VALENCIA. En 2008 dijo que se jubilaría en 2010. No lo hizo. Padeció un ictus y pese a ello siguió dirigiendo los destinos musicales del Palau de la Música con tino y acierto. Era mucho más que la mano derecha de la presidenta Mayrén Beneyto, más que su consorte...
Durante los últimos tres lustros, desde que fuera nombrado subdirector de música e intendente de la Orquesta de Valencia en febrero de 2000, Ramón Almazán ha sido el pilar musical sobre el que se ha construido el auditorio del Paseo de la Alameda. Suya ha sido la programación así como el crecimiento de la Orquesta de Valencia. Suya la responsabilidad de hacer que siguiera girando por Europa, incluida una visita a la República Checa y Alemania, y otra Turquía e Italia.
Este viernes pasado Almazán se despidió de la Orquesta de Valencia en un acto íntimo que se celebró en la sala de ensayos. El intendente de la formación bajó a ver a los profesores y, tras una breve alocución en la que recordó el cambio político que se ha producido en la ciudad, se despedía de los profesores de la formación. La respuesta de los músicos sorprendió a más de uno. Le aplaudieron. De manera intensa y prolongada. "Fue un aplauso sincero. Se nota que la gente lo aprecia", explica uno de los testigos de la despedida. Constituyó el fin más dulce a la relación entre el responsable musical del auditorio y su formación.
Almazán, pese a sus disparidades con los profesores, se ha mostrado siempre respetuoso con su criterio. Así sucedió cuando la formación eligió a Yaron Traub como director en lugar del italiano Carlo Rizzi, su candidato. En esa ocasión Almazán cedió y no impuso su criterio.
Con una relación complicada con Traub, Almazán consiguió adaptarse a la situación y logró que durante todo este tiempo el Palau mantuviera una alta calidad, y con el tiempo mejoró su relación con el director israelí. Ejemplo de su dedicación, en 2011 el subdirector del complejo donó su fondo musical y fonográfico a la institución. En total son 1.327 CD, 524 de ellos de música sinfónica y de cámara, y otros 803 dedicados al mundo de la ópera que abarcan diversos periodos, en especial los belcantistas y veristas. Asimismo se encuentran 358 vinilos y 206 grabaciones de DVD y VHS.
Ahora, con su marcha y tras la despedida de Beneyto, el Palau de la Música se queda sin cabeza visible artísticamente hablando. Se va pero deja cerrada la programación y la renovación de Traub, quien seguirá en Valencia hasta la temporada 2016-2017.
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