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VALENCIA. Vuelve el hombre. Ya es oficial. Frank Miller (EEUU, 1957), uno de los autores más grandes de la historia del cómic, regresa a las librerías. Tras un silencio de casi cuatro años -Holly Terror, su anterior trabajo, se publicó en 2011- el dibujante ha anunciado que el próximo otoño saldrá a la venta la tercera (¿y última?) entrega de El Regreso del Caballero Oscuro (1986), el tebeo más influyente de los 80 con permiso de Watchmen (Alan Moore  y  Dave Gibbons, 1986).

De momento poco, más bien nada, se sabe de DK III: The Master Race. Tras el fracaso, sobre todo de crítica, de la segunda entrega (El Contrataque el Caballero Oscuro,  2001), y que su último trabajo (Holly War, un Batman contra Al Qaeda sin Batman) es uno de sus obras menos interesantes, las expectativas son máximas. Sobre todo para ver si tras superar lo que eufemísticamente se suele llamar una ‘larga enfermedad' Miller vuelve a ser el de las grandes ocasiones.

UN NUEVO EQUIPO

La noticia es buena por partida doble ya que el maestro no vuelve solo sino con uno de los mejores guionistas de los últimos años: Brian Azzarello (100 Balas). El de Ohio es toda una garantía ya que conoce bien el personaje y sabe cómo exprimirlo (Batman: Broken City, 2005, es muy grande).

De hecho, Azzarello ya tiene suficiente experiencia en darle una vuelta a algunos personajes plenamente consolidados y aportar su pequeño granito de arena. Lo hizo en más de una ocasión, nada menos que con el semi-dios Richard Corben al dibujo, con Power Man (Cage, 2011), Constantine (Hellblazer: Hard Time, 2000) o Hulk (Banner, 2001) por citar solo algunos ejemplos.

Así, será la única de las tres entregas en la que el autor de 300 colabora con alguien en la redacción del texto. Un dato a tener en cuenta ya que desde los 80 -cuando puso su arte al servicio de Chris Clarmont, Robert McKenzies, Mike W. Barr...- él es más de escribir sus propias historias o de hacerlo para otros (John Romita, Bill Sienkiewicz, Geof Darrow, Jim Lee...).

Por lo que se sabe, no participará en DK III nadie de la primera entrega. Klaus Janson solo entintó la primera y hace años que no trabajan juntos. Tampoco estará su ex mujer, la colorista Lynn Varley, con la que no colabora desde que se divorciaron en 2005.

EL CABALLERO OSCURO

El Caballero Oscuro es uno de esos tebeos que ayudó a sacar a los superhéroes de su eterna adolescencia. Miller ya había demostrado su savoir faire durante su etapa de Dare Devil para Marvel (1979-1983) así que para el hombre murciélago DC le dio una libertad creativa absoluta que aprovechó para demostar de lo que era capaz.

Así, creó un futuro distópico en el que Gotham está peor que nunca: una banda de criminales conocida como los Mutantes controla una ciudad inmersa en una terrible ola de calor. El único superhéroe en activo es Superman, pero la censura se encarga de que sus andanzas no lleguen al público. Bruce Wayne, con 55 años y retirado una década tras la muerte de Robin, decide volver a calzarse el disfraz y liarse a mamporros con todo bicho viviente.

Desde entonces, Batman no volvió a ser el mismo. La trilogía de Christopher Nolan y sobre todo la futura Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (Zack Snyder, 2016) beben directamente de la mini-serie de Miller.

UN HOMBRE POLÉMICO

Sdemás de a los cómics, Miller es un gran aficionado a las polémicas. En ocasiones incluso se le ha acusado de ser un ultraderechista, dada su afición a la violencia más extrema y sus opiniones políticas extremas. Cuando publicó su aclamada 300 (1998), basado en la batalla de las Termópilas desde el punto de vista de los espartanos, algunos quisieron ver una metáfora pro-Bush de la primera  invasión de Irak.

