VALENCIA. La gastronomía es un lenguaje universal y transversal como pocos. Es cultura y es un objetivo constante para el turista de cualquier tipo de nivel adquisitivo, sabedor de que a través de sabores, productos y rutinas culinarias está aproximándose como a través de contadas herramientas al lugar que visita. Por eso, no es descabellado reconocer aquellos amigos que, al volver de un país como Cuba, por ejemplo, de lo primero que se les ocurre hablar es de quel aquel puchero coronado por un bogavante recién pescado que una anciana les ‘invitó' a comer en su casa.
Muestra de esta vinculación entre gastronomía y turismo es el espacio físico que ocupan en las guías las referencias (y direcciones) al apartado culinario o reconocer que una parte destacada de la clientela de los principales restaurantes de la Comunitat Valenciana, especialmente en las grandes ciudades y en la costa, lo pueblan turistas. Por ese motivo, hace apenas año y medio, los franceses Camile Rumani y Jean-Michel Petit fundaron VizEat, la primera red social de ambición internacional enfocada al social dining. La solución es sencilla: dos tipos de perfiles, anfitrión o invitado; el anfitrión escoge su propio menú y lo ofrece; el invitado reserva a través de la web, que se convierte en un seguro para ambas partes de que, efectivamente, cuando se llegue a destino todo estará listo.
VizEat desembarcó en España en abril de este mismo año y ya tiene varios referentes a lo largo de la Comunitat Valenciana. Para consolidar su posición, la empresa ha lanzado recientemente los resultados de una encuesta con una muestra de 1.428 turistas españoles preguntados. Estos aseguraron que, en un 71%, están muy interasados en conocer la cocina local y un 60% ‘reservaría' si tuviera ocasión en casa de un local con tal de engullir la experiencia.
VizEat trata de concretar todas las posibilidades para que anfitriones de todo el mundo reciban a turistas en su casa, ofreciendo un menú con total libertad de sabor y un rango marcado de precio: entre 9 y 50 euros. Es el reflejo por llegar de la economía colaborativa al turismo, lo que algunos llaman 'tercera ola' o 'tercera revolución del turismo' y que tiene todo que ver con fenómenos como BlaBlaCar o AirBNB. Por supuesto, su carrera al margen de controles institucionales en comparación a las empresas establecidas ha levantado todo tipo de muros a esta conexión entre particulares, que en este caso mantiene e 100% del ingreso para el anfitrión y una total libertad de precios.
LOS PRIMEROS MANTELES DE 'VIZEAT'
En la provincia de Valencia, además de en la capital, encontramos casos como el de Carmen Estruch, que ofrece un menú de base mediterránea en su casa pegada a la playa de Xeraco. De hecho, ella misma sugiere hacer la cena y salir a tomarla a la fresca, "directamente sobre la arena". El caso de Estruch es peculiar porque ella misma se dedica al negocio de los viajes, pero con una plataforma propia y online "en la que la experiencia lo es todo".
"Yo misma he probado esta experiencia en otros países, aunque no he contado con esta plataforma. Cuando la conocí enseguida supe que tenía que ponerla en práctica como afitriona", añade. Estruch, que es además de agente de viajes cocinera de formación -aunque nunca ha trabajado en una cocina profesional-, es la primera usuaria de VizEat cuando piensa en un viaje fuera de España. De hecho, su próxima salida será a Marruecos y ya busca y concreta reservas en el país para sentarse a la mesa con 'autóctonos' y comprender inevitablemte así mejor el lugar que visita.
Ella misma transmite una idea que desde la organización creen fundamental: "hay mucha gente en el mundo y, por tanto, mucho tipo de viajero. Las personas no buscan algo económico únicamente; son curiosas. Pero hay que reconocer la influencia de la crisis en todos los países y en la forma en la que nos replanteamos todo lo que hacemos, como por ejemplo los viajes", remata Estruch.
LA TERCERA GRAN OLA PARA LA INDUSTRIA: EL TURISMO COLABORATIVO
La Comunitat Valenciana es casi dependiente del turismo para su PIB. El porcentaje de la riqueza que genera (siempre en el entorno del 10%) y los puestos de trabajo que se derivan directos e indirectos convive o choca, según a quién se le pregunte, con la 'tercera gran ola' para esta industria: el turismo colaborativo. Éste se trata de una evolución natural del mercado, el futuro del sector. "El mercado turístico debe por tanto adaptarse y explotar esta nueva vía de crecimiento. Sin lugar a dudas, y como refleja el presente estudio, el público lo está ya demandando", apunta VizEat desde un comunicado remitido recientemente a prensa.
El estudio aborda de forma más concreta cuales son las criterios más importantes para compartir una comida o una cena. Un 72% afirma que la amabilidad y el buen trato son valores fundamentales, seguido de la relación calidad/precio (49%) y la calidad de la comida (43%). Sorprendentemente el aspecto menos tenido en cuenta por encuestados es el idioma (33%), el cual no parece ser una barrera para los viajeros que elijan ciudades en el extranjero. Preguntados por las principales barreras a la hora de utilizar este servicio, un 54% de ellos afirman que prefieren acudir a un restaurante. La segunda razón para no utilizar este servicio es la preferencia de comer con amigos o familia. Por el contrario, la desconfianza por la calidad de la comida o el desconocimiento de los huéspedes con los que se va a compartir mesa, sólo es un impedimento para el 14% y 19% respectivamente.
Otra de las partes del estudio se refería a los anfitriones, donde un 49% afirman sentirse más atraídos por ofrecer comidas en sus casas, frente al 40% que las dejarían como hospedaje. En cuanto a los motivos que les llevarían a hacerse anfitriones, destaca el hecho de que puede ser una experiencia más social que gastronómica, ya que un 54% afirma que lo haría por conocer nuevas culturas y un 51% para conocer a nuevas personas. Otro motivo también relacionado con el mismo aspecto, es que para casi un 50% su interés radica en dar a conocer y explicar la cultura propia. Por otra parte, en un 46% de los casos la práctica de idiomas es otra de las razones para participar en VizEat.
Sorprende como el hecho de ofrecer comidas a turistas es visto como una fuente de ingresos adicionales en tan sólo un 34% de los casos.
Y, DE REPENTE, VIZEAT
Sin embargo, alguien tenía que proteger jurídicamente y crear una serie de vínculos de comunicación entre afitrión e invitados. Ahí es donde se enmarca VizEat, que cuenta con más de 1.500 anfitriones en los más de 50 países que está presente, y es por ello que permite una experiencia gastronómica y cultural personalizada en lugares tan diversoscomo Bangkok, Marruecos, Florencia, París, Madrid o Nueva York.
VizEat ofrece un contador intuitivo, hacerse cargo tanto de las transacciones como del seguro civil extendido por hasta 100.000 euros para los anfitriones. La reserva es muy sencilla y el anfitrión por su parte recibe el 100% de su petición económica, ya sea a través de tarjeta, domiciliación bancaria o servicios de pago digital. Una vez concretada la misma, anfitrión y turistas se ponen en contacto directo para deliberar cualquier detalle de la cita.
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