VALENCIA. Del director francés Jean Becker el público ya tiene noticias gracias a películas como Mis tardes con Margueritte (2010), Conversaciones con mi Jardinero o Un crimen en el paraíso (2001). Ninguna de ella merece el calificativo de obra maestra pero en todas se puede hablar de un cine de calidad -a veces con una excesiva carga de buenísmo- y que reúne muchas de las cualidades del buen cine francés. Ahora regresa a la cartelera con Unos días para recordar de la que hay que decir que la crítica en su país no ha sido tan generosa como en otras ocasiones.
Protagonizada por Gérad Lanvin (Mi hijo y yo, Secretos de estado), Fred Testot (Unos días para recordar) y la presentadora reconvertida en actri Anne-Sophie Lapix, la trama gira alrededor de un viejo técnico que trabaja en un plataforma petrolífera, y que pasa su tiempo libre en su casa rodeado de gatos. Está asqueado de la vida desde que murió su mujer y ni siquiera la novia que tuvo le devolvió las ganas de vivir. Ahora, por culpa de un accidente deberá ser ingresado en un hospital sin poder moverse de la cama. Allí tendrá tiempo de sobra para pensar y replantearse qué quiere hacer con lo que le queda de vida.
La película es una adaptación de la novela Bon rétablissement! de Marie-Sabien Roger, publicada en 2012, autora a la que ya adaptó en Mis tardes con Margueritte. De ella aseguró que tiene el don de crear personajes de enorme humanidad. Lo que me gustaba, esta vez, era su manera de tratar el mundo hospitalario en clave de comedia, con ligereza y no con esa tristeza que produce la enfermedad".
"Pero quizá", añadió, "Unos días para recordar ha sido un poco más difícil de adaptar que Mis tardes con Margueritte. Lo hemos conseguido alejándonos, probablemente, un poco del texto, pero hemos tratado de mantener ese tono de comedia de esta obra que se desarrolla en un ambiente cerrado aunque incluye también algunos flash-back. Como rayos de luz que ayudan a entender la vida del personaje protagonista".
LA VIDA SIN HUMOR NO ES VIDA
"Unos días para recordar trata de un hombre que está en el hospital contra su voluntad porque un coche le ha atropellado y le ha tirado al Sena, accidente del que no recuerda nada", explica el director. "Poco a poco, se van sucediendo ciertos encuentros que le van a cambiar la vida. En primer lugar, los miembros del personal - auxiliares, médicos, enfermeras, - luego las visitas y, por último, los personajes variopintos que pueblan el hospital".
Lo que más me gustó fue, precisamente, esta pluralidad de personajes que gravitan alrededor del papel de Pierre que Gérard Lanvin interpreta con fuerza y maestría. Es, al mismo tiempo, la víctima y un personaje muy divertido", añadió el director.
El director cree que "la vida sin humor es muy triste", una opinión que le lleva a recordar diferentes frases pronunciadas por conocidos en este sentido. "Alguien decía que el fin del mundo tendrá lugar en una inmensa carcajada, y un amigo escribió que la risa es el ultimo desafío a la desgracia. Incluso en situaciones más grave, la sonrisa y el humor son necesario", sostiene.
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