VALENCIA. Desde Trainspotting (Danny Boyle, 1996) el escocés Ewan McGregor es uno de esos actores cuya presencia en una película hace que te entren ganas de verla. Sus aficionados están de enhorabuena: esta semana llega a la cartelera Son of a gun, una producción australiana que supone la primera película de Julius Avery (que ganó un premio en Cannes por su cortometraje Jerrycan) y que está centrada en la relación casi paterno-filial entre un criminal experto y un joven que hace sus primeros pinitos en el mundo del delito.
JR (Breton Thwaites, el príncipe de Maléfica) es un chaval que ingresa en prisión por un crimen de poca importancia. Allí, se gana la confianza de Brendan Lynch (Ewan McGregor), el enemigo público número uno de Australia. Ambos consiguen huir de la cárcel y entre ellos se crea una extraña relación de codepencia. Pronto, JR aprende que para sobrevivir en un mundo tan difícil hay que ir un paso por delante de los demás o acabar convertido en un simple peón en un juego que, muchas veces, es a vida o muerte.
Según McGregor, el personaje de Brendan Lynch ha sido un gran desafío profesional ya que está en las antípodas de lo que ha hecho hasta ahora. "Hay algo muy interesante en lo duro, inteligente y manipulador que es. Hace tiempo interpreté en el teatro a Iago, el personaje de Otelo, que era un gran manipulador y disfruté mucho haciéndolo. Así, esta fue una oportunidad de profundizar en ese registro además de hacer de alguien que está al mando hasta el final. Nadie le cuestiona. Fue muy divertido", aseguró al revista Nerdy.
EL ENÉSIMO GUIÓN FUERA DE SERIE
Para McGregor —como dicen todos los actores cuando presenta su última película— el personaje de Brendan Lynch le atrajo desde el principio. "Leo muchos guiones que son, simplemente, versiones de otras películas, pero esta tenía algo distinto en su corazón, una historia compleja sobre el paso a la edad adulta. En el fondo del guión hay una ‘búsqueda del padre', y como esto hace más profundas las relaciones personales entre los personajes, la historia se convierte en algo más que en una cinta de tiros o de 'el gran atraco'. Hay algo muy profundo en el fonfo y creo que es lo que mantiene unido el conjunto", aseguró.
Para meterse en el papel de un duro criminal, el Obi-Wan Kenobi de la primera trilogía de Star Wars, aseguró que "tuve que hacer mucho ejercicio en casa durante dos o tres meses para estar en forma. Quería tener el aspecto de que podía hacerme cargo de mi mismo".
"Luego fui a una cárcel", siguió contando, "y me encontré con esos tipos enormes y dije ‘muchas gracias Julius (Avery), haces que parece pequeño'. Matt Nable [el actor de Asesinos en Serie también aparece en la película] me acogió cuando estábamos en Kalgoorlie. Estuvimos unos diez días allí y formamos una especie del club de la lucha con Matt, Brenton, Nash Edgerton, y otros miembros del rodaje se unieron".
UNA RELACIÓN PATERNO-FILIAL
McGragor también habló de la relación entre su personaje y el de Brenton Thwaites. "Hay algo definitivamente paternal en ello. Él le muestra el camino, pero es su camino. Lo está arrastrando a un vida de crimen y violencia a la que el chico no está acostumbrado. JR, lógicamente, ha hecho algo para acabar en la cárcel pero tienes la impresión de que no fue algo grave".
"Sin embargo, continuó, "cuando conoce a Brendan y Sterlo, ve la violencia de la que es capaz y hasta que punto es algo mundano para ellos. Brendan le está enseñando esta mundo, y lo está haciendo hasta el fondo y mostrándole todo, como haría un padre que enseña a su hijo a montar en bicicleta".
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