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VALENCIA. Hablar del VIX (Volatility) Index es hacerlo del llamado 'índice del miedo', que básicamente mide la volatilidad de los mercados, es decir, las fuertes alzas y bajas que se producen en los mismos. Un indicador que tienen muy en cuenta analistas, operadores, gestores y cada vez más inversores, pese a que más de uno no sepa que este índice utiliza las contrataciones de opciones del S&P 500, uno de los índices bursátiles de referencia de todo el planeta.

El VIX fue creado en 1993 por el Chicago Board Options Exchange (CBOE). O lo que es lo mismo: el principal mercado de opciones y futuros del mundo. Históricamente un VIX por encima de los 20 puntos es motivo de optimismo porque invita a pensar en nuevas subidas en bolsa, todo lo contrario que sucede cuando rompe la barrera de los 30 puntos. 

Este índice del miedo', que alcanzó su máximo histórico el 20 de octubre de 2008 en plena crisis financiera al tocar los 89,53 puntos -y no hace falta recordar el desplome sucedido después en los mercados-, se movía ayer sobre los 11,86 puntos. Un nivel que no tocaba desde finales de agosto pasado, cuando el Ibex 35 llegó a superar la cota psicológica de los 11.000 puntos.

Actualmente el barómetro de la renta variable española se sitúa muy por encima -ayer cerró en 11.556,10 puntos- después de dispararse un 11% desde el pasado 9 de julio. ¿Por qué esa fecha precisamente? Pues porque desde ese día el VIX no ha hecho otra cosa que caer, cuyo desplome alcanza el 40% y abre la puerta a nuevas subidas en bolsa.

"Nos encontramos ante un VIX extraordinariamente bajo que se ha precipitado al vacío en las últimas semanas pasando de rozar la cota de los 20 puntos, que no tocaba desde finales de enero pasado, a desplomarse por debajo de los 12 puntos", apuntan desde una mesa de intermediación bursátil.

"El acuerdo griego ha tenido mucho que ver porque ha disipado parte de la volatilidad que había instalada en los mercados aunque todavía el 'culebrón' no ha terminado porque podría darse el caso de que Grecia abandonase el euro pero siguiera en la Unión Europea. Un riesgo al que hay que sumar al de China y los habituales factores geopolóticos en Oriente Próximo, Ucrania...", añaden.