VALENCIA (EP/CP). El artista y catedrático de Bellas Artes de la Universitat Politécnica de Valencia, Horacio Silva, presentó este martes en el Centro del Carmen la exposición Shangri-La, compuesta por 50 obras en la que se realiza un viaje al "misterio del mundo oriental", y en el que "no sólo importa el destino final sino también el propio viaje", según explicó el director-gerente del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana, Felipe Garín.
Shangri-La es un "paraíso imaginario" en la novela Horizontes perdidos (1933) de James Milner, es un lugar situado en Asia, en una zona indeterminada entre el Himalaya, Nepal y China. Es una población que ofrece a sus habitantes "la felicidad soñada" gracias al aislamiento del mundo externo. Es "un mundo utópico y mítico" y esta muestra refleja "el elogio del viaje" para lo que "no hace falta recurrir a Ítaca ni a Cavafis", añadió Garín.
Silva relató cómo estuvo trabajando en una galería en Pekín y el lugar en el que pintaba servía para fabricar armamento antes de convertirse en un centro cultural "maravilloso". Allí, el artista alquiló un estudio en una zona llamada Shangri-La, en el que trabajó en el "embrión de esta exposición". Shangri-La también podría ser para él el Centre del Carme, donde ha vivido sus "momentos más felices", añadió.
La muestra se expone en la sala Ferreres del Centre del Carme de Valencia, un lugar que "no se come la exposición" por su gran tamaño, según Garín, y que muestra "un ciclo" de la vida del artista ya que Silva pasó "de ser estudiante a profesor", después a pintar en el propio centro y ahora a exponer su Shangri-La, la exposición "más importante de su vida" y "un sueño".
Una gran obra, de 4,5 metros de alto e idéntica medida de alto, que muestra a una mujer china, preside la sala en la que se pueden contemplar trabajos realizados a lo largo de cuatro años de tarea. Cada una de las salas interiores contiene un área temática.
Por su parte, Garín explicó que el artista ha ido "más allá en el mundo del color" que Silva definió como "vibrante" en una muestra que contiene, entre otros, cuadros de changshan, vestidos tradicionales chinos o de chinas que surgieron cuando el pintor observó a una "mujer bellísima" a la que fotografió. En la foto sólo se podía ver su figura y basándose en ella han surgido muchas de las obras expuestas.
También se puede observar un autorretrato realizado en técnica mixta sobre tela, concretamente de las manos del artista, que define como su obra "preferida" debido a que, junto con el cerebro, las manos "hacen que construyamos nuestra vida" y hay "una sincronía" entre la cabeza y estas extremidades que "son muy importantes en la evolución y en la vida". Pero Silva busca que "la gente interprete sus obras" ya que pinta "para que la gente se emocione y sienta" y "no tiene por qué coincidir la interpretación".
La exposición, que se inauguró este martes y permanecerá en el Centre del Carme hasta el 20 de septiembre, muestra cómo Silva ha "desconectado del mundo" y "disfrutado mucho pintando" y eso, según Garín, es propio del artista ya que Carpe Diem es la frase "que más le define".
El director-gerente del Consorcio de Museos destacó, en relación al artista, que pertenece a una "saga familiar" de artistas ya que el tío de Silva es Paco Sebastián, su hijo pertenece a la banda de música Polock y otros de sus familiares tienen relación también con el mundo artístico.
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