-¿Cómo se ve la marcha de los mercados financieros desde Caixa Penedès?
-Los mercados financieros se han visto afectados desde principios de año por la volatilidad y opinamos que ésta tónica seguirá vigente durante todo 2010, año en el que veremos como se alternan noticias positivas sobre indicadores macroeconómicos a nivel global y noticias de desconfianza en mercados locales. Al igual que en 2009, este ejercicio también se está caracterizando por el esfuerzo de los gobiernos en lograr la recuperación del sector productivo y de los bancos centrales por apoyar al sector financiero como elemento indispensable para la estabilización de la actual crisis
A pesar de que el crecimiento global muestra síntomas de recuperación, la evolución del consumo es lenta y los mercados mantienen las dudas sobre su consolidación. El riesgo que los inversores percibían a principios de año sobre la evolución de las empresas privadas, que se concretó en las ampliaciones de los diferenciales de crédito, se ha trasladado a las dudas sobre la capacidad de los gobiernos en seguir manteniendo las ayudas públicas y en la posibilidad de asumir permanentemente unos elevados déficits públicos.
Los mercados seguirán guiándose hasta el verano por dos directrices, la primera es la prudencia extrema de los inversores, que se traduce en rápidos movimientos de venta en caso de dudas sobre el riesgo asumido en la inversión, y la segunda la elevada liquidez existente, que necesita ser rentabilizada, y que por ello genera importante posiciones compradoras cuando se percibe valor en un activo.
-¿Qué catalizadores deberían devolver la estabilidad a los mismos?
-Entendemos que la confianza en los mercados financieros se recuperará en el punto en que los inversores vean confirmados los datos de crecimiento global en la economía y principalmente con los primeros síntomas de recuperación del consumo privado y del mercado laboral en Europa y Estados Unidos. La salida de la crisis se verá favorecida por la rápida adaptación de las estructuras de las empresas a los nuevos niveles de producción y por que las familias han reducido su nivel de gasto dando paso a un significativo aumento del nivel de ahorro.
Es fundamental que se mantengan tanto las ayudas de los Gobiernos a los sectores productivos con políticas fiscales y planes de incentivación de la demanda, como que los bancos centrales sigan contribuyendo, con su política monetaria, a la estabilización del sector financiero. La velocidad del recorte o mantenimiento de estas ayudas marcará el éxito de la recuperación económica.
-¿No creen que hay una oferta excesiva de emisiones de deuda en el mercado? ¿Cómo se va a asimilar?
-El año 2009 se caracterizó por una fuerte reducción de la apelación de las empresas a los mercados de capitales y por elevada percepción de riesgo que asumían los inversores en la deuda corporativa, que contribuyeron a la contracción del mercado de deuda. Sin embargo entendemos que las emisiones que se lanzen en 2010, serán fácilmente absorbidas por los inversores gracias a la elevada liquidez existente que busca activos de calidad y a los atractivos diferenciales que ofrecen dichas operaciones.
Debemos destacar que probablemente en 2010 los inversores serán más selectivos en sus decisiones. En éste primer trimestre hemos detectado una clara preferencia por el riesgo corporativo con elevada calificación crediticia y por la deuda gubernamental. En ambos casos se obtienen rentabilidades elevadas con niveles de riesgo limitados.
-¿Hasta dónde piensan que va a llegar la apreciación del dólar frente al euro?
-Nuestro objetivo para 2010 estaba en mantener unos niveles de apreciación del euro hasta 1,41 unidades/dólar, teniendo en cuenta una evolución más lenta de la economía europea frente a la de estados unidos y previendo que la Fed aumentaría los tipos directores antes que el BCE.
Sin embargo los recientes episodios en la Comunidad Europea, han puesto en entredicho las cifras de crecimiento de las economías de algunos de sus países miembros y su capacidad económica para cumplir con los compromisos de su elevado endeudamiento, ello ha provocado movimientos especulativos contra el euro que le han situado en niveles de hace un año. Entendemos que la situación volverá a la normalidad.
El actual entorno dificulta hacer previsiones de divisa a largo plazo, nuestra percepción es que el dólar puede mantener los actuales niveles en las próximas semanas y que su fortaleza se basará en la mayor capacidad de reacción en política monetaria de la Fed frente al BCE y en las políticas de apoyo de la Unión Europea frente a sus miembros.
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