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LA CIUDAD Y SUS VICIOS

Estos son los edificios más feos de Valencia (según los arquitectos)

VICENT MOLINS. 23/05/2015 Ocho arquitectos eligen sus atrocidades favoritas de la ciutat. Las peores construcciones por motivos unas veces obvios y otras también

VALENCIA. Llámale fetiche, llámale perversión, llámale desviación. El otro día pillé a un amigo, Paco Ballester, contándome sobreexcitado su aventura con el brutalismo del cap i casal. He visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. Y el parking de la calle Embajador Vich. "Un OVNI de hormigón, un bunker a escasos metros del Palacio del Marqués de Dos Aguas". Pero qué mazacote hormigonero. Pero qué terror.

Como somos tela competitivos quise consultar a 8 arquitectos (y algunos más) para que, acudiendo a la morgue de los fracasos arquitectónicos, eligiesen los que son a su juicio los edificios más monstruosos de la ciutat por motivos de índole variada. Algunos de los profesionales sondeados, convertido el horror en tabú, prefirieron guardarse sus elecciones en el cajón de los secretos. Otros, en cambio, se expresaron con fruición.

Qué bonica está Valencia, salvo en algunas cosas. Adelante. Construcciones deformes, construcciones agresivas con su entorno que ni un cangrejo americano, construcciones advertencia de un tiempo fatal que estuvo a punto de suceder. Como dirá uno de los arquitectos, "puede que no sean los más feos, pero sí los que más daño me hacen".

1. Torre de viviendas en la Calle Na Jordana 32

Que aparezca el emoji del whatsapp con cara de grito de Munch. Terror, un aviso de lo que pudo ser. La arquitecta María Oliver, admiradora de Renzo Piano y miembro del estudio Mixuro, lo escoge porque es "una torre anodina, mal conservada, dos medianeras inmensas, una fachada que sería impropia hasta del más infame interior de manzana, pero que aquí aparece como la peor cara de Ciutat Vella frente al río". Y no es sólo un terror formal.

"Llevo toda la vida viendo este edificio sobresalir entre los austeros campanarios, se ríe en nuestra cara, aquí estoy. Memoria de que en algún momento la ciudadanía dio por bueno el proyecto de arrasar Ciutat Vella, de convertir el viejo cauce del Turia en una autopista, de eliminar los parterres de las Grandes Vías. Pero también pienso que podría no ser el único, que podríamos haber perdido mucho más".

2. Sede de CCOO en Plaza Nápoles y Sicilia

La sede de CCOO genera tanta animadversión que ni que le preguntáramos a Urdaci. La doctora especializada en patrimonio industrial y rehabilitación, Diana Sánchez Mustieles, le dedica estas palabras: "que me perdonen mis compañeros por decir que es uno de los edificios más feos en lugar de decir que es poco estético o con diseño poco cuidado, pero así lo siento. Al entrar en esta plaza no esperas un edificio como este presidiendo, un edificio en ladrillo con carpintería roja y un remate superior como una ¿reinterpretación? de un frontón".

Álvaro Navarro, de NYC arquitectos, se sobrecogió desde la primera vez: "Desde muy pequeño, y sin todavía tener mejor o peor educado el gusto, me chirría por su arquitectura y el daño que hace a su entorno histórico". 

3. Edificios de oficinas en Plaza Ayuntamiento, 19 y 20

Más que brutalismo, una aportación bien calamitosa en la esquina con la calle Barcas para diferenciarse del resto de construcciones de la Plaza del Ayuntamiento. "A ver cómo rompo al máximo con la estética predominante", debió decirse para sí el autor intelectual de esta masacre. "Considero -sigue Sánchez Mustieles- que tiene gran importancia adaptarse al entorno, y no lo hace en absoluto. Son insípidos, con fachada de vidrio, que se podrían haber construido en cualquier otro sitio, pero no aquí". Mi amigo Ballester me adentra en sus profundidades: "Los interiores son aburridos, los pasillos que conectan los despachos oscuros y sin alma. El oficinismo presencial llevado a la arquitectura urbana".

4. Balneario Las Arenas 

Vale, hasta ahora hemos visto ejemplos de intervenciones fuera de lugar. Hagamos paréntesis para ver un ejemplo de intervenciones hechas sobre rincones admirables que han acabado siendo espeluznantes. Y todas las miradas de nuestros arquitectos de cabecera apuntan al balneario Las Arenas. Por hacer una interpretación libre, como operarse los morros y pasarse.

