El centro de arte contemporáneo estrena rumbo por dentro pero también de puertas afuera a partir de su solar
VALENCIA. Por la sala de espera de la cuarta planta del IVAM, donde se ubican las oficinas, han pasado en los últimos meses buena parte de las voces de la ciutat, convocadas por el director José Miguel García Cortés, convertido en este tiempo en un emblema de escucha. Justo ahora hay un moscardón zumbando por entre la sala. Otro se había colado en un despacho pero han conseguido cargárselo con un ataque fumigante. "Ese moscardón debe ser la pareja del otro", se oye.
El IVAM de estos días se asemeja a una institución en pleno periodo postelectoral. Reciben a las fuerzas vivas, hablan de aplicar toda una batería de propuestas e intentan exterminar un pasado de sombra virulenta. Todo ello abriendo las puertas, fumigando. Hay un desajuste entre los tiempos de dentro y los de fuera; parecen dos calendarios diferentes. O tal que si el museo se hubiese adelantado a los acontecimientos, precipitando un visionario periodo en tránsito.
Cuando en febrero el colectivo Desayuno con Viandantes (http://www.valenciaplaza.com/ver/149630/500-asistentes-al-desayuno-con-viandantes-reivindican-la-ampliacion-del-ivam.html) y el museo se citaron para convocar un desayuno masivo en el patio trasero del IVAM, se editó un pequeño folleto en cuya contraportada aparecía la parte trasera de un frigorífico. Siempre se asegura que nada más feo como la parte de atrás de una nevera, pero el simbolismo de que el museo enclaustrado en sí mismo, el museo de la opacidad, abriera su solar, a espaldas del edificio, se entendió como una rebelión liberadora. El folleto rezaba lo siguiente: "Ahora, que de nuevo (el IVAM) tiene futuro, éste pasa también por repensar su parte trasera. Lo que se ve es el vacío y una medianera a modo de de fondo escénico en un solar longitudinal que contiene 2.800 metros cuadrados de oportunidades, escondidos tras una anodina tapia de 2,6 metros de altura".
Cómo hemos cambiado. El espacio destinado a levantar la ampliación del IVAM para mayor gloria urbana, mediante la cáscara onírica diseñada por Sejima y Nishizawa, luce hoy como bastión participativo desde el que "reconectar con la ciudad".
Adecuación a los tiempos. El 7 de marzo el museo propició un debate, una suerte de debate de investidura del nuevo IVAM, y uno de los invitados expresó su temor de que el rumbo distinto sólo supusiera una estrategia para enjuagar los dislates de ayer. Cambio convencido o cambio estético. En cualquier caso, un movimiento táctico de hábil estratega.
García Cortés guarda sobre la mesa de su despacho varios folletos, casi fanzines, que acaricia con las yemas de los dedos. Tiene la voz modulada con la potencia de alcalde de la movida. "Con el presupuesto que tenemos, el más bajo en 25 años, estamos haciendo más encuentros, más debates, más seminarios, que nunca", dice.
El IVAM se ha propuesto dar lustre a la parte trasera de su 'frigorífico'. Los 2800 metros cuadrados pasarán a ser -"es la intención"- un patio activo, un "laboratorio urbano". La ampliación por la vía más insospechada. "No olvidemos -avisa G.Cortés- que ese espacio se expropió para uso museístico. Se trata ni más ni menos de relacionar ese uso con los vecinos. Va encaminado a ser lugar de encuentros. Porque este museo, al menos bajo mi dirección, estará al servicio de la ciudadanía". El IVAM más callejero. "Estamos en negociaciones".
-¿Será la puerta de acceso al barrio?
-Somos conscientes de que nos encontramos en una situación geográfica peculiar, frente a la circunvalación, y si fuéramos capaces de darle un uso a ese espacio haríamos más accesible el arte a los vecinos. Se ha acabado la época en la que te acercabas a un museo con miedo. Lucharemos para que el solar pase de estar sucio, lleno de matojos y cerrado, a que sea un acceso al arte. Haremos todo lo imposible
-¿Si hubiera dinero se optaría también por abrir el solar a la calle?
-Cuando tienes dinero haces unas cosas y cuando no lo tienes haces otras, pero si no se tiene dinero, ¿vamos a dejar de hacer cosas? Pues no.
En un manifiesto del propio centro, bajo el título 'Museu és ciutat', se proclama que: "El solar anexo al Centre Julio González, recayente en las calles Na Jordana y Beneficiència, representa una oportunidad de acercar posturas entre propuestas participativas de índole cultural y social, el lugar idóneo para ponerlas en práctica y la posibilidad de una integración plena del IVAM en el Barrio del Carmen". El IVAM derribando sus tapias, dando voz a los de atrás.
"'En los deshechos del mundo se hace un nuevo mundo', decía Pasolini". Quien pronuncia la cita al otro lado del teléfono es el arquitecto David Estal, uno de los impulsores del encuentro de medio millar de vecinos en el solar. "Si la TATE o el Reina Sofía tuvieran un espacio así sería un lugar de eclosión, estaríamos hablando del solar de la TATE".
-¿Qué te sugiere la predisposición del museo de abrir a la ciudad esa área cerrada?, le pregunto a Estal.
-Es una apuesta valiente, podría ser la puerta al barrio, más allá de su zócalo principal, que marca cierta distancia. No es sólo un solar, es una zona. Podrían haber esperado cómodamente y decir "ya vendrá la ampliación...", pero han iniciado un proceso para compartirlo, sin decidirlo sólo ellos. Si se quiere que la ciudadanía se acerque al arte, el museo tiene que salir del propio museo. Pero para que gane credibilidad, a la participación en el solar se le debe dotar de presupuesto, porque si sin dinero se abre y con dinero se construye..
Para el patio trasero el fotógrafo Luis Montolio, tras plantar sus gigantofotos a lo largo del Carmen, tiene la intención de aportar una imagen todavía más grande ("unas 15 veces mayor") que jalone la fachada de ese solar y simbolice la nueva era. "El reto es muy difícil, debe ser el símbolo de una etapa revolucionaria. Pienso en reflejar la colección del IVAM, y colocar una bandera transparente liderando la revolución. Parte de esa foto se hará en la casa de Dalí en Cadaqués". Y concluye Montolio: "Me he contaminado de la pasión que transmite este IVAM. Porque Valencia está un poco virgen, está todo por hacer".
El moscardón que zumbaba en la sala de espera ya no se escucha al salir. El IVAM intenta airearse, se ha propuesto derribar muros y hacerse una enmienda a la totalidad. Sí en mi patio trasero.
Pero habrá que depurar la etapa anterior, digo yo. O es que de la noche a la mañana se pasa de ser el último centro de actividades del cartel Blasco-Ciscar a un centro democrático de vanguardia? Apoyamos a Cortés pero exigimos depuración de responsabilidad de la siniestra etapa anterior.
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