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LAS TEORÍAS DEL CAOS

Poesía en Valencia: 50 nombres para entender la dispersión

JOSÉ MARTÍNEZ RUBIO. 20/07/2015 Si la literatura está en crisis, no digamos la poesía aunque existe un escenario más variado y con más posibilidades de lo que cabría pensar

VALENCIA. Coinciden en un panorama de mínimos: la presencia de la poesía en el ámbito cultural es escasa, el circuito comercial con la crisis se ha agravado en mayor medida que en otros géneros y las tendencias dominantes en décadas anteriores se han diluido hasta ofrecer en la actualidad un escenario variadísimo de posibilidades poéticas. Heterogéneo. Disperso. Los adjetivos irán cambiando de poeta a poeta, y las valoraciones también. Hay mucho friki, dirán más de dos.

SIN DOMINANTES. LA POESÍA DESPUÉS DE GARCÍA MONTERO 

"Que haya muchos grupos diferentes es muy bueno para la ciudad", afirma Xelo Candel (Valencia, 1968), poeta, profesora de literatura en la Universitat de València y Premio de la Crítica en 2014 por Hueco. Mundo solo: "por una vez no hay dominantes claras, y eso es bueno". Hubo un tiempo en que determinada línea poética copaba la mayoría de espacios de visibilidad, relegando a la periferia a poéticas alternativas: Luis García Montero, en especial, el círculo de Granada y toda la poesía de la experiencia barrieron los años ochenta y noventa. En Valencia tuvieron su réplica en Vicente Gallego o Carlos Marzal, entre otros. Gente presente.Carlos Marzal (FOTO: EVA MÁNEZ)

Las secuelas de aquella ola todavía se notan en premios como el Loewe o en editores plenipotenciarios como Chus Visor. Más de una polémica se ha producido al cotejar los nombres de los ganadores de premios de poesía con los nombres de los miembros del jurado y comprobar que las repeticiones son igual de emocionantes que en el juego de las sillas. Todos en círculo y bailando hasta que para la música. Algo cae. Si bailas la misma canción.

Hoy en cambio, afirma Xelo Candel, la búsqueda de una nueva tendencia está dejando proliferar voces muy diversas y a la vez muy interesantes. Los grupos se aglutinan en torno a sus propios circuitos. La librería Primado, "muy importante" en la dinamización del circuito poético valenciano, nos explica Candel, tiene una línea más neovanguardista. La librería Bartleby apuesta por gente nueva, gente joven. Y así, entre cafés y librerías, El Malva (que acaba de cerrar) o la Ramon Llull, los recitales se suceden en la ciudad de manera espontánea.

Xelo Candel advierte un peligro en esta heterogeneidad: en muchas ocasiones no existe un verdadero contacto entre grupos y cada uno de ellos acaba invitando a los poetas de su cuerda. Dispersos. Y convencidos. Aunque contacto con el exterior no falta, y especialmente tras la conexión a través de las redes sociales.

"Falta que esas líneas se afiancen. Se da un fenómeno muy interesante: mientras no existe realmente una poética dominante en la actualidad, hay algunos nombres suelos que sí tienen una voz contundente", y es aquí donde Candel enumera con verdadero entusiasmo, llenando de adjetivos que rezuman optimismo, a Rafael Fombellida, Antonio Rivero Taravillo, Carlos Alcorta, Lorenzo Oliván (Premio Nacional de la Crítica 2015) o Juan Pablo Zapater, quien está preparando para otoño el lanzamiento de una nueva revista de poesía bajo el título de 21 versos.

Tras Jaime Siles o Francisco Brines, hay cantera. Carlos Loreiro (Castellón, 1987) ganó Premio Nacional de Literatura 2014.

EN POESÍA NO SE CONSOLIDA NADIE

 Bibiana Collado Cabrera (Burriana, 1985), Premio Arcipreste de Hita 2013 por Como si nunca antes, se expresa con radicalidad. "Si la literatura está mal, la poesía está peor", dice cuando le pregunto sobre las redes de contactos, las posibilidades de publicación y de difusión. "Los premios se están dando a poetas ya reconocidos porque en poesía no se consolida nadie, apenas hay salidas si no es a través de los premios". Y explica comparando con la narrativa: "No se firman contratos para publicar tres o cuatro poemarios al cabo de unos años, no existe esa profesionalización. Rafael Fombellida

Y cuando peores son las circunstancias, las editoriales generalmente apuestan por poéticas ya asentadas,o bien se lanzan a una supuesta innovación transgresora que, en muchos casos, ni es innovadora ni es transgresora, es tan solo un espejismo". Los autores, aun de primera fila, van detrás como un círculo vicioso y precario. "Mastodontes", dirá en una ocasión. Por lo de grandes. "Por una parte, están volviendo atrás, a lo que ya conocemos; por la otra, están creando un falso futuro". Por cierta garantía comercial, le añado. Y está de acuerdo.

