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VALENCIA (EFE). La Universitat de València (UV) participa en un proyecto de investigación europeo para construir un simulador del comportamiento humano a partir del estudio de patrones de las conductas sociales en contextos como el actual, en el que interaccionan un gran número de agentes altamente interconectados.

El proyecto, bautizado con el nombre de IBSEN (Bridging the gap: from Individual Behaviour to the Socio-tEchnical maN), que se traduce como "Cerrando la brecha: del comportamiento individual al hombre socio-técnico", está financiado con más de 2,5 millones de euros por la Unión Europea con cargo al programa Horizonte 2020 de Tecnologías Futuras y Emergentes (FET en sus siglas en inglés).

El programa FET tiene como objetivo explorar nuevos campos de investigación interdisciplinar de alto riesgo, que sean susceptibles de desplazar a las tecnologías dominantes en un horizonte a medio y largo plazo, a pesar de tener en principio bajas prestaciones, según un comunicado de la institución académica.

IBSEN será desarrollado por un consorcio de alto nivel investigador formado por siete grupos de investigación de cuatro países de la Unión.

NODO UV

El nodo de la UV está liderado por la profesora Penélope Hernández, que durante tres años ha dirigido el Laboratorio de Investigación en Economía Experimental (LINEEX), un centro pionero en España que tiene como objetivo estudiar el comportamiento de las personas cuando interactúan en contextos económicos o sociales.

Según la profesora Hernández, "la experiencia adquirida por el Lineex será clave, ya que ha trabajado para organismos como el Instituto de Prospectiva Tecnológica de la Comisión Europea, con importantes empresas españolas del sector financiero y de gran consumo".

El equipo de IBSEN está formado por físicos, economistas, biólogos, psicólogos sociales y científicos de la computación, porque según Penélope Hernández, "el proyecto requiere de un alto grado de interdisciplinariedad" para cambiar "radicalmente muchos campos, desde la robótica a la economía, con impactos tecnológicos y sociales".

Para la investigación se desarrollarán experimentos controlados en los que participarán más de mil agentes, lo que la profesora Hernández califica como "una nueva forma de hacer ciencia social dirigida a abordar problemas que surgen en una sociedad tecnológicamente muy conectada".

La aspiración de los investigadores es "conseguir un nuevo protocolo experimental, el software necesario y las herramientas analíticas que permitan estudiar a miles de personas al mismo tiempo". Para ello, según Hernández, "se modelizarán las reglas que gobiernan la conducta humana, que incluyen la influencia del contexto social y la identidad individual".