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VALENCIA. En 2010, James Wan (el director de Saw) cosechó un enorme éxtio de taquilla con Insidious. La historia iba de una familia que se traslada a una nueva casa y, por culpa de un accidente, uno de los hijos entra en coma. A partir de ahí, empiezan a producirse una serie de fenómenos paranormales que hacen pensar que el chico está poseído.

Como suele ocurrir, la película tuvo una continuación y, este viernes, la saga vuelve a los cines. Sin embargo, hay dos diferencias. La primera, el cambio de director que, en esta ocasión, es el hasta ahora guionista de la serie Leigh Whannell (y también de las dos primeras de Saw), que se estrena tras las cámaras. La segunda, que Insidious: Capítulo 3 es una precuela en la que no aparece la familia Lambert.

La protagonista, en esta ocasión, es Elise Rainier (interpretada por Lin Shaye), que repite en su papel de médium de guardia. La historia va de cómo Reiner, que está retirada, acepta utilizar sus poderes para ayudar a una joven poseída por un ente sobrenatural. Completan el reparto Dermot Mulroney (Jobs, 2013), Angus Sampson (repite en el rol de Tucker) y el inquietante Michael Reid McKay (Seven, 1995).

A TORTAS CON LA CENSURA

Una de las curiosidades sobre la película es que tuvo que someterse a un pequeño proceso de reedición para lograr conseguir en EEUU la clasificación de autorizada para mayores de 13 años en lugar de para mayores de edad. La productora no ha querido especificar qué ocurrió, y se limitó a señalar que se trata de una escena en la que aparecía una correa de perro y que a los censores les recordó el mundo de BDSM (a saber en qué estarían pensando).

Según declaró Whannell con motivo del estreno la película, "es una especie de premio de consolación para los que de verdad quieren saber qué ocurrió después del Capítulo 2. A los que se vayan a sentir decepcionados les digo que se les pasará cuando vean a Lin Shay en la pantalla. No es un fantasma, no está muerta, está viva. Además, hace un gran papel".

La cinta, eso dice él, no es solo una película de terror sino algo más. "El gran tema es la pérdida. Perder a alguien, a alguien a quien quieres. Sentir el vacío en tu vida y en tu muerte. Cuando lo piensas, todas las películas sobre lo sobrenatural son sobre la muerte. Y de eso hemos querido hablar. Y he querido ir a lo más profundo de ese concepto", explicó.

LA CHICA ES GUERRERA

Sobre el personaje de Elise aseguró que en esta entrega "he querido convertirla en un superhéroe. Quise que fuera una badass que va pateando culos y lo hemos conseguido. Es una especie de pistolera que está retirada y que tiene que volver a su antiguo oficio, aunque no quiere".

De hecho, tanta importancia ha tomado el personaje que no rechaza que la siguiente entrega esté temporalmente situada entre esta y el Capítulo I. "Creo que sería un buen marco temporal ahora que ha redescubierto su amor por su trabajo y por la gente. Ahora resuelve otros casos y eso deja una especie de zona en blanco en la que podemos trabajar".

Para Jason Blum, productor de la cinta (y de las sagas de Saw y Expediente Warren), lo mejor de esta entrega es que "a diferencia de otros títulos de terror, y en contra de lo que muchos piensan, es un  película muy chistosa. Lo que tiene de especial es que te va a asustar mucho pero también tiene un poco de humor y risas, lo que la hace todavía más aterradora". A destacar, las referencias que hay a otros títulos es los que también ha participado esta especie de Rey Midas del miedo.