VALENCIA. Eran las 8:13 del jueves, cuando la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) recogía un hecho relevante de Uralita bajo la descripción de 'Reestructuración deuda financiera división aislantes con KKR mediante suscripción de una ampliación de capital'.
Para entendernos: el gigante mundial del capital riesgo KKR, uno de los acreedores de la cotizada controlada por la familia valenciana Serratosa en un 80% -y otro 10% está en manos de los consejeros afines-, se queda con algo más de dos tercios del negocio de Uralita para refinanciar su deuda.
DISMINUCIÓN DE LOS ACTIVOS
Hace poco más de dos años, Javier Serratosa lograba hacerse con la confianza del gigante KKR para salvar Uralita, al recibir un préstamo de 320 millones de euros de manos de Kohlberg Kravis & Roberts & Co. (KKR), uno de los mayores 'fondos buitres' del planeta, cuyos objetivos en Uralita no se han cumplido. Y de ahí que se vaya a quedar con el negocio de aislantes que opera a través de la marca Ursa Insulation Holding, que representa nada más y nada menos que el 70% del negocio del fabricante de materiales de construcción.
La operación, que deberá ser sometida a la junta general de accionistas para su aprobación -y deberá ser refrendada por las autoridades de la competencia-, provocará una disminución de los activos totales por valor de 400 millones, de la cifra de negocios en 407 millones y de la deuda financiera neta del grupo de unos 360 millones aunque la posición neta de tesorería reflejará unos 74 millones de euros, según la información que aportó la cotizada al organismo supervisor.
Nada más abrir Uralita en bolsa, sus acciones no tardaron mucho en caer con fuerza y dejarse algo más del 8% al tocar los 0,685 euros para antes de cumplirse el mediodía rebotar hasta los 0,73 euros -siempre por debajo de los 0,745 euros del cierre del miércoles- y finalmente despedir la sesión en los 0,72 euros. La caída fue del 3,36% siendo la tercera mayor de todo el Mercado Continuo tras las de Amper, que se desplomó un 47,37%, y Urbas (-4,55%).
"Está claro que al mercado no le gustó la operación porque deja en el aire un futuro incierto porque su negocio ha quedado mermado al 10% de la división aislantes -solo le quedará el de yesos y tuberías- de un valor que ha llegado a duplicar su valor este año pero que es de uno de los valores más estrechos de todo el parqué donde con un puñado de acciones se mueve", apuntan desde una mesa de intermediación bursátil madrileña consultada por Valencia Plaza.
Y no les falta razón porque hace tres semanas este diario publicó que había doblado su cotización en el parqué poniendo tierra de por medio de los mínimos de septiembre pasado (0,83 euros) y desde entonces ha mostrado un claro movimiento lateral. "Esperemos que sus resultados que están al caer reflejen algo de optimismo, pero visto lo visto la espectacular subida de los últimos meses se ha debido más a factores especulativos propios de este tipo de valores", señalan las mismas fuentes.
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