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VALENCIA. Ahora que se acercan las elecciones, y que tal vez las personas al frente de los "sitios"cambien, antes que nada, aquí os escribo unos ruegos.

En Valencia tenemos diseñadores e ilustradores de un nivel excelente, reconocidos con premios internacionales, presentes en exposiciones y publicaciones especializadas en todo el mundo. Nuestros profesionales reciben encargos de empresas con buen criterio, incluso de instituciones públicas de otros lugares, que suponen un gran reconocimiento. Cuando toméis la decisión de editar un cartel, un libro, un logotipo; por favor, contad con ellos. No es imprescindible editar muchas cosas (un poco menos de ruido también es de agradecer), pero cuando se haga, que se haga bien. Las obras de los buenos diseñadores e ilustradores no sólo cumplen perfectamente su función, sino que además son un valor cultural que nos mejora como sociedad, y un patrimonio para hoy y para la historia.

Los profesionales hemos dedicado muchos años a formarnos y a desarrollar nuestra labor en silencio. Hemos aprendido poco a poco, con el trabajo, y nos ha supuesto mucho esfuerzo llegar hasta aquí. Estaría bien que lo aprovecharais. No se debe poner en la misma balanza el trabajo de un profesional con trayectoria con la oferta del que se inicia, o con el del conocido al que le "hace ilusión" tener alguna obra publicada. Hay que pagar por los proyectos de diseño, los profesionales solo pretendemos ganarnos la vida con nuestro trabajo y no es justo ni razonable encargar los proyectos al mejor postor en una subasta a la baja.

Esta situación ha llevado a que algunos museos e instituciones, cuyas publicaciones deberían ser referencia por su calidad, estén sirviendo de plataforma desde la que "se estrenan" nuevos profesionales, a veces con resultados bochornosos. Hay algunas fórmulas para descubrir y apoyar a nuevos talentos, ya existen certámenes para eso, tal vez se necesite alguno más, pero no se debe seleccionar atendiendo únicamente a criterios de oferta económica o amiguismos, sin partir de la base de un adecuado nivel profesional.

No es aceptable tanto concurso abierto, tampoco es garantía de un buen resultado, de esto ya se ha hablado mucho. El trabajo y la dedicación profesional no se pueden regalar. Pero si se organiza un concurso, al menos convóquese al mejor jurado y comuníquese bien, facilitad la información necesaria para poder desarrollar el encargo y limitad de algún modo la participación. Esta es una actividad seria que ejercemos profesionales, no somos aficionados. Un proyecto de diseño o de ilustración se hace a medida del encargo, no es ético hacer trabajar a un número ilimitado de personas para que sólo una de ellas, no necesariamente la que lo ha realizado mejor, cobre por su trabajo. Encargad, o en todo caso, convocad concursos restringidos si queréis resultados profesionales. Como ciudadano también exijo buenos resultados.

El diseño gráfico y la comunicación cumplen una función. Un libro es para leer, entender su contenido, y para aprender de él. Un cartel es para comunicar una idea, para dejar constancia de un evento y para tener acceso a él. Todos estos elementos configuran además la identidad visual colectiva de la ciudad, nos representa a todos, no sólo a las instituciones que las editan, ni mucho menos a los partidos políticos que las regentan. Un cartel, como digo, se hace para presentar o anunciar una actividad concreta, no debe aprovecharse como soporte para hacer propaganda del estamento u organización de turno de la manera más evidente posible. No exijáis "vuestro logo más grande", no inventéis marchamos o eslóganes que solo pretenden situar la acción política por encima y a costa de la información efectiva de cualquier acto. Estad tranquilos, dedicaos a mejorar la calidad de las actividades, esa es la mejor publicidad que os podéis hacer.

Vuestros anuncios y marcas son nuestra referencia. Vuestras publicaciones están presentes en la vida diaria, en la ciudad. De ellas aprendemos todos, conocemos el uso correcto de la tipografía, nos educamos en la lectura de las imágenes, descubrimos los nuevos lenguajes visuales, avanzamos. El diseño es una de las principales expresiones de la cultura e intelectualidad de una sociedad, y hace visible el estado del momento por el que pasa. Por favor, poned el listón bien alto. Los comercios, las pequeñas empresas, las asociaciones culturales y de fiestas, los ciudadanos, os estamos mirando, aprendiendo, tomando nota. Luego imitaremos, aplicaremos lo aprendido, mejoraremos lo que hacemos y lo que somos. El diseño no hace que las cosas parezcan mejor, el diseño mejora las cosas. Recuperemos lo que nunca debimos perder, la calidad de nuestra imagen gráfica, y volvamos a ser un buen referente para otros. 

Somos muchos los que estamos esperando, imaginando algo mejor. Somos los diseñadores e ilustradores. Son también los arquitectos, los músicos, los fotógrafos, son los gestores culturales y los artistas visuales, los escritores, los profesionales del cine y del teatro. Somos los ciudadanos, y tenemos derecho a una ciudad mejor.
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*Ibán Ramón, diseñador