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MADRID (EUROPA PRESS - Andrea Stampa). Es cierto que las comparaciones odiosas y más aún cuando la chica con la que te comparan no es otra que nuestras modelos más internacionales y una de las indiscutibles de la Cibeles Madrid Fashion Week, Clara Alonso. Sin embargo, y aunque físico y atributos no le faltan a Marion Cotillard, sí le haría falta tomar nota del impecable estilo de nuestra modelo al elegir el mismo vestido que ella lució previamente pero con mucha menos gracia.

Si hace un mes veíamos a la actriz francesa luciendo el vestido de cuero de Christian Dior con escote de corazón y amplia falda de vuelo de su colección Otoño-Invierno 2010 (en la imagen), hace unos días pudimos ver a nuestra modelo española Clara Alonso con el mismo vestido para asistir como invitada a la gala de los MTV Europe Music Awards.

Y echando un vistazo a la imagen cuesta reconocer que se trata del mismo vestido viendo cómo un escote excesivo o unos complementos poco acertados pueden hacer de un maravilloso traje un auténtico desastre.

Y no es porque a la actriz de Origen le falte físico o belleza, pero esa vez se olvidó en casa la elegancia de la que suele hacer gala en sus demás apariciones públicas. En el estreno parisino de Les Petits Mouchoirs, Cotillard combinó su Dior -excesivamente largo para ser un vestido corto- con un look un tanto gótico. Uñas y labios rojo pasión, el pelo demasiado oscuro y con cierto aspecto despeinado y unos zapatos que no le hacían justicia.

Todo lo contrario que Clara Alonso. Es una de las pocas modelos españolas que ha desfilado para la prestigiosa firma de lencería Victoria's Secret y se ha subido a las pasarelas de medio mundo.

Quizás por ello supo lucir este traje de Dior mucho mejor que Marion, más sencilla y prescindiendo de grandes complementos o de un maquillaje excesivo. Clara combinó su vestido con unos altísimos zapatos de salón negros de Louboutin -modelo Pigalle, el preferido de Kate Moss- y se decantó por un maquillaje muy natural y poco marcado.

Y es que el vestido por sí sólo ya era más que suficiente como para combinarlo con un color tan agresivo como el rojo. Sin embargo, peor que el rojo de sus labios y sus uñas, Marion patinó al dejar al descubierto demasiada carne y más delantera de la necesaria.