VALENCIA. La moda está en continuo cambio, se reinventa cada temporada de una manera hiperactiva: los estampados, las siluetas, los colores, los tejidos... Las firmas viven en una constante búsqueda de la novedad que deben integrar sin que chirríe en la imagen ultradefinida y singular de su propia identidad de marca. Lo nuevo debe encajar y convivir en armonía con la esencia, logo y color de la firma, es un tira y afloja agotador para los creativos.
Si pensamos en una firma de moda, quizá lo primero que venga a nuestra mente es su logo y un color, el color característico de la marca. El naranja Hermès, el gris Dior, el azul Tiffany, el rojo Valentino y el blanco y negro firmado Chanel, por citar solamente algunos ejemplos.
UN COLOR, UN MENSAJE, UNA MARCA.
No hay nada tan poderoso y atractivo visualmente como el color. Las firmas de moda, sobra decirlo, lo saben muy bien. El color que define a una marca es un factor diferenciador necesario en un mercado donde la competencia es enorme y además no para de crecer.
Existe una supuesta relación entre colores y estados de ánimo, todos lo hemos escuchado alguna vez y, seguramente, lo hayamos hecho dándole la misma credibilidad que a las predicciones de Esperanza Gracia. Sin embargo, a los psicólogos y a las marcas ésto no les parece ninguna tontería. Elena Tomás, psicóloga, defiende que nuestra habilidad para interpretar un color surge de mecanismos evolutivos más profundos que el lenguaje mediado por signos. Esto explica de algún modo que la elección de uno u otro color sea algo que hacemos prácticamente de manera inconsciente, un impulso ajeno a la razón derivado de lo que la naturaleza enseñó a nuestros antepasados sobre los colores. Por ejemplo, el azul del cielo y del agua se relaciona con el frío, el rojo del fuego y la sangre con el calor y las pasiones y el blanco con la pureza y la luz. Los colores tienen un significado casi inevitable para nuestro subconsciente que interpreta el mensaje sin que nos demos cuenta. Una mala elección de color y ni el bolso más bonito del mercado conseguiría hacernos morder el señuelo. Me cuesta creerlo pero eso dice la teoría de la psicología del color.
No es de extrañar pues, que las marcas dediquen tanto tiempo en elegir su color corporativo.
DEFENDIENDO SUS COLORES
Más allá de mensajes ancestrales, las firmas de moda protegen con recelo los colores que las identifican. Incluso son muchas las que han llegado a registrar un tono específico para garantizar la exclusividad de su color. Es el caso, por ejemplo, del famoso azul Tiffany. Este azul, ni celeste ni turquesa, que hace suspirar a medio mundo tiñendo las cajitas de esta joyería, es el PMS1837. Ese es, desde 1998, el color registrado por Tiffany en Pantone, empresa líder en la identificación y comunicación de colores.
Las firmas defienden sus colores y si es necesario, lo hacen incluso ante los tribunales. El caso más famoso es el de los zapatos Louboutin, el rojo de sus suelas ha sido motivo de dos batallas legales. La primera contra Zara en Francia, por vender unos tacones con una suela sospechosamente tan escarlata como la suya y, la segunda -más jugosa para la prensa si cabe-, enfrentándose a Yves Saint Laurent en Estados Unidos por unos zapatos también con el rojo subido en sus suelas. Tras perder el juicio contra Zara, Louboutin registró su Pantone. El rojo del deseo corresponde al nada atractivo nombre de P18-1663.
COLOR VS. LOGO
El color de una firma es tan identificable o, en algunos casos, más que su propio logo. Seguramente, muy pocos sabrán cómo es exactamente el logo que aparece grabado en la caja de una cartera de Hermès, pero sí identificarían su característico color naranja. En muchas ocasiones, el color se convierte en algo tanto o más representativo para una marca como su logo. Cuando el consumidor consigue identificarlo con esa facilidad, puede decirse que el color se ha convertido en un elemento de éxito para la marca.
PMS1837, AZUL TIFFANY
El azul Tiffany es posiblemente el color más antiguo de una firma de lujo y uno de los más identificables en todo el mundo. Fue elegido por su fundador, Charles Lewis Tiffany para la portada del primer catálogo anual de la firma, conocido como el "libro azul".
Hoy, el azul Tiffany está registrado y establecido con el mencionado Pantone PMS1837 que, por cierto, incluye el año de fundación de la firma en su referencia. Según la psicóloga Elena Tomás, el tono elegido por Tiffany cuenta con la combinación perfecta entre la sofisticación y frialdad del azul y la cercanía que aporta el verde.
NARANJA HERMÈS
El flamígero naranja de esta firma francesa tiene una curiosa historia. Durante la Segunda Guerra Mundial, las cajas de Hermès iban cubiertas de un papel en un pálido tono beige. Con la llegada de la Ocupación alemana, las existencias de dicho papel se agotaron por lo que Hermès tuvo que sustituirlo por el que había en stock, un intenso color naranja. Tras el fin de la Guerra, la firma mantuvo el color naranja aunque cambiándolo por uno de un tono algo más luminoso. En la actualidad, el "naranja Hermès" se ha convertido en algo tan represantativo para la firma como su famoso bolso Birkin o sus pañuelos carré.
"Las connotaciones psicológicas del naranja se relacionan con la abundancia, diversión y la energía. Además es un color positivo y puede resultar muy sensual", afirma la psicóloga Elena Tomás.
AZUL LANVIN
Jeanne Lanvin amaba tanto el color azul que registró una tonalidad de este color con su nombre. Lanvin encontró su azul en un libro sobre crisantemos y en 1923 compró su propia fábrica de tintes en Nanterre para asegurarse completamente el control de los colores empleados para elaborar sus prendas. El actual color de la casa francesa, sin embargo, cambió cuando Alber Elbaz fue nombrado director creativo, virando a un tono más oscuro combinado con la tipografía en negro.
ROJO VALENTINO
El diseñador italiano fue creador, no sólo de maravillosos vestidos, sino también de un tono de rojo inolvidable, el rojo Valentino. Este rojo amapola, sinónimo de sensualidad y elegancia es, sin duda, uno de los más represantativos del mundo de la moda. Un color cuya inspiración surge de nuestro país. Al diseñador italiano siempre le gustó el color rojo pero fue durante una noche en el teatro del Liceo, cuando un veinteañero Valentino se fijó en una elegante mujer vestida de rojo que destacaba entre el resto de mujeres del palco, la mayoría vestidas de negro. Aquel vestido rojo marcaría para siempre la carrera del diseñador y la imagen de su firma.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.