor la connotación de juego sucio que se sobreentiende al escuchar en inglés con acento nigger la frase "play de game".
Existen interesantes ejemplos de metatelevisión en la ficción. La multipremiada sitcom 30 Rock sobre el día a día de un equipo que rueda un programa al estilo Saturday Night Live probablemente sea el caso más conocido, aunque no debemos olvidar el fracasado intento de Aaron Sorkin por descargar su ira contra la industria con Studio 60, que también se desarrollaba en las bambalinas de un programa como SNL. Ricky Gervais también disparó toda su mala baba hacia la profesión con Extras, y en los últimos años hemos visto cómo Gran Hermano se transformaba en una masacre zombi gracias a la fantástica Dead Set, o cómo Factor X se convertía en el baremo meritocrático de una hipotética sociedad futurista durante un capítulo de Black Mirror.
Como curiosidad que demuestra el interesante juego de sus creadores, deben ustedes saber que 30 Rock se burla constantemente de la NBC aunque sin embargo está producida por la propia NBC; Dead Set y Black Mirror están producidas por Endemol, productora a su vez de Gran Hermano, Tu Cara Me Suena y Operación Triunfo; y la propia UnREAL pertenece al mismo grupo de cadenas que producen el mismísimo The Bachelor. Ver para creer.
La emisión de su primera temporada finalizará en Estados Unidos el próximo lunes. Gracias a su exitosa audiencia, con una media de cuatro millones ochocientos mil espectadores a través de todas sus plataformas, ha conseguido renovar por una segunda temporada. En España los derechos de emisión han sido adquiridos por el grupo Atresmedia aunque se desconoce todavía su fecha de estreno. No hay duda que su llegada a España tendrá buena acogida porque, tal y como escribía Entertainment Weekly, "si te gusta The Bachelor, te gustará UnREAL. Si no te van los realities, disfrutarás con UnREAL".
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