VALENCIA. A primera vista, parece la típica película de terror teen para atraer a los ociosos adolescentes norteamericanos que pasan la tarde matando el tiempo en un centro comercial. Pero, a juzgar por la crítica, It Follows (un juego de palabra que se puede traducir tanto por "la consecuencia" como por "eso persigue") podría ser una agradable sorpresa. Diarios tan respetables como The Guardian comparan lo que ha hecho su director (David Robert Mitchell) con lo mejor del cine de los 80 citando referencias tan sagradas para los aficionados al cine fantástico como Posesión Infernal (Sam Raimi, 1981) o Halloween (John Carpenter, 1978).
La historia va de un joven díscola, Jay Height, que un día sucumbe ante los encantos de su novio en el asiento de atrás de un coche. Hasta ahí, nada nuevo. Pero luego notará una extraña presencia que le persigue con la sana intención de acabar con su vida. Suena a copia de Destino Mortal (James Wong, 2000) pero, por lo visto, su director ha sabido darle un toque personal hasta lograr una película que va más allá de los trillados caminos por los que suele transitar este tipo de producciones.
El misterioso entre resulta ser una especie de enfermedad sexual paranormal. La única posibilidad para escapar al maleficio es liarse con otro y contagiarle, pero si alguien rompe la cadena, entonces la maldición persigue a todos los anteriores. Así, a decir de los críticos, el director recurre a todos los clichés de una película para adolescentes pero les va dando la vuelta uno a uno.
Salvo por la protagonista Maika Monroe, a la que algunos recordarán por The Bling Ring (Sofia Coppola, 2013), el resto de los actores son poco o nada conocidos en nuestro país. Los aficionados a las series recordarán como mucho a Keir Gilchrist (el hijo de United States of Tara), pero del resto nada o casi nada ha llegado a España: Olivia Luccardi, Lili Sepe, Jake Weary o Daniel Zovatto. Eso sí, todos muy guapos como corresponde a una película de ‘pandilla de amigos' americana.
ÉXITO DEL BOCA A BOCA
Del director y guionista David Robert Michell poco se puede decir. Su anterior película, y también su estreno tras las cámaras, fue El mito de la adolescencia (2010) y pasó totalmente desapercibida en nuestro país. Aún así se llevó el premio del jurado en el prestigioso festival de Deauville (Francia), dos más en el Géardemer Film Festival (Alemania) y un nominación en Cannes en 2014.
En Estados Unidos, la cinta ha tenido una trayectoria comercial bastante exitosa gracias, principalmente, al boca a boca. Con un presupuesto de 2 millones de dólares, en su primera semana apenas se proyecto en cuatro pantallas y cosechó unos magros 160.000 dólares. Sin embargo, en menos de un mes llegó a más de 1.600 cines y la taquilla (a nivel mundial) ha alcanzado los 10 millones de dólares. Por lo visto, pide secuela a gritos.
Un dato curioso, es que David Robert Mitchell explicó que la idea de la película se basa en una pesadilla recurrente que tuvo durante años y en la que un ente desconocido le perseguía lentamente, pero sin descanso, y por mucho que corriera nunca podía escapar de él. El broma, aludiendo al tema de su película, aseguró durante el estreno que "ni un preservativo ni las relaciones entre gente del mismo sexo te pueden mantener a salvo" de la misteriosa entidad que persigue a la protagonista. Ya se sabe: primer amor, primer dolor.
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