Sin embargo, Bibiana Collado es generosa y entusiasta, e insiste en hablar especialmente bien de mucha gente. De Manuel Ramírez. De la editorial PreTextos, de Germania, de Ediciones La Palma. De los textos del silencio de Ada Salas (Cáceres, 1965), y de las jovencísimas Berta García Faet (Valencia, 1988), María Gómez Lara (Bogotá, 1989), Sofía Castañón (Gijón, 1983) y Laura Casielles (Pola de Siero, 1986).

Pero sobre todo, insiste en hablar bien de Elena Escribano, la directora del taller de poesía de la Universitat Politècnica de València, un espacio muy consolidado en la ciudad de donde han salido buena parte de los poetas que están siendo publicados y reconocidos con galardones: "el taller es fundamental,  porque el espacio es universitario pero el taller no, y te puedes encontrar desde adolescentes hasta jubilados, no solo para escuchar o aprender determinada pedagogía, sino realmente para compartir la creación". Y continuará hablando sobre los espacios para aprender, compartir y reflexionar sobre la poesía, y se lamentará de que haya aulas, talleres o sesiones de recitales fluctuantes, que no mantengan cierta continuidad. Y rescata el Aula de Poesía de la Universitat de València, la librería Primado,  Bartleby,  Russafa o Benimaclet y también los recitales del Palau de la Música. 

"¿Cómo te lo digo en fino?", me pregunta antes de seguir con la explicación. El Palau alberga generalmente "poéticas más reconocidas y estables", ligadas todavía al canon oficial de las últimas décadas, pero reconoce que han tenido voluntad aperturista en los últimos años y que han invitado a poetas radicalmente distintos: "Siguen poniendo a la pFrancisco Brines. (FOTO: JESÚS CÍSCAR)oesía en el espacio de la élite. Es el Palau. Pero han hecho una labor bonita e integradora".

Más allá de esos círculos, las propuestas estéticas admite que son dispares y en muchos casos poco reflexionadas. "Existe cierto ambiente ególatra donde es difícil trazar márgenes o establecer criterios para definir una poética sólida", y me habla de veladas donde lo amateur se mezcla con la vanidad. Y de lo antiguo de la crítica oficialista.

"La cenicienta mística", dirá Bibiana Collado. Y no dudará en trazar una filiación clara con su poesía: San Juan de la Cruz. "¿Te doy motivos o no hace falta?", me pregunta mientras se ríe.

"San Juan es el que introduce una manera diferente de leer que no pasa por la racionalidad. Es el papá de la vanguardia, del surrealismo, de esas tendencias que marcan otros accesos a lo real a través del lenguaje poético. Los experimentales se olvidan de que ya San Juan rompía la tendencia racionalista". Y aparte de San Juan: "Cernuda. El otro gran papá. O mamá. Bueno, los dos valen como papá y mamá".

LA POESÍA EN VALENCIANO ES MÍNIMA O INEXISTENTE

Mínima. Inexistente. Testimonial. Esos son los adjetivos que utiliza Begonya Pozo (Valencia, 1974) cuando le pregunto sobre la presencia de literatura en valenciano en el circuito de la ciudad. "La política institucional ha sigut la de programar sempre en castellà, i alguna volta alguna cosa en valencià, però de forma testimonial". Y me habla de los recitales del Palau y de los encuentros en San Miguel de los Reyes, mayoritariamente en español.

Begonya Pozo, además de poeta, es traductora, profesora de literatura y vicedecana de la Facultad de Filología. Y defiende el Aula de Poesía de la Universitat de València como un espacio público más: "nosaltres donem cabuda a totes les llengües de la facultat, però per norma busquem un equilibri entre les llengües oficials de la universitat". Isidre Martínez Marzo

Vicent Alonso (Godella, 1948), Joan Navarro (Oliva, 1951), Teresa Pascual (Gandia, 1952), Marc Granell (València, 1953), Isidre Martínez Marzo (Valencia, 1964), Begonya Mezquita (Sagunt, 1968), Maria Josep Escrivà (Gandia, 1968), Voro Ortells (Sueca, 1977), Pau Sif (La Pobla de Farnals, 1978), Isabel García Canet (Pego, 1981), Rubén Luzón (Valencia, 1982), Ainoa Lorca Navarro (València, 1992)... "estem en plena ebullició", confirma Begonya Pozo.

La visibilidad y la estabilidad que debían dar las instituciones culturales ha sido tarea mayoritaria de las universidades públicas. "L'Aula de Poesia de la UV i de la UPV han jugat un paper essencial. Eren aules estables. Tenien tallers oberts d'escriptura creativa per on passava un professorat específic i formava fonamentalmente lectors amb criteri; formar lectors és posar els alumnes en camí de la creació". Y enumera los nombres de antiguos alumnos y los proyectos poéticos que han salido de las aulas universitarias, como la reciente revista Gargots, dirigida y editada por estudiantes de filología catalana.

