VALENCIA. Más de 30 premios internacionales avalan la película cubana Conducta, una comedia con el mundo de la escuela de telón de fondo Está dirigida por Ernesto Daranas Serrano, cineasta de profesión y docente de formación y algunos críticos la consideran incluso heredera de clásicos de Tomás Gutiérrez Alea como Las doce sillas (1962) o La muerte de un burócrata (1966).
La historia sigue las desventuras de Chala -Armando Valdés Freire-, un chaval de apenas 11 años que se dedica a entrenar perros de pelea para salir adelante en La Habana. Hijo de una drogadicta, Chala está abocado a la delincuencia y solo su amor por Yeni -Amaly Junco- y el apoyo de su profesora Carmela -Alina Rodríguez- consiguen evitar que se eche a perder definitivamente. Pero todo cambia cuando la docente cae enferma y su sustituta decide mandarlo a una ‘escuela de conducta'.
Triunfadora en los festivales de Málaga (4 premios) o el de Huelva (mejor película), Conducta puede presumir incluso de haber sido nominada a los Oscars. En Cuba, uno de los primeros países del mundo en erradicar el analfabetismo pero con la educación en crisis, ha sido todo un fenómeno social.
Según explicó Daranas Serrano en una entrevista concedida a la revista Cubasi, "la historia se centra en la importancia que tiene para un niño como Chala una maestra como Carmela. Cada uno de los personajes de la película actúa según escalas de valores diferentes y en todos hay una ética, de acuerdo a la realidad que les toca vivir".
LA IMPORTANCIA DE LAS 'CARMELAS'
"Más que cuestionar el sistema de enseñanza", añadió, Conducta "aborda algunos de los riesgos a los que está expuesta la niñez de esos sectores más humildes, y la importancia que tiene para esos niños un aula como la de Carmela. Un aula que es como una Cuba en miniatura, en la que nuestros problemas y contradicciones se manejan frontalmente".
Pero, ¿refleja realmente la película la realidad cubana? Según Daranas "es básicamente una historia de ficción armada desde muchos referentes. Algunos de ellos provienen de ese trabajo de campo previo al rodaje y de los aportes de casi todo el colectivo de la película. Otros son autobiográficos. Como cualquier muchacho, tuve mis Carmelas y crecí entre amigos parecidos a Chala, con los que compartí algunas de las cosas que están en la película".
Otra protagonista de la cinta es la capital cubana. "He vivido toda mi vida en La Habana Vieja. Es un lugar que conozco y que he aprendido a mirar a mi manera. Es inestimable el valor de lo que en esta ciudad se pierde, y aun así, la belleza de esa agonía es impresionante. Aquí tengo que mencionar que tuve la suerte de poder compartir el trabajo con Alejandro Pérez en la fotografía y con Erick Grass en la dirección de arte, porque sin ellos esa mirada no hubiera sido la misma", explicó Daranas.
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