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VALENCIA. La Ciudad de la Luz sale a subasta por 94,4 millones de euros. Ese es el precio de salida que presenta el Consell en los pliegos de la subasta del complejo alicantino. Desde Hacienda anuciaron que se publicarán en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana, en el BOE y en el Diario Oficial de la Unión Europea, tras ser aprobadas por el consejo de administración de Ciudad de la Luz, y supondrán el pistoletazo de salida de una almoneda de futuro incierto por diversos motivos, principalmente de signo político.
Los 94,4 millones de euros de partida son el valor neto contable en el que la propia Generalitat tasa los seis platós, los almacenes, el back lot y el plató de agua. Saldrán a la venta en seis lotes y la cantidad es sensiblemente inferior a los 126,4 millones de euros en los que la misma administración valenciana tasó Ciudad de la Luz en julio de 2012.
En esta bajada ha influido la exclusión de un edifico de administración, a petición del Ayuntamiento de Alicante que pretende usarlo como Palacio de Congresos, y del centro de estudios, por el que está interesado la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI). También se excluyen el edificio de restauración y los aparcamientos subterráneo y en superficie.
En el pliego se observa la práctica desmembración del complejo, ya que por ejemplo se dividen los seis platós en tres lotes. Los platós 1 y 2 se venderían conjuntamente con el edificio de producción AP1 por un precio de salida de 16,84 millones de euros; los platós 3 y 4 y el edificio de producción AP2, por 23,37 millones; y los platós 5 y 6, y el edificio de producción, por 16,5 millones. Por su parte, los talleres y almacenes se venderían por 19,48 millones de euros, mientras que el backlot 1 saldría a la venta por 5,7 millones y el plató de agua y el backlot 2 por 12,4 millones.
La cantidad de partida es tres veces menor que el coste de construcción del complejo, reconocido por la propia Generalitat. Según la documentación que remitió en su día el Gobierno Valenciano a Bruselas, hablaba de unos gastos de construcción de 265 millones de euros. La Comisión Europea consideró en su momento que las ayudas que se habían concedido para la construcción eran ilegales, y forzó a Ciudad de la Luz a devolverlas al Consell. Ante la imposibilidad de ese extremo, se optó por una subasta que se inicia con meses de retraso sobre las fechas inicialmente previstas.
Una vez puesto en marcha el concurso, se abre ahora un plazo de 60 días para recabar las ofertas. Esto deja la decisión final de la venta en manos del nuevo gobierno autonómico que surja tras las elecciones. Y es aquí donde el resultado de los comicios puede desempeñar un papel fundamental en todo el proceso.
El candidato socialista Ximo Puig ya ha advertido de que no es partidario de la venta, y de igual manera se ha manifestado la candidata de Compromís, Mónica Oltra, a los productores audiovisuales valencianos. Por su parte, la candidata de Ciudadanos, Carolina Punset, ya ha mantenido un encuentro con los productores valencianos para preguntarles por su parecer. Con todo, el pliego contiene una cláusula que puede ser la puerta de salida para el futuro Consell, y es que en él se observa la posibilidad de dejar desierto el concurso en el caso de que todas las ofertas se consideren antieconómicas.
La publicación tardía de los pliegos se ha debido, según explicaban fuentes de la Conselleria de Hacienda, a pequeñas negociaciones en cuanto a la reparcelación de los terrenos y los Planes Especiales de Usos e Infraestructuras del complejo, así como la exclusión de los terrenos de titularidad pública que no son propiedad de Ciudad de la Luz.
Otro factor que explica el retraso en la puesta en marcha de la subasta ha sido la deuda que se mantenía con el productor español Gerardo Herrero. Según admitieron fuentes de la Generalitat, no fue hasta el pasado 29 de abril que se solventó esta deuda con dinero procedente del FLA. En total se le adeudaban a Castafiore Films y Tornasol Films la cantidad de 1.172.651,39 euros en función del convenio que esta empresa mantenía con Ciudad de la Luz.
Ya resuelta esta deuda, la Generalitat ha podido iniciar un expediente que se tramitará mediante procedimiento abierto, adjudicando el contrato al licitador que presente la oferta de precio más alto.
Si bien se ha hablado de muchos candidatos, la oferta más firme ha venido de parte de la sociedad CineMar Partners compuesta por constructores alicantinos y productores y profesionales del mundo del cine estadounidense próximos a Francis Ford Coppola. Desde esta empresa ya se avanzó una puja de 80 millones de euros por todo el complejo.
Junto a este candidato se han postulado también empresarios chinos, los estudios Pinewood en una operación que contaría con el beneplácito de Ridley Scott según fuentes del Consell, y los estudios Babelsberg, cuyo interés inicial era en realidad alquilar por un periodo que fuese de 20 a 30 años, extremo que entonces fue desestimado por la Generalitat por considerar que la Unión Europea no aceptaría esa posibilidad.
Desde la industria audiovisual valenciana lamentaban este miércoles que la subasta no vaya acompañada de medidas que pongan en valor el complejo alicantino. En este sentido abogaron por una reducción de impuestos del tramo autonómico para Ciudad de la Luz, de tal forma que tuviera incentivos financieros tan atractivos como las Islas Canarias o Andalucía, que se han convertido en destino habitual de superproducciones.
Así, un productor consultado aseguraba que el pliego de condiciones estaba realizado pensando en "cualquier otra actividad, pero no en la cinematográfica". En este sentido, calificó la subasta de "coja", ya que estimaron que se había puesto en marcha sin tener en cuenta el futuro del complejo, "obligados por la Comisión Europea, tarde y mal".
Los estudios, en los que se han rodado hasta la fecha más de 60 películas como Lo imposible y Astérix y Obélix en los Juegos Olímpicos, y que fueron calificados por Ridley Scott como los mejores del mundo, llevan más de un año y medio vacíos, sin actividad.
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