MADRID (EP)- La directora mexicana Claudia Sainte-Luce lleva dos años viajando por el mundo con su ópera prima Los insólitos peces gato, una obra en la que no ha podido evitar narrar su propia experiencia y los sentimientos de pérdida y soledad que más le asustan.
"El cine es una buena manera de resumir lo valioso de la vida", aseguró en una entrevista al presentar esta película sobre el caso real de una mujer que se acerca al momento de su muerte, víctima del sida, y que se rodea de familiares y nuevos amigos.
Desde que se estrenó, esta cinta no ha pasado desapercibida: a las cinco nominaciones a los Premios Ariel de México se suma el Premio Especial del Jurado a la Mejor Película del Festival de Gijón; el galardón a la Mejor Película Iberoamericana del Festival de cine de Mar del Plata; el premio a la Mejor Dirección Novel del Festival de cine de San Francisco; el Premio de la crítica internacional, del Festival de cine de Toronto; o el premio a la Mejor Ópera Prima del Festival de cine de La Habana, entre otros.
Su premisa es aparentemente simple: "Tienes dos horas para contar algo importante, mientras que en la vida tenemos más pausas, el tiempo es más laxo. Aquí tienes un tiempo limitado y has de hacer sentir de todo, es como correr una maratón".
EL TABÚ DEL SIDA
Para lograr esto, la directora buscó un elenco de actores que tuvieran la disposición suficiente para ensayar durante dos meses su papel en esta cinta y, según aseguró, no fue fácil. A ello, se sumó la negativa de muchas actrices a adelgazar, a aparecer con mal aspecto e incluso a interpretar a una mujer con sida. Finalmente, encontró a Lisa Owen (El señor de los cielos, 2013), quien recibió el premio Ariel a la mejor coactuación femenina por esta cinta.
Los insólitos peces gato es una narración autobiográfica y, aunque Sainte-Luce afirmó que uno ha de cambiar la acción y convertirla en ficción para que funcione como obra audiovisual, contó con uno de los elementos reales de esta historia en su cinta. Wendy, una de las hijas de la mujer enferma, accedió a interpretar su propio personaje. "Fue muy lindo", aseguró.
Sainte-Luce asegura que todas sus películas van a ser autobiográficas porque le cuesta imaginar cómo contar otros sentimientos que no sean los suyos propios. En este caso, aborda la llegada de la muerte, una situación que le quita el sueño, según añadió, porque cree que es para lo que el hombre está menos preparado.
PREPARASE PARA LA MUERTE
Hace apenas una semana que la directora ha terminado el rodaje de La caja vacía, una historia sobre la relación entre un padre y su hija en la que ella misma actúa. Para ello, la actriz ha viajado a Nueva York y Haití, país del que procede su padre y que influye en su personalidad, tal y como ha descubierto en este viaje.
"No es cuestión de encontrar inspiración, sino ver lo que me obsesiona, las alegrías y tristezas, y si uno no habla de eso no vale la pena ni empezar a trabajar", apuntó.
Su intención es no parar de rodar y ya está preparando el guión de su próxima aventura cinematográfica, una narración "menos lineal" en la que jugará con la herramienta del salto en el tiempo para "traducir emociones" y "hablar desde tu universo a los otros con imágenes y sonidos".
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