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estudio de la escuela de medicina de evanston, illinois

El móvil puede ser un termómetro de la depresión de su propietario

VALENCIAPLAZA.COM. 18/07/2015

MADRID (EP). La depresión es un trastorno mental frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo, se considera la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial de morbilidad. Hay tratamientos eficaces para la depresión, por eso es importante detectarla cuánto antes y, de ese modo, acabar con los efectos que provoca en los pacientes.

La detección podría ser más fácil en el futuro gracias a los teléfonos móvil, que ya se han convertido en una herramienta útil para muchas áreas sanitarias: desde la monitorización de tratamientos, ejercicio físico y dietas, hasta servir de apoyo en el autocuidado en patologías crónicas o como medio de información sanitaria.

CON UN 87% DE EXACTITUD

Ahora, un pequeño estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad Northwestern, en Evanston, Illinois, Estados Unidos, demuestra que depresión puede ser detectada gracias a los datos del sensor del teléfono inteligente de una persona mediante el seguimiento de la cantidad de minutos que utiliza el teléfono y sus ubicaciones geográficas diarias.

 

Cuanto más tiempo se usa el móvil, es más probable que se esté deprimido, según esta investigación. El promedio de uso diario para las personas deprimidas era de unos 68 minutos, mientras que para las personas no deprimidas, el tiempo que emplearon en el uso del teléfono móvil fue de unos 17 minutos. Pasar la mayor parte del tiempo en el país y en un menor número de lugares --medido por el seguimiento del GPS-- también está vinculado a la depresión. Además, tener un

Cuanto más tiempo se usa el móvil, es más probable que se esté deprimido, según esta investigación. El promedio de uso diario para las personas deprimidas era

medida objetiva de la conducta relacionada con la depresión y la estamos detectando pasivamente. Los teléfonos pueden proporcionar datos discretamente y sin ningún esfuerzo por parte del usuario", agrega.

En última instancia, la investigación, cuyas conclusiones se detallan en un artículo que se publica este miércoles en 'Journal of Medical Internet Research', podría facilitar la vigilancia de personas en riesgo de depresión y permitir a los proveedores de atención de salud que intervengan con mayor rapidez.

Los datos de los teléfonos inteligentes son más fiable en la detección de la depresión que las respuestas de los participantes a preguntas sobre lo tristes que se sentían en una escala de 1 a 10. Las respuestas pueden ser aprendidas y, a menudo no son confiables, según el coautor Sohrob Saeb, científico de computación en medicina preventiva en Feinberg. 

"Los datos que mostraron que las personas deprimidas tienden a no ir a muchos lugares reflejan la pérdida de motivación que se ve en la depresión", explica Mohr, que es psicólogo clínico y profesor de Medicina Preventiva en Feinberg. "Cuando las personas están deprimidas, tienden a retirarse y no poseen la motivación o energía para salir y hacer cosas", agrega.

ES PROBLABLE QUE SE EMPLEE PARA NO PENSAR

Aunque los datos de uso de teléfono no identificaron cómo estaban usando las personas sus teléfonos, Mohr sospecha que pasaron más tiempo con ellos navegando por la web o jugando a juegos en lugar de hablar con amigos. "Es problable que la gente emplee sus teléfonos para no pensar en cosas que son preocupantes, sentimientos dolorosos o relaciones difíciles --señala Mohr--. Es una conducta de evitación que vemos en la depresión".

Saeb analizó las ubicaciones del GPS y el uso del teléfono de 28 personas (20 mujeres y ocho varones, con una edad promedio de 29 años) durante más de dos semanas. Los sensores de los télefonos siguieron las ubicaciones del GPS cada cinco minutos.

Para determinar la relación entre el uso del teléfono y la ubicación geográfica y la depresión, los sujetos completaron un cuestionario estandarizado de medición de la depresión muy utilizado, el PHQ-9, al inicio del estudio de dos semanas. El PHQ-9 pregunta acerca de los síntomas que se utilizan para diagnosticar la depresión, como tristeza, pérdida de placer, desesperanza, alteraciones en el sueño y el apetito para concentrarse.

Entonces, Saeb desarrolló algoritmos mediante los datos del GPS y el uso del teléfono recogidos en el móvil, y correlacionó los resultados del GPS y los algoritmos de uso del teléfono con los resultados de las pruebas de depresión de los sujetos. De los participantes, 14 no tenían signos de depresión y 14 presentaban síntomas que iban desde depresión leve a severa.

El objetivo de la investigación era detectar pasivamente la depresión y los diferentes niveles de los estados emocionales relacionados con la depresión, relata Saeb. Estos científicos estudiarán en el futuro si las personas que cambian esos comportamientos vinculados a la depresión mejoran su estado de ánimo.

"Vamos a ver si podemos reducir los síntomas de la depresión, alentando a la gente a visitar más lugares durante todo el día, teniendo una rutina más normal, pasando más tiempo en una variedad de lugares o reduciendo el uso del teléfono móvil", concluye Saeb.

 

 

 

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