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MADRID.-  El cineasta francés Robert Guédiguian (Las nieves del Kilimanjaro, Mari-Jo y sus dos amores), ha hecho un paréntesis en su cine social con la fantasía cinematográfica El cumpleaños de Ariane, aunque no ha podido evitar volcar en ella sus creencias y pasiones. "El anticapitalismo es una enfermedad, mis ideas vuelven siempre al galope", aseguró el realizador en un entrevista a la agencia Europa Press.

El anticapitalismo de Guédiguian va siempre "más allá" del contenido de sus creaciones y dominan incluso su modo de trabajo, que se caracteriza con la "colectividad" y el trabajo "en grupo": "No entiendo el éxito individual, sino un éxito común. Hay un mismo camino y una misma dirección".

La decisión de Guédiguian de introducirse en otros territorios se debe a sus ganas por jugar y probar otras experiencias más allá de las películas "serias y politizadas". "De vez en cuando hace falta dejarse llevar por la fantasía y por las ganas de jugar, es algo que me apetecía porque se sale de los caminos trillados que suele uno andar, aporta otra cosa y otro orden de vida", apuntó.

La película se centra en el cumpleaños de Ariane, una mujer que se encuentra más sola que nunca en su bonita casa. Las velas de la tarta ya están encendidas, pero todos los invitados han cancelado y no vendrá nadie, por lo que Ariane decide subirse a su coche y dejar su urbanización para perderse en la ciudad. El título original Au fil d'Ariadne es un juego de palabra con ‘el hilo de Ariadna' (que remite al mítico laberinto del minotauro).

En su opinión, aunque uno no se de cuenta, lleva "la poesía y la fantasía dentro" y con esta cinta pretende mostrar la posibilidad de "soñar con otra relación con la gente que se encuentra alrededor", al igual que hace la protagonista, quien conoce muy bien a todos los personajes y les cambia de papeles.

FANTASEAR CON LO QUE NOS RODEA

"Todos podemos fantasear con otra relación con la gente que nos rodea, lo importante es volver a encontrar la fantasía dentro de nosotros", dijo.

El director vuelve a contar una vez más con Ariane Ascaride como protagonista del filme y, según ha explicado, la idea básica era hacerle un "regalo" a la que es "su musa y mujer". Para ello, inventó un relato alejado de la dramaturgia clásica y habitual, porque la idea era que pudiera "interpretar todo lo que le apeteciera".

MUJER QUE RIE Y LLORA

La madre de familia, la mujer que ríe y llora o la mujer valiente son algunos de los papeles que se incluyen en la paleta de interpretaciones de Ariane, un personaje para el que no hay un trazo porque no está encerrado y porque, según el paralelismo que plantea el director, se asemeja al circo, donde se pasa de un número a otro.

Este inciso en su trayectoria politizada podría ser más que un paréntesis, según reveló, porque a pesar de su cine "serio, político y social", afirma que también es un hombre a quien le gusta "el gran espectáculo", aunque su vertiente política siempre aparecerá de un modo u otro, "cualquiera que sea el género", según advierte.

De momento, el siguiente filme del cineasta sigue la misma estela de anteriores películas y se centrará en el genocidio que tuvo lugar en Armenia, país natal de su padre. La historia del loco, título de esta cinta, que se estrenará el próximo otoño en Francia y que más tarde llegará a España, abordará el recuerdo de varias generaciones desde una perspectiva "muy ambiciosa", según explicó.