VALENCIA. "Es noche de fiesta, noche de baile, el moreno se arregla, prepara el cuerpo para ir al baile...". Pongo la rumbosa canción de Isabel Pantoja como banda sonora para la fiesta que organizó ValenciaPlaza por su V Aniversario. También podría endilgarla para hablar del programa que estrenó José Luis Moreno en TVE, pero ya están los tuiteros para insultarlo. Y el festorro de ValenciaPlaza fue mucho más divertido (aunque con menos tetas y medias de rejilla).
El presidente, Enrique Lucas, y el director, Cruz Sierra, han demostrado tener más poder de convocatoria que Melchor y Gaspar en la cabalgata de Reyes. Antes, el evento se celebraba en el edificio de La Bolsa. Este quinto aniversario se trasladó a La Rambleta y superó si cabe la afluencia de público. Animada por el espíritu de síntesis que me suele adornar, resumiré diciendo que el jueves estuvo allí la flor y nata, la nata con fresas y el banana split.
Según el rito del tachán, tachán a las siete y cuarto comenzó el goteo de invitados y se pudo pasar lista a todas las fuerzas políticas de esta ciudad: el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra; la portavoz del Consell, Mª José Catalá, el presidente de la Diputación, Alfonso Rus; los líderes del PSPV-PSOE, Ximo Puig; Compromís, Enric Morera; Esquerra Unida, Ignacio Blanco; Ciudadanos, Alexis Marí; y Podemos, Sergi González. Todos asistieron a título personal, ya que el luto oficial por el accidente aéreo suspendió todos los actos oficiales.
Si miraba a la izquierda, peces gordos como José Vicente Morata, Salvador Navarro, Javier López Mora, Diego Lorente, Rafael Aznar o Francisco Pons. Si miraba a la derecha, financieros como Alejandro Roda de Forinvest, Carmen de Miguel e Isabel Rubio de Bankia, Arturo Casinos, de la Asociación de Asesores Fiscales, y Vicente Montesinos, Emiliano García y Antonio Vidal de la Fundación Bancaja.
Emergiendo por encima de las cabezas apareció Paula Sánchez de Leon, ex delegada del Gobierno, fresca y como recién duchada. Muy cerca de ella se pudo ver al notario Carlos Pascual (a él siempre le dedico algún piropo, pero hoy me he tomado el día libre), Federico e Ignacio Varona del despacho Varona, y Francisco Puchol, con el que hablo mucho del Club de Encuentro Manuel Broseta.
El aniversario de ValenciaPlaza siempre tiene un marcado carácter económico y cierta querencia por el emprendedor, que es un palabro horrible pero en este caso es lo que es. Así pues, la noche lució su vocación emprendedora con invitados como Paco Tormo, Belén Fernández, Margarita Albors, Patricia Pastor, Diego Moya y Violeta Garín.
Una fiesta que se precie ha de tener una pizca de representación cultural, amén de cuarto y mitad de periodistas, así que a la inauguración acudieron también José Luis Moreno y Lucas Soler de Culturarts, y gente de la comunicación como Ferrán Belda, Bernardo Guzmán, Iñaki Zaragüeta, Pau Pérez Rico, Manuel Navarro, José Miguel Piquer, Anna Valls y Antonio Martínez, de Mercadona. Sin olvidar a artistas en diversas consideraciones profesionales como los pintores Pablo Noguera y Ximo Amigó y la chef Bárbara Amorós.
A ver, por partes. Como el tiempo acompañó, en la explanada exterior la gente apuraba sus cigarrillos antes de entrar y de pasar por el photocall. Ya en la sala de butacas los asientos delanteros tenían un cartel con el nombre de su dueño, como en los preparativos de los Óscar. El acto comenzó con una charla económica de Miguel Cardoso tan optimista que me he venido arriba y me acabo de comprar un bolso. Otro, sí, qué pasa.
Tras la presentación de Álvaro Mohorte, entregaron los premios de ValenciaPlaza Enrique Lucas, Cruz Sierra y Miguel Miró. Carlos Bertomeu recogió el de Empresa del Año para Air Nostrum y el fundador de la plataforma Peer Transfer, Iker Markaide, el Premio al Emprendedor.
Los hermanos Fayos fueron reconocidos con el de Cultura y Sociedad por su contribución en estas áreas desde sus teatros. Los Fayos, como Raphael, son imagen de marca. Decir Fayos equivale a subrayar una sustantividad instalada en la conciencia teatral colectiva. El Valencia Basket Club también recogió su premio. Pero no vi a ninguno de los jugadores cachas. Qué pena.
En la última parte los asistentes fuimos recompensados con un catering a base de canapés, jamón ibérico y cerveza Ámbar. Fue, en resumen, una noche especial en la que La Rambleta parecía el corral de la Pacheca con los invitados piropeando a los redactores del diario con tanto ardor que parecía que fueran a dar palmas. Y como escribió el director, Cruz Sierra, ‘Lo bueno está por llegar, amigos lectores'. Avisados quedan.
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