MADRID (EP). El vértigo es un trastorno que altera gravemente la calidad de vida, se estima que un 5% de la población sufrirá algún episodio de vértigo a lo largo de su vida y causa cerca de un 10% de las consultas en la Atención Primaria, siendo el 80% de causa periférica.
El vértigo periférico provoca la sensación de que todo se mueve, de forma rotatoria, alrededor del paciente. La causa más frecuente es el vértigo posicional benigno, que se suele tratarse mediante ejercicios autoaplicados y, excepcionalmente, mediante fármacos. En cuanto a la duración, pueden ser días o minutos.
DOS NUEVAS TÉCNICAS CONTRA EL VÉRTIGO
La manera de abordar clínicamente este problema podría cambiar gracias a la aplicación de dos nuevas técnicas en investigación que, por el momento, han demostrado resultados prometedores a la hora de resolver los síntomas del mareo.
Se trata de la maniobra diagnóstica Dix Hallpike y la terapéutica Epley, que están siendo investigadas por miembros del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol de Barcelona.
El 80% de las personas afectadas tiene que interrumpir su actividad diaria o bien tiene que pedir la baja laboral. "La persona se despierta por la mañana y ya desde la cama ve que toda la habitación gira cuando se mueve o prueba de levantarse. Las vueltas que nota duran poco, pero cuando hace algún otro movimiento con la cabeza, las nota nuevamente", señala el médico de familia e investigador del IDIAP, el doctor José Luis Ballvé.
Y durante el día, añade, "el paciente puede tener una sensación leve de inestabilidad y así que mueve la cabeza arriba o abajo vuelve a notar que todo gira. A veces, siente ganas de vomitar".
La consulta por mareo puede ser debida a casi cualquier enfermedad de cualquier sistema: neurológico, cardiológico, por anemias, efectos adversos de fármacos o problemas de salud mental (agorafobia, depresión, etc).
TIPOS DE VERTIGO
Hay dos tipos de vértigo, el central, ocasionado generalmente por problemas neurológicos y accidentes vasculares cerebrales, y el periférico, que es el más habitual y que está ocasionado normalmente por problemas en el oído interno. Diversos estudios sitúan su prevalencia en torno al 23% de la población, que en los casos de personas mayores de 60 años puede llegar al 30%.
El diagnóstico se realiza por interrogatorio de los síntomas y por exploración física en la consulta y no requiere pruebas complementarias, analíticas, o de imagen. "La bibliografía nacional e internacional y nuestra propia experiencia, ponen de manifiesto que ni las exploraciones diagnósticas ni las terapéuticas se realizan de forma rutinaria ni en las consultas de Atención Primaria ni en las urgencias de los hospitales", explica este experto.
En estos casos, el tratamiento más recomendado son las maniobras de colocación que se pueden hacer en pocos minutos en la consulta y que lo que pretenden es movilizar las litiasis (formación de cálculos) de los canales semicirculares hasta el utrículo donde dejan de provocar síntomas.
Por ello, el objetivo del estudio es demostrar cómo a través de dos maniobras sencillas --la maniobra diagnóstica Dix Hallpike y la terapéutica Epley -- el médico de familia puede, de manera factible y eficaz, solucionar el vértigo posicional benigno de sus pacientes.
Ballvé explica que con estas técnicas se mejora el diagnóstico y acierta antes en el tipo de vértigo que afecta al paciente. "Por tanto, cuando detectamos uno central, que es el tipo más peligroso, también lo haremos antes", añade.
El estudio se está llevando a cabo en dos centros de Atención Primaria (EAP Florida Norte y Sur del CAP Florida de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)) sobre una población asignada de 49.400 pacientes. El estudio contempla analizar la respuesta al cabo de un mes y, posteriormente, al año.
Respecto a la Técnica Epley, los investigadores esperan comprobar si es "eficaz a corto, medio y largo plazo" como tratamiento para el vértigo posicional benigno; mientras respecto a la maniobra Dix-Hallpike se esperan encontrar diferencias significativas (del 30% o más), entre el grupo de intervención y el grupo de control (al que se hace la maniobra simulada) y, también, en la mejora clínica de los pacientes.
"De hecho, esperamos poder demostrar la eficacia de las técnicas de maniobra en la resolución de los síntomas del vértigo ya en la primera semana, lo que puede acortar mucho la evolución de esta enfermedad (con todo lo que ello supone de calidad de vida, disminución del tiempo de baja y reducción del consumo de fármacos)", concluye.
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