"Los verdaderos horrores de Valencia son simbólicos, son oportunidades perdidas -me introduce María Oliver-. Cuando se plantea la construcción de un hotel en el Balneario Las Arenas podríamos haber tenido una magnífica obra de arquitectura contemporánea, pero no, tenemos un pastiche al más puro estilo costa oeste americana que además consigue fagocitar nuestro delicado patrimonio generando tal ruido estético a su alrededor que es imposible comprender que en algún momento aquello fue un balneario de intenso carácter popular. La relación con la ciudad es intencionadamente distante, es un complejo elitista y te lo hace saber en cada detalle: tú no puedes entrar aquí, ni acercarte. La duda siempre en Valencia es si esta actitud urbana provoca rechazo o envidia en la ciudadanía". Para Álvaro Navarro "una pena haber roto el origen modernista que tenía el balneario, creando esa barrera mazacote con quienes no convive".

5. Antiguo edificio municipal de la plaza América

Que el ritmo no pare, no, que el ritmo no pare. Directos a la casuística de edificios de propiedad institucional con los que se ha hecho... cualquier cosa. José Ramón Tramoyeres, de Green Geometries Laboratory, compañero que fue de Zaha Hadid y Calatrava, apunta al edificio de la plaza América por su funesto simbolismo. "Se hizo en el antiguo edificio municipal fruto de un concurso convocado por una inmobiliaria. Supuestamente el Ayuntamiento cedía este edificio a cambio de que se convocara un concurso abierto, pues el edificio estaba situado en un lugar importante de la ciudad y debía mejorar el entorno urbano y más cosas que no recuerdo. Fue una tomadura de pelo. Afortunadamente no participamos. El edificio es completamente anodino, falto de cualquier interés y de nula aportación tanto social, urbana o técnica".

El arquitecto Miguel Arraiz señala, atiendan, al Palau de la Generalitat: "uno de los peores edificios en la parte recayente a la Plaza de Manises, porque es un falso histórico construido en los años 60, la única parte original es la torre recayente a la Plaza de la Virgen. Y la arquitectura puede ser bonita o fea, pero no debería intentar engañarnos. Por otro lado la arquitectura tiene que ser funcional, y siempre he oído que la Generalitat no funciona...".

6. Torres Coresol, en el barrio de La Torre

Una aproximación a Gotham City, versión cap i casal. No es lo que tiene, es lo que es. "Atrapado en la no ciudad, entre las vías del tren, la V30 y las huertas que rodean la carretera de Malilla", me está explicando María Oliver. "Es difícil imaginar la vida en las calles que lo circundan. El edificio nos habla de una ciudad que no va a existir, por lo menos de momento. Una ciudad de edificios mole, impersonales y masificados. Edificios que no generan calles donde encontrarse, ni comercios de barrio, ni espacios que construir colectivamente. Una serie de edificios que han ido construyendo a ritmo vertiginoso la no-Valencia que encontramos en todos los barrios periféricos y que avisan de que su función no es de borde con el entorno natural, sino que son una continuación de una ciudad agresiva que no piensa dejar de crecer". 

7. Torre de Miramar

Toma hit. La era de la estimulación constructiva tras los tiempos del boom, aquí presente, pegando gritos. Pero a todo pulmón.

Es la torre Miramar, un mirador sobre el túnel de la avenida Cataluña desde el que apenas se puede mirar el mar. "Uno de los ejemplos más flagrantes de mala gestión de dinero público", refleja Javier Hidalgo, de Hidalgomora Arquitectura. Más claro no se puede decir.

"Torre-mirador de 45 metros de altura, un edificio coronado por una caja de vidrio de color oscuro de dudoso gusto y nula utilidad, cuyo ascensor dejó de funcionar poco después de su apertura. Además la vista es decepcionante: el mar apenas se intuye en el horizonte oculto tras una selva de ladrillo y asfalto". ¡Viva!

8. Rotonda del Palacio de Congresos

Rotondas, rotondas, que es lo que les gusta. La Avenida de las Cortes, en uno de sus giros cruciales, resulta un intenso homenaje a Las Vegas, considera Merxe Navarro, divulgadora arquitectónica y responsable de 'Brutalment Valencià'. Con un daño colateral evidente: "El Palacio de Congresos de Sir Norman Foster se encuentra en un contexto que agrava el problema de proporción del proyecto, la escala del Palacio debería tener una mayor presencia. En una zona de la ciudad más próxima al mar o con una escala urbana menor podría haber resultado. Y al otro lado de la avenida está el casino, que aunque es cierto que la arquitectura de los casinos no suele ser en absoluto modesta, en este caso la composición de la fachada principal resulta un pastiche de luz y color".

