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EL PILOTO DE LA NUEVA AIR NOSTRUM

Carlos Bertomeu y el segundo despegue de Air Nostrum

JOAQUIM CLEMENTE / FOTOS: DANIEL DUART. 28/06/2015

VALENCIA. Carlos Bertomeu recita de memoria un sinfín de datos y cifras. Apenas se detiene a pensar unos segundos, como buscando en su cerebro ese detalle para completar una respuesta, para explicar esta o aquella complejidad del sector económico en el que se desenvuelve la empresa que preside. Pero son instantes imperceptibles, porque Bertomeu se sabe Air Nostrum de memoria. Al fin y al cabo es su proyecto. Lo diseñó siendo responsable de inversiones de Nefinsa, se puso al frente del mismo como consejero delegado y, veinte años más tarde, ha acabado siendo el accionista mayoritario. «No hubiera podido trabajar con otro accionista que no fuera Nefinsa... Soy muy mal mandado», reconoce, el desde el año pasado, presidente de la aerolínea valenciana creada por la familia de Emilio Serratosa.

«Yo no sabía nada de aviones», explica Bertomeu en una entrevista con Plaza, «así que opté por rodearme de especialistas para crear la compañía». Unos directivos que, tras largas etapas en la compañía ocupan puestos de relevancia en el grupo Iberia, la compañera de bandera que ha ido pescando en el caladero de Air Nostrum a sus nuevos gestores tras su integración definitiva en el consorcio hispanobritánico IAG. Pero Bertomeu sigue en su puesto, en un despacho en los pabellones de la antigua base militar de Manises (en realidad, término municipal de Quart de Poblet) que la compañía rescató del abandono para convertirla en su cuartel general. Desde allí ha dirigido la empresa durante dos décadas, convirtiéndose en el valenciano que más sabe de aviones y aerolíneas. Y con ese bagaje prepara el que será el segundo gran despegue de Air Nostrum en su historia.

La nueva era de Air Nostrum llega tras un proceso de redimensionamiento de la flota y las rutas que ha supuesto reducir la compañía a casi la mitad para garantizar su supervivencia. Una vuelta a los orígenes y a su negocio natural como compañía de aviación regional centrada en aportar tráfico al hub de su socio, Iberia, en Madrid y algunas rutas transversales. Todo mucho más modesto que la operativa que llegó a tener en su mejor momento la compañía. La crisis, «que en el sector de la aviación es recurrente aunque ésta ha sido excepcionalmente fuerte», provocó varios ejercicios consecutivos de pérdidas que pusieron en riesgo la viabilidad del proyecto. Hacía falta dinero y Bertomeu dio el paso.

«Cuando se hizo evidente que la compañía necesitaba una inyección de capital, los socios (Nefinsa, 70%, Caja Duero, 25%) nos advirtieron de que no estaban en disposición de aportar. Abrimos un proceso de búsqueda de nuevos socios y lo que nos llegó no me gustaba nada. Fondos que, desde luego, no hubieran mantenido la idea de proyecto de grupo de aviación que ahora tenemos sobre la mesa. Por tanto decidí presentar mi propia oferta», relata Bertomeu, que con un préstamo bancario y el apoyo de dos empresarios de los que se considera amigo y con los que comparte consejo de administración en el Instituto Valenciano de Infertilidad (José Remohí y Antonio Pellicer), suscribió la ampliación de capital y tomó el control de la empresa.

«Hemos hecho un proceso de reestructuración durante seis años que ha sido muy traumático y eso tiene que concluirse con el cambio de flota a sólo cuarenta aviones de cien plazas y varios turbohélices y CRJ 200 para líneas muy concretas. Ese escenario llegará en 2018», explica Bertomeu, que califica este primer paso de la nueva etapa como la consolidación de los cambios tanto en la estructura de la flota como en las rutas.

A este proceso de consolidación, Bertomeu añade la necesidad de recuperar la fortaleza financiera que tuvo la empresa en el pasado y que perdió con la crisis. «Tenemos que reforzar las finanzas para estar preparados para la siguiente crisis, que vendrá, porque en la industria aérea siempre vienen crisis».

Pero lo más relevante del plan de futuro de Bertomeu para Air Nostrum es la diversificación del negocio. «Tenemos que rentabilizar lo que hemos aprendido durante los veinte años de vida y en especial de estos seis de crisis», explica. Y para ello ha puesto la vista en el que consideran será el mercado de la aviación regional en el futuro inmediato: Latinoamérica.

«UN GRUPO MÁS GLOBAL»

«Air Nosturm sabe hacer muchas cosas. Creamos una compañía aérea desde cero, algo que no muchos equipos pueden decir. Participamos en la puesta en marcha de Clickair, y en los últimos seis años nos hemos dedicado de forma muy intensa a alquilar a terceros los aviones que nos sobraban tras la reducción de rutas. Somos muy buenos en mantenimiento, que ya realizamos para terceros», explica el directivo. Con esos pilares Air Nostrum quiere desarrollar su diversificación: «Geográficamente, por negocios y societariamente. Si pudiera soñar, lo que me gustaría es pasar de ser una aerolínea a un grupo de aviación más global».

Los planes en este proceso son realmente ambiciosos y representan un cambio radical en la gestión de la compañía desde su fundación. Bertomeu los detalla con su forma de hablar especialmente didáctica, no se sabe si fruto de su labor docente en una escuela de negocios o por lo que a él mismo le costó entender un negocio al que llegó virgen. El primer paso en esta etapa es la escisión de la división de mantenimiento en una filial bautizada como Air Nostrum Technics.

