VALENCIA. Sin complejos ni descanso. Con 21 años, José Juan Fornés volvió del servicio militar a su pueblo de Pedreguer (Alicante) y convenció a su padre para ampliar el negocio familiar y poner en marcha un pequeño supermercado con seis trabajadores. «Mi idea era tener un medio de vida para formar una familia, pero te vas enamorando del negocio, notas que dominas, y vas creciendo», reconoce Fornés, presidente a sus 54 años de la cadena de supermercados Masymas, a través de la mercantil Juan Fornés Fornés SA: 121 centros y 2.300 trabajadores, 33 años más tarde del día que subió por primera vez la persiana.
Su previsión es seguir creciendo de forma orgánica con tres o cuatro aperturas anuales, pero hay que estar preparado para todo. «En estos últimos siete años hemos visto muchos cambios que se han producido muy rápido. A corto plazo no nos planteamos cambios, pero si se presenta una propuesta interesante podemos crecer con nuevas incorporaciones, como ya hemos hecho otras veces. Nos adaptaremos a cualquier idea que permita una mejora continua», apunta Fornés.
De hecho, este mismo año ha iniciado un nuevo proyecto que, vinculado a Masymas, cuenta con un sello propio que innova sobre el resto de propuestas que actualmente imperan en el mercado de la gran distribución. Se trata de Fornés by Masymas, un tipo de supermercado de pequeño formato en calles del centro empresarial y financiero de grandes ciudades con un horario mucho más amplio que un centro convencional y un personal reducido.
INNOVAR EN TERRENO CONOCIDO
Aunque entraría en la clasificación de las tiendas de conveniencia, la estructura logística que respalda el proyecto y la selección de un surtido de marcas conocidas y producto fresco obligan a tomar como referencia los modelos similares que existen en Reino Unido o Francia, pero que aún no habían tenido réplica en el mercado español.
En todo caso, este lanzamiento no responde a una euforia, sino a una voluntad de no pararse pese al contexto. Fornés no cree que la crisis haya dado sus últimos coletazos y recomienda prudencia. «Hay confianza, pero todavía es pronto para identificar una recuperación palpable», asegura. De hecho, sus previsiones señalan que estos primeros avances se produzcan en 2015, ya que «el ama de casa» tiene hoy un presupuesto ajustado al que el mercado debe adaptarse.
De hecho, Fornés repite que la clave de su negocio, y del de casi cualquiera, es «el trabajo constante, tener un modelo de negocio claro, conