VALENCIA (CP/EFE). El actor Ryan Gosling se ha convertido en uno de los exponentes del cine independiente americano tras protagonizar Drive, Sólo Dios perdona, Blue Valentine o Cruce de caminos. Ahora continúa su andadura pero detrás de las cámaras con Lost River, una película que se presentó en el Festival de Cannes donde fue recibida con duras críticas.
La película cuenta la historia de un joven llamado Bones (Iain De Caestecker), que junto con su madre, encarnada por la televisiva Christina Hendricks, y su hermano pequeño, son prácticamente la única familia que aún no ha sido expulsada de su comunidad, visiblemente afectada por los duros tiempos que viven. Gosling revela en su opera prima, que se estrena este viernes, un inesperado paladar por lo macabro que trasciende la imagen de niño bueno con la que ha hecho furor en YouTube y que le llevó a debutar en el televisivo club de Mickey Mouse en 1993.
Aquel mismo año, el canadiense Gosling puso por primera vez un pie en Detroit (EE.UU.) y empezó a germinar la idea del que sería, dos décadas después, su primer largometraje como director y guionista, un viaje a la decadencia social, el abandono y el tormento, donde la esperanza es un lujo casi inalcanzable.
Lost River se centra en la vida marginal de una madre (Christina Hendricks) y sus dos hijos que habitan en una decrépita barriada de casas abandonadas que arden por las noches, vecinos ausentes, delincuentes trastornados y un maquiavélico y sádico prestamista. "Es una familia tratando de hacer lo que puede con las circunstancias que tiene, es como una historia de amor", dijo Gosling en un encuentro con periodistas en Los Ángeles, donde se esforzó en explicar cuál era el espíritu de un filme del que está "muy orgulloso" pese a que ha sido pésimamente recibido por la crítica.
A Lost River se le atragantó su presentación en el Festival de Cannes, donde fue catalogada de "insufriblemente presuntuosa" (The Guardian), una obra que parece hecha de "material prestado" (The Hollywood Reporter) y de producto con "remoto interés comercial" (Variety). De hecho, la película tuvo un estreno testimonial en Estados Unidos el 10 de abril, donde se proyectó en tres salas y recaudó 22.115 dólares (23.730 euros), según Box Office Mojo.
El resultado desmerece al reparto que encabeza Hendricks (Mad Men) y cuenta con Saoirse Ronan (Expiación), Ben Mendelsohn (El caballero oscuro: La leyenda renace) y la pareja de Gosling y madre de su hija Esmeralda, la actriz latina Eva Mendes, pero el director confía en que las "plataformas digitales" permitan que el filme "encuentre su audiencia".
La película fue concebida como un "cuento de hadas", en palabras de Gosling, que combina imágenes alegóricas con problemas mundanos, que refleja la depresión causada por la crisis económica en los suburbios de Detroit sin que Detroit sea protagonista y sin abordar temática política, financiera y social. "Quería centrarme en el paisaje emocional de estos personajes", explicó Gosling, que comenzó a trabajar en el proyecto cuando rodaba Los idus de marzo (2011) y durante un año exploró los alrededores de Detroit, grabó barriadas con su cámara de vídeo mientras escribía el guion y algunas de esas imágenes formaron parte del filme.
Gosling llevó su proyecto en bruto al mexicano Guillermo del Toro, con quien tiene "sensibilidades similares", y quien le animó a seguir adelante. "Me dijo que si yo no lo dirigía, lo haría él, y eso fue algo muy guay. Es como si el mago te da su espada y su escudo y te envía a tu aventura. Fue una de las primeras personas a las que le mostré la película cuando terminé la edición y él dijo: '¡Que te jodan! ¿Ésa es tu primera película?'", manifestó sonriente por el visto bueno del mexicano.
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