«Tenemos que buscar clientes para nuestro departamento técnico, que sabe mucho de un tipo concreto de aeronaves y que, tras reducir nuestra propia flota, tiene capacidad para asumir más trabajo. El problema es que esos clientes nuevos están en otros mercados donde están en estos momentos emergiendo compañías regionales similares a como éramos nosotros hace veinte años y con unos aviones en los que somos expertos y que precisamente son los que estamos reduciendo de nuestra flota», asegura Bertomeu. «Air Nostrum Technics tendrá una base de operaciones en Latinoamérica ubicada en Paraguay», anuncia Bertomeu, «donde atenderemos a compañías latinoamericanas, especialmente las que se han quedado los aviones que han dejado nuestros hangares». Latinoamérica, como después explicará Bertomeu, será el pilar de muchos proyectos vinculados a la internacionalización de la compañía.

Pero el concepto de grupo de aviación que ha diseñado Bertomeu va más allá. «Vamos a participar accionarialmente en la creación de una compañía de vuelos regionales en Paraguay. Asimismo, nos planteamos entrar en una compañía argentina con la que estamos negociando desde hace dos años», anuncia. Carlos Bertomeu explica que estas participaciones accionariales se tomarían sin aportar capital: «Nuestra experiencia en gestión de flotas y de puesta en marcha de compañías es la garantía que les ofrecemos a los financieros de estas operaciones». Además, Bertomeu anuncia también la creación, junto a un grupo financiero holandés, de una empresa mixta con sede en Irlanda para gestionar por leasing algunos de los aviones que van a salir de la flota. Y finalmente, la última y relevante novedad.

«Estamos en negociaciones con un turoperador centroeuropeo para crear una empresa chárter conjunta que complete su oferta de paquetes vacacionales en España pero que no tiene aviones, como ocurre con otros similares». Aunque Bertomeu no entra en detalles, reconoce que la operadora está especializada en un nicho de negocio que utiliza aviones chárter del tamaño al que Air Nostrum está habituada. «Pero si tuviéramos que dar el salto a aviones más grandes, todo es plantearlo», apunta el presidente de la compañía aérea. ¿Y en España? «La Air Nostrum que tenemos hoy es la que necesitamos. Pero si en el futuro surgen oportunidades de negocio rentables en España, las aprovecharemos». Bertomeu no se pierde una...

DE DIRECTIVO A EMPRESARIO

Lo que el empresario tiene claro es que esta nueva etapa la afrontará «en solitario». Después de varias décadas ejerciendo de hombre fuerte en el organigrama de Nefinsa, el grupo de inversión que crearon Emilio Serratosa y sus hijos tras la venta de Valenciana de Cementos, Bertomeu ha cruzado la línea que separa al directivo del empresario. «Con los Serratosa he tenido la mejor relación del mundo. Les debemos la compañía que tenemos hoy y lo que soy yo como directivo. A mí me cogieron muy joven como director financiero cuando vendieron Valenciana de Cementos», relata.

Bertomeu, que mantiene una estrecha relación de amistad tanto con la parte de la familia que se quedó en Nefinsa, con Javier Serratosa a la cabeza, como con la que se marchó y puso en marcha Zriser, liderados por Pablo Serratosa, considera que la forma de gestionar los negocios de esta histórica familia valenciana es ideal para su carácter y temperamento. «Difícilmente hubiera podido trabajar con otros accionistas porque yo soy una persona... No sé como decirte. Siempre han sido accionistas que aportaban y que te dejaban hacer, y eso es muy raro. Yo soy muy mal mandado. No habría podido trabajar más de veinte años seguidos con un accionista más ejercitante de la cuenta».

Aunque Nefinsa, que se ha diluido en el capital de Air Nostrum tras la ampliación y, pese a mantener una pequeña participación ya no está en los órganos de gobierno de la empresa, atraviesa momentos complejos por su elevado endeudamiento y los problemas de su gran participada, Uralita, Bertomeu destaca el papel jugado por el brazo inversor de los Serratosa. «Nefinsa tenía múltiples capacidades que nos han permitido ser lo que somos. Y en una compañía aérea necesitas un tipo de accionista ‘antipelotazo', es decir, un accionista empresario de verdad, de largo recorrido, que te aguanta los nubarrones y los errores rectificados. Con un accionista que no sea corredor de fondo hoy no seríamos nada».

De la boca de Bertomeu no salen más que buenas palabras para los que han sido sus jefes durante toda su vida laboral .«Les debo mi trayectoria profesional, además de que me une una enorme amistad personal y una enorme admiración profesional», y confía en que puedan salir del bache que atraviesan en Nefinsa.

«Por el bien de los valencianos y por el bien de la clase empresarial en general, que es el motor de la economía, es importante que salgan de ésta. El que es empresario asume riesgos. El grupo Nefinsa que fue un motor de crecimiento de la Comunitat Valenciana, que tuvo el valor de invertir lo que sacó de Valenciana de Cementos en negocios de largo plazo, se ha visto ahora afectado por la crisis. Son empresarios de casta que cuando les toca crecer crecen, cuando les toca decrecer, decrecen y que ahora están adaptándose a las circunstancias con mucho sufrimiento. Pero quien no arriesga, no invierte, no crea riqueza y empleo no pasa por estos apuros».

Carlos Bertomeu no tiene fin. Después de la entrevista toca sesión de fotos por los hangares, en la cabina de un avión, en la escalerilla... brotan como un surtidor anécdotas, datos, historias y buen humor. Con este piloto a los mandos, no debe extrañar que este segundo despegue cuente igualmente con un gran éxito.

(Esta entrevista se publicó en el número de abril de 2015) 

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