VALENCIA. Una pequeña muestra de cómo la recuperación es posible se produce en el Tancat de la Pipa, donde l'Albufera vuelve a presentar el aspecto que tenía hace medio siglo, cuando el agua era limpia y transparente.
El proyecto se implantó de manera pionera en 2006 en unos antiguos arrozales de apenas 40 hectáreas, situados cerca del puerto de Catarroja, en la zona sur del parque. El sistema básicamente consiste en filtrar el agua a través de vegetación acuática autóctona que mejora su calidad para después devolverla a l'Albufera, aunque su efecto global para la laguna es como verter unas jarras de agua limpia en una gran piscina contaminada.
Es un proyecto de humedales artificiales que dispone de fondos Life, y que supone la colaboración entre grupos conservacionistas (Acció Ecologista Agró, SEO-Birdlife, Global Nature) la Universitat Politècnica de València y la administración (Confederación Hidrográfica del Júcar, Acuamed y la Generalitat). El mismo sistema se ha implantado en otros dos tancats, Milia y l'Illa, diseñados también para acoger agua procedente de depuradora. Son diminutas islas en medio de un gran océano con muy mala salud que en la actualidad es l'Albufera.
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