9. Complejo 9 d'Octubre (antigua Cárcel Modelo)

O el cangrejo americano zampándose al cangrejo local. "De las actuaciones más desastrosas que se han llevado a cabo en las últimas décadas en Valencia", introduce, así suavemente, Javier Hidalgo. "Cómo el patrimonio se ve demasiado a menudo supeditado a los intereses políticos y económicos.
La construcción de cuatro enormes torres de hormigón y vidrio, tres de 9 alturas y una de 16, de una volumetría absolutamente fuera de escala, en los patios del antiguo centro penitenciario, ha supuesto una terrible agresión al paisaje y al patrimonio urbanístico y arquitectónico de la ciudad, afectando gravemente a uno de los edificios más interesantes de finales del XIX valenciano, obra de Joaquín María Belda, uno de los arquitectos valencianos más destacados de su época, autor de edificios tan importantes para Valencia como la Casa de la Beneficencia o la Estación del Pont de Fusta. El protagonismo intimidante del conjunto lo han adquirido las nuevas y desproporcionadas torres, mientras que el bien protegido, declarado patrimonio artístico ya en 1979 por el Ministerio de Cultura, se empequeñece y se ningunea".

10. Nuevo retén de la Policía Local y Bomberos en el Carmen

Aparición estelar. Cómo construir un edificio de policía y bomberos y no dejar contentos ni a los vecinos, ni a las policía, ni a los bomberos, ni tampoco a los arquitectos. Elefante en la cacharrería. "La prueba de que no se han aprendido errores del pasado —valora Álvaro Navarro—. La policía de la arquitectura no supo poner freno a este edificio desproporcionado y poco respetuoso con, de nuevo, su entorno histórico".

Tendremos una segunda parte. Qué remedio.

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13 comentarios

Jorge escribió
25/05/2015 09:43

¿Y la sede del Colegio de Arquitectos en la calle Hernán Cortes? En casa de herrero....

ignacio pombo escribió
24/05/2015 13:20

lo que se lleva la palma es la avenida cortes valencianas y los horrendos conjuntos de edificios que se amontonan allí; se dice que queria ser el Paseo de la Castellana de Valencia y por eso pusieron alli el nuevo mestalla (bernabeu)

Enrique Benedé escribió
24/05/2015 13:14

Y que me dicen del erdificio de cristales en la calle de la paz esquina plaza de la reina?

jose ruiz escribió
24/05/2015 10:27

Considero que las criticas por el continente, deberian ir acompañadas por las calidades exterores y el contenido interior.

Vicent Molins escribió
24/05/2015 09:27

Hombre José, pero qué tipo de censura si los nombres son públicos a golpe de Google. Lo apunto en cualquier caso como sugerencia porque haber puesto la autoría de cada obra es verdad que añade información valiosa.

angel escribió
24/05/2015 08:27

Nyà que ser inutils! Si l'edifci de comisions tinguera les carpinteries d'un altre color no estaria a la llista. Y lo sabes!

XYZ escribió
24/05/2015 07:52

Falta el monstruoso edificio frente a San Miguel de los Reyes. ¡¡Que lo dinamiten YAAAA!!

Carolina escribió
24/05/2015 03:04

Para feo feo el Mestalla, que parece un aparcamiento.

Amalia escribió
23/05/2015 22:09

Añadiria, la plaza redonda, en vez de restaurar, la han renovado. Un horror. Lo bonita q era, y la han.....

Siempre els mateixos escribió
23/05/2015 17:47

Estant d'acord amb el proposit, i alguns dels edificis, estaria be conèixer l'obra d'alguns opinadors mediàtics d'última hora que tenen la solució a tot problema de la ciutat, aquells que acostant-se al poder no han pogut medrar, i ara ho fan amb els nous polítics.

José Ombuena escribió
23/05/2015 11:21

Echo en falta los nombres de los arquitectos o despachos que diseñaron semejantes despropósitos. Y de los alcaldes que lo permitieron. Esa autocensura que te impones no me gusta, Molins. ¡Di los nombres! ¡Sueltate el pelo!

23/05/2015 10:01

No estaría nada mal derribar la "Torre de Miramar" que tiene aspecto de torre de campo de concentración y que recuerda las tristes ocurrencias del Sr. Camps

Luis escribió
23/05/2015 08:53

Para mi el primer lugar sería para la sede de CCOO, el edificio de oficinas de la Plaza del Ayuntamiento en segundo lugar y en tercer lugar la torre de Na Jordana. Son horribles todos.

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