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VALENCIA. En 2005 pasaba casi desapercibida por las pantallas españolas una simpática comedia romántica de Marcos Carnevale, Elsa & Fred, sobre dos ancianos muy diferentes (interpretados por Manuel Aleixandre y China Zorrilla), a los que cruza la casualidad y se enamoran. Aunque el guión no es particularmente original, el resultado superaba a la media y, sin que se sepa porqué, un productor americano la vio y le gustó así que decidió descongelar a Shirley McLaine y a Christopher Plummer e intentar repetir el éxito en Estados Unidos. La clave estaba en contar con un buen director (Michael Radford, candidato al Oscar por El cartero y Pablo Neruda en 1994) y dirigirse a un público medio olvidado por la industria (el de la tercera edad) y que no se suele bajar películas de Internet.

La historia, que a veces tiene tintes de telefilme por su realización, se basa -por supuesto- en un final tan feliz como previsible, y la labor actoral de dos grandes con son McLaine y Plummer, ambos con un Oscar a sus espaldas.

Elsa y Fred son dos personas mayores, muy diferentes, que creen que ya no pueden esperar ninguna sorpresa de la vida. Ella es una soñadora llena de vitalidad que siempre se ha imaginada en el papel de Anita Ekberg, en brazos de Marcello Mastroianni, en la escena de la Fontana di Trevi de La Dolce Vita (Federico Fellini, 1960).

Él es un verenable anciano que toda su vida se ha comportado como se supone que tiene que hacerlo un hombre para triunfar en la vida, pero los años le han convertido en un cascarrabias. Sin embargo, tras la muerte de su mujer se encuentra sin rumbo. Su hija (Marcia Gay Harden, Into the wild) le aconseja que se vaya a vivir a un apartamento más pequeño, alejado de sus recuerdos. Allí, por casualidad, conoce a una vecina que le cambiará la vida.

Para McLaine, que últimamente estaba más interesada en sus paranoias paranormales que en actuar, ha sido la oportunidad de centrar su carrera y de que se habla de ella como actriz. Le hacía falta: la última vez que fue portada fue por preguntarse en una entrevista si las víctimas del Holocausto no estarían pagando por sus crímenes en vidas anteriores. Le cayó la del pulpo muy merecidamente. Pero con esta película se ha hablado de ella como la gran actriz que siempre ha sido.

ABIERTA AL AMOR

En las entrevistas que ha concedido la actriz de Irma la dulce (Billy Wilder, 1963) ha demostrado un excelente sentido del humor y aseguró que lo mejor de la película ha sido su buena relación con Plummer. "Los besos de la película son muy reales, pero es todo una actuación, aunque la amistad es sincera. Además Plummer quería mucho a mis perros [uno de los cuales, dice, conoció en una vida anterior] y yo siempre quiero a los que les gustan mis perros".

Sin embargo, no parecía muy contenta por cómo se ha promocionado la película en EEUU. Según declaró a The Telegraph, "espero que los británicos sean mejor promocionando mi película.  Ya sabes en qué tiempos estamos, todo el mundo quiere estar en el show-business durante 20 minutos y se pasaban más tiempo discutiendo quién me acompañará a la alfombra roja que en quién va a ver la película".

En Elsa & Fred es una mujer que sabe que le queda poco tiempo pero sin miedo a enamorarse. "¿Qué si yo tengo miedo al amor? Varios adivinos me han dicho que me prepare para alguien que está a punto de aparecer en mi vida. Sería sorprendente, pero estoy abierta. Me he enamorado muchas veces, aunque no he pensado en ello últimamente.  Pero no quería que eso me cambiara lo que estoy haciendo así que... ¿qué futuro tendría la relación?, respondió al diario.