VALENCIA. Les propongo un viaje gastronómico que no olvidarán. Los anfitriones serán un escocés y un peruano, Michael y Santi. El viaje tendrá varias escalas y durará siete días. La primera parada será en Berlín, donde Santi nos preparará un MuleWine (algo así como un vino caliente aliñado) y, desde luego, no faltará la fiesta. La siguiente será Indonesia y Michael nos cocinará un Beef Rendang (un guiso de carne con una salsa reducida con leche de coco y especias) mientras buscamos no sé qué en el horizonte. Después vendrán Japón, Inglaterra y Perú. Al final lo recordaremos todo tomando unas clóchinas con chorizo y un cocktail sin título en el barrio de Ruzafa.
Pero bueno, empecemos por el principio de esta historia sobre gastronomía, amor y viajes. Michael nació en Escocia y después de estudiar cocina en su país y trabajar durante muchos años en las cocinas de varios hoteles en Londres se pasó al otro lado, a la industria de la alimentación, trabajando para la empresa que fabricaba toda la comida de los Marks&Spencer. Fue allí donde un amigo le habló de un trabajo en Japón. En la ciudad de Nagoya había un japonés atrevido que había creado algo así como un jardín inglés en donde tomar té y pastas (muy freaky) y buscaba cocinero. Michael no se lo pensó y cogió un avión rápidamente.
Por su lado, Santi nació en Perú y después de estudiar moda emigró a Japón a los 18 años, siguiendo los pasos de su familia. Aterrizó también en la ciudad de Nagoya, donde conoció a Michael. En esos años Santi trabajaba para Toyota, aunque su ilusión era trabajar en el mundo de la moda. En 2005 se fue a Aichí para trabajar en el pabellón español de la Expo 2005, lo cual, sin saberlo, le iba a abrir la puerta de su siguiente aventura.
(Lea el artículo completo en el número de junio de Plaza)
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