VALENCIA. Pocos podrían asociar la Ribera Alta al calentamiento global. Sin embargo, esta comarca valenciana se ha ganado un hueco en la agenda internacional de uno de los mayores defensores de la lucha contra el cambio climático. Durante una disertación preparatoria de la XXI Conferencia sobre el Cambio Climático (COP21) el pasado mes de mayo en París, Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos y presidente de la ONG The Climate Reality Project, alertó sobre los 44,4º C registrados el 14 de mayo en Carcaixent, que batió el récord histórico de calor en ese mes en el municipio.
Mientras nuestros políticos locales quemaban los últimos cartuchos de la campaña electoral, este Nobel de la Paz y protagonista de Una verdad incómoda, el oscarizado documental de denuncia sobre los posibles estragos del calentamiento del planeta, era el primer político extranjero en destacar a la Comunitat Valenciana en la alerta climática, al nivel de símbolos tan reconocibles como el oso polar del deshielo del Ártico, el Bangladesh de la subida del nivel del mar o la Nueva York de las grandes catástrofes de ficción. Pero no hace falta viajar a los polos ni ver películas americanas para deslumbrarnos con imágenes impactantes.
La sequía de la provincia de Alicante, la zona del mundo donde menos llovió en 2014, como los desiertos de Atacama y de Gobi; el peligro de extinción de especies acuáticas autóctonas como el samaruc y el fartet en la Albufera, o la amenaza sobre la producción de la clòtxina de Valencia o sobre la reserva de carrascas y robles centenarios del Barranc dels Horts, en el Alt Maestrat, son los iconos propios de nuestro territorio, cuya biodiversidad, mayor que la del Reino Unido y Alemania, se ve comprometida por la línea roja de la desertización. Cuando 2015 se perfila como el año más caluroso desde que hay registros, según indica el ambientólogo e investigador en Ecología Andreu Escrivà, la cifra de Carcaixent puede ayudar a despertar la conciencia local, a pesar de que a ojos de la estadística resulte outlier, un valor atípico a la media para establecer tendencias.
«Aunque no pueden acelerarse conclusiones, debemos plantearnos si esos datos extraordinarios indican algo más que una noticia televisiva sobre el calor que hace. Los récords se baten en todo el mundo de forma cada vez más frecuente, antes cada medio siglo y ahora cada tres o cuatro años. Los 44º C como símbolo del cambio climático que afecta al País Valenciano son bienvenidos. Como la aparición de los nuevos partidos políticos, necesitamos referentes cercanos para que la gente actúe».
Para Manuel Toharia, la cuestión sobre si existe cambio climático no puede responderse con un sí o un no, al tratarse de un problema científico que sólo puede verse desde la óptica del escepticismo. Este divulgador científico no oculta que sigue compartiendo «en el mismo tono jocoso» lo que dijo el primo de Rajoy, catedrático de Física de la Universidad de Sevilla. «Si no se puede predecir el tiempo más allá de dos días, aunque los modelos climáticos son diferentes de los meteorológicos, en esencia nuestra capacidad para predecir a cien años el clima global de la Tierra es nula, porque además de ser caótico, nadie estará vivo para verificarlo».
(Lea el artículo completo en el njulio de la revista Plazarespon-úmero de julio de la revista Plaza)
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