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VALENCIA. La industria editorial y la red de bibliotecas corren en direcciones opuestas con el ebook. Mientras que las primeras se dividen entre la exploración de títulos seleccionados o el cerrojazo digital (algunas, como en el caso de Bromera, tras ser pioneras en España en la conversión y también en la frustración comercial del canal), los responsables de la Xarxa de lectura pública valenciana han encontrado un filón a largo plazo con el ‘libro digital' que ya muestra sus primeros resultados en el plazo más inmediato.

Desde que fuera puesto en marcha el pasado 21 de enero, el proyecto estatal eBiblio ha sumado 2.249 usuarios activos y 6.927 préstamos realizados en la Comunitat Valenciana, según los datos facilitados por la Xarxa a ValenciaPlaza.com. En este semestre de inicio -el plan estatal de Cultura llegó el pasado lunes a Cataluña-, la experiencia ha ido progresando entre los lectores a partir de un buscador de títulos que solo encuentra 174 obras digitales de editoriales valencianas entre las algo más de 2.000 disponibles.

CÓMO FUNCIONA

Los títulos permanecen durante 21 días en el dispositivo del usuario, cualquiera que soporte la lectura de formatos ePub o .pdf, pero las licencias no son ilimitadas. De hecho, eBiblio cuenta con 22.701 licencias en la Comunitat para las citadas dos mil referencias, por lo que se genera una lista de espera, exactamente igual que en el método tradicional de préstamo presencial del libro de papel. La gran diferencia en este caso es que el usuario esperará en casa el día señalado y podrá descargarse con su identificador del carné de la biblioteca el título deseado, sin desplazarse.

"El ebook está llamado a cambiar el modelo de la red de bibliotecas", destaca a este diario digital Antonio Peña, subdirector general del Libro, Archivos y Bibliotecas  perteneciente a la Conselleria de Cultura. Él mismo destaca la reticencia de las editoriales valencianas, cuyas condiciones no encontraron una negociación en términos asumibles para las partes, tal y como ha contrastado ValenciaPlaza.com con algunas fuentes del sector. No obstante, Tirant lo Blanch, Nau Llibres-Edicions Culturals Valencianes, Dylar y JPM Ediciones ya han dado el paso con algunos títulos.

SUBVENCIÓN A LA VISTA

La decepción entre ambos bandos, en sintonía para las condiciones y fórmulas para los libros de papel, podría tener un espacio intermedio de encuentro. La Generalitat Valenciana trabaja en la convocatoria de 100.000 euros en ayudas para la digitalización de títulos de editoriales valencianas, independientemente del idioma en que publiquen. "El interés de los responsables de las redes de lectura públicas es que se lea cuanto más mejor y no podemos dejar de lado que las nuevas generaciones tienen un acceso constante a smartphones y tablets", añade Peña. 

-¿Y cómo cambia esto el modelo de las bibliotecas públicas actuales?
-"Ya lo está haciendo: los bibliotecarios están en plena sintonía con este proyecto porque la biblioteca sigue abierta pero su actividad es más interesante. Siguen ejerciendo el papel de mentorización y lo hacen formando parte de la comisión que compra estos títulos y licencias. Son los que siguen pendientes de qué interesa al público, mantienen un control del fondo, dinamizan clubs de lectura..."

No solo eso. Las bibliotecas han empezado a adaptarse cada vez más rápido a otros servicios que van desde una formación específica y vinculada para desempleados a cursos de inglés vinculados a escuelas oficiales (actualmente, con el British Council de Valencia). "El servicio de recogida en la biblioteca y la devolución está llamado a desaparecer con la progresión del libro digital, aunque somos conscientes de que, al igual que puede pasar con la prensa, el papel no va a desaparecer porque necesitamos el contacto y otra experiencia a través de este".

EL AUDIOVISUAL, DESCARTADO DEL ACCESO DESDE CASA

Peña asegura que la inversión en compra de títulos de papel desde la Xarxa no ha disminuido, "pero con el libro electrónico tratamos de ser activos a la hora de abarcar a todo espectro de población. El modelo de biblioteca que conocíamos se ha superado y ahora hay más usos: servicio de WiFi abierto, materiales didácticos para adultos en talleres o idiomas y también el servicio de préstamo audiovisual (cine y series) y discoteca (música)".

-¿Este servicio audiovisual es sensible de acabar en una plataforma similar a la de eBiblio, accesible desde casa a todos los ciudadanos?
-No. Ni siquiera se ha planteado porque el tema de los derechos de autor funciona de otra forma. Ese terreno debe estar muy sopesado y medido. No puede limitar intereses económicos de una cifra de años muy elevada y, por el momento, ninguna administración piensa en ello.