VIOLENCIA LÍQUIDA

Ángela Martínez Fernández (Valencia, 1992) y Raúl Molina Gil (Castellnovo, 1991) han salido de esas aulas de filología y de estas aulas poéticas. Junto a un grupo de compañeros poetas (que diría Silvio Rodríguez, desmintiendo a Bauman), acaban de publicar una antología de poesía líquida titulada "No sé si no en la herida". Los catorce poetas, nacidos entre finales de los ochenta y principios de los noventa, observan el panorama cultural del mismo modo que se enfrentan al futuro: "En Valencia no se sabe lo que pasa con la poesía, no se tiene ni idea. Hay un circuito subterráneo, pero importa poco", afirma pesimista Ángela Martínez, quien acabará confesando serios problemas para continuar escribiendo: "Hay muy poco espacio, y el que hay está todo copado. Existe un circuito subterráneo pero tampoco interesa sacarlo de ahí".

"Más que poéticas definidas mediante un manifiesto, somos una generación diversa, no hay un proyecto común": esa es la diferencia que marca Raúl Molina con respecto a la generación de los ochenta y noventa de Antonio Méndez Rubio, Enrique Falcón, Jaime Siles o Jenaro Talens, quienes se sabían integrados en un panorama heterogéneo pero común. "Aquí se premia la literatura que tiende al realismo, también en la poesía", añade. Berta García Faet

Observan lo que ocurre en Madrid o en Barcelona. Están al tanto de lo que publica La Bella Varsovia y de lo que hacen Luna Miguel (Madrid, 1990), Laura Casielles (Pola de Siero, 1986), Martha Asunción (Madrid, 1986), Ángela Segovia (Las Navas del Marqués, 1987), David Leo (Málaga, 1988), Cristian Alcaraz (Málaga, 1990), Lucía Boscà (Valencia, 1985) o Batania Neorrabioso (Lauros, 1974).

Dispersión. Heterogeneidad. Esta vez lo dicen sin optimismo: "la poesía está al margen del orden capitalista de la vida", expresa Raúl Molina, "no se vende, no se lee,  es un reducto". Organizando recitales, encuentros, leyéndose y dándose a leer. Aprendiendo. Señalando a Leopoldo María Panero, a José Ángel Valente, a Luis Rosales o a los simbolistas franceses. Cuando hemos terminado de hablar, Ángela Martínez me envía un whatsapp con un imperativo indiscutible: "Y añade esta frase como titular: En la España actual el discurso poético tiene la obligación de renacer y reinventarse, precisamente, desde lo común". Los horizontes están abiertos.

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5 comentarios

poetisa escribió
22/07/2015 20:16

Crec que la poesia esta hui en dia més viva que mai, ací a València, el fet que hi haja tantes activitats de recitació dóna a entendre la necessitat de transmetre cultura, perquè la gent s´aprope a la cultura poètica. Ací podeu escoltar una mostra de l´autor MARC GRANELL: https://www.youtube.com/watch?v=Rjea_T6HUZQ

Pep Alfonso escribió
22/07/2015 10:47

Crec que el "panoràma" poètic valencià no és cap anomalia i la presència no és mínima, la presència creativa és ampla i rica. M'agradaria nombrar uns quants "oblits" que les qüestions d'espai han fet relliscar noms com: Jaume Pèrez Montaner i Pere Bessó dels poetes dels 70, que encara estan donant momta guerra. A més de Lluís Roda, Ival Brull, Salvador Lauder, Rosa Roig, Lorena Cayuela... Hi ha moltes veus potents al panoràma actual. Això sí, el panoràma ès dificil de catalogar petò supose que no impossible. Pot ser eixa és la causa de la mínima presència. Salut i bon vers, Pep Alfonso

Corella escribió
21/07/2015 00:04

Inmerecidamente olvidados Eduardo Hervás y José Miguel Arnal. ...y no miente la boca del muerto LPM

Poeta 2 escribió
20/07/2015 13:00

Begonya diu "la presència és mínima" i tituleu "la poesía en valenciano es mínima". No és exactament el mateix, és més bé al contrari. Hi ha una gran riquesa de propostes, i Begonya Pozo les coneix molt bé, i hi ha problemes, és clar, però que ens hagen ningunejat, bandejat, ignorat, prohibit i fins i tot perseguit, no vol dir que no existim, sinó que no "estem presents perquè se'ns amaga", que diria que és per on anava Begonya.

Poeta escribió
20/07/2015 10:02

Li heu dedicat 4 paràgrafs a l'"anomalia valenciana". Si es que som uns aldeanos...

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