Por supuesto, él se encargó de echar leña al fuego. Con motivo del estreno de la versión para la gran pantalla (Zack Snyder, 2007) reconoció que la sociedad espartana era un tanto fascista, y que él los veía un poco como los soldados de Operaciones Especiales americanos que, por aquel entonces, llevaban ya cuatro años buscando las inexistentes armas de destrucción masiva que sirvieron de excusa para derroca a Saddam Hussein y devolver a Irak a la Edad de Piedra con indiscutible éxito.

UNA BANDA DE VIOLADORES

Tampoco se mordió la lengua cuando miles de sus compatriotas salieron a la calle para reclamar cambios en la política económica de la Casa Blanca, en el peor momento de la crisis de la subprimes en 2009.

Quizás tenía en mente a Orson Welles cuando criticó a la izquierda americana por rendirse ante el senador Joseph McCarthy durante la ' Caza de Brujas 'para "salvar sus piscinas" al afirmar que los chicos de Occupy Wall Street no eran más que "una banda de palurdos, ladrones y violadores, una masa sin orden alimentada por la nostalgia de la era Woodstock". "Son unos payasos que no puedan hacer más que dañar a América", añadió.

Quizás tildarlo de fascista -así, sin más- como hacen algunos es reducir a Miller a una simple caricatura. Puede que sea más correcto verlo como un libertario que ha evolucionado hasta posiciones ultraconservadoras al hacerse mayor y dejarse por el camino parte del talento que le hizo famoso.

MILLER SE HA HECHO MAYOR

Él mismo ha reconocido que La Rebelión de Atlas, de esa gran chiflada que fue Ayn Rand  (1905 - 1982),  fue una de sus fuentes de inspiración para las andanzas de su personaje Marta Washington. El Objetivismo, la pseudofilosofía de la escritora rusa nacionalizada americana, también está muy presente en el Batman de la saga DK (sobre todo el segundo tomo).

Qué lejos está el dibujante de la época que pintaba a Ronald Reagan como un auténtico tarado en El Regreso Del Caballero Oscuro o a un presidente de EEUU tan corrupto como el de Elektra Assassin (1986).

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Todo esto no puede hacer olvidar que Miller ha sido un gran defensor de la libertad de expresión. En 1986 se creó en EEUU el Comic Book Legal Defense Fund (CBLDF) cuando el librero Michael Correa fue detenido y acusado de distribuir material obsceno por vender ejemplares de Omaha, gata bailarina, el personaje creado por Reed Walker. Fue el primero de varios ataques contra la Primera Enmienda en los tebeos por parte de la administración.

En 1997, se unió a la causa desafiando a la censura con Tales to Offend (Cuentos para Ofender), un divertido homenaje a los cómics de EC y al dibujante Wally Wood. En él, el protagonista Lance Blastoff se permite incluso la chulería de recomendar a los menores de edad que fumen. Por supuesto, los censores no se atrevieron con él.

SEXO Y VIOLENCIA, TAL CUAL

No contento con eso, volvió a golpear a los pocos meses con Sexo & Violencia (Dark Horse), una historia de la serie Sin City. Por entonces, los guardianes de la moral querían que determinados cómics se vendieran en bolsas negras (sólo se vería el título) e indicando que eran solo para mayores de 18 años, para salvaguardar a los más pequeños de tan terribles influencias.

El desafío fue claro. Ni ponía para mature readers en portada ni se le ocurrió distribuirlo con la famosa bolsita negra. "No creo que un cómic que se titula Sexo y Violencia necesite recordar que es para adulos" o algo así vino a decir. Nadie se atrevió a responderle.

Ideología y declive creativo al margen, lo cierto es que DK III está llamado a ser uno de los tebeos más esperados de 2015. Otra cosa es que esté a la altura de las expectativas. Toca esperar.