VALENCIA (VP). Ecologistas en Acción ha alertado del grave riesgo que supone para la salud de nuestro planeta continuar tratando los océanos como una fuente inagotable de recursos a la vez que sumidero permanente de todos nuestros desechos. Una alerta que han lanzado este lunes, Día Mundial de los Océanos.
Los océanos son la sangre de nuestro planeta y el espacio de vida más grande conocido. Contienen el 97% del agua de todo el planeta, de la cual el 90% de ella es fría, oscura y profunda, y solamente bajo su superficie, alberga entre el 50% y el 80% de toda la vida del globo. En ellos habitan desde los organismos más diminutos, hasta los más grandes; pero sobre todo, los más desconocidos. Solamente se ha podido estudiar el 10% de los mismos y una de las conclusiones obtenidas es que apenas llegamos a conocer el 14% de la biodiversidad marina (Bouchet, 2006).
Los océanos producen entre el 505 y el 85% de oxígeno de nuestra atmósfera. Pero no sólo nos dan oxígeno: los ecosistemas marinos proporcionan, además, un flujo de servicios imprescindibles para el bienestar humano, cubriendo tanto demandas de alimentación como de disfrute, distribuidos en servicios que en La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio han sido catalogados como servicios de abastecimiento, de regulación o culturales.
En otras palabras, en nuestro día a día, del mar obtenemos el pescado, los moluscos, los crustáceos; pero también la sal de muchas de nuestras comidas y conservas. Numerosos oligoelementos, fármacos y medicamentos se obtienen de los océanos; incluso en muchos lugares, el agua que bebemos se obtiene de la desalación del agua de mar. Más del 80% del volumen del comercio mundial se mueve por mar, y muchas actividades culturales de ocio y esparcimiento dan vida a numerosas poblaciones costeras. Tan sólo, el turismo de sol y playa supone en torno al 10% del PIB. Uno de los principales motores de nuestra economía que, aunque no lo sepa, subsiste gracias a los valores que los ecosistemas oceánicos le proporciona.
IMPACTOS HUMANOS DERIVADOS
La superficie que ocupan estos ecosistemas marinos representa 2,5 veces la superficie terrestre nacional, y en los últimos 50 años se ha incrementado el uso del 80% de éstos. Consecuentemente, también se han incrementado los impactos humanos derivados, lo que ha conducido a su vez a que un 40% de los servicios evaluados en este mismo periodo hayan sido degradados o estén siendo usados de manera insostenible. En definitiva, se ha generado una gran pérdida de biodiversidad -a nivel global, los ecosistemas del litoral sumergido, desaparecen a un ritmo entre 4 y 20 veces superior al de los bosques tropicales (Duarte, 2006)- y se ha disminuido la capacidad de los mismos para seguir ofreciendo servicios esenciales para la pervivencia de la humanidad.
Usamos (y tiramos) 1 millón de bolsas de plástico al minuto. Los océanos son a menudo las alfombras bajo las cuales se pueden esconder las basuras que no se recogen. El 80% de la basura que reciben, procede exclusivamente de los desechos terrestres. Más de 350.000 buques transitan al año por las aguas jurisdiccionales españolas, provocando sistemáticos episodios de contaminación, accidentales o intencionados. Son habituales los "sentinazos", o las descargas derivadas de actividades de avituallamiento de combustible en alta mar. Desde el punto de vista de los recursos vivos oceánicos, existe una clara explotación insostenible. La cantidad y algunos de los métodos de extracción pesquera suponen claramente una amenaza para la salud de los océanos. Las poblaciones de grandes especies comerciales como el pez espada, el atún o el bacalao han disminuido en un 90%. Sólo en el Mediterráneo, más del 90% de los recursos pesqueros evaluados están sobreexplotados. Incluso en pescaderías se comercializan animales que están clasificados en algunas de las listas de la UICN como en peligro de extinción.
PETICIÓN DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
Ante esta preocupante situación, Ecologistas en Acción exige al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, así como al resto de Administraciones con competencias sectoriales que afectan al medio marino, el cumplimiento y aplicación de la normativa europea y estatal en materia de protección del medio marino y su biodiversidad: Directiva Hábitat, Directiva Marco del Agua, Directiva Marco sobre la Estrategia Marina, Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad así como la Ley 41/2010 de Protección del Medio Marino.
Igualmente se exige que se apueste de manera decidida por la puesta en marcha de una transición ordenada hacia pesquerías selectivas y de bajo impacto ambiental y el acceso a los recursos pesqueros en base a criterios ambientales y sociales. El aumento de los espacios marinos protegidos, en especial de los ecosistemas profundos. La implementación eficaz y proactiva de medidas encaminadas a la lucha contra la contaminación marina accidental, así como el desarrollo de un marco sancionador que acabe con la impunidad de los que contaminan deliberadamente. El impulso definitivo de una estrategia de adaptación al cambio climático en la costa, el control efectivo de los vertidos desde tierra al mar, la erradicación de todas aquellas industrias altamente contaminantes de nuestro litoral y un cambio radical en la política privatizadora de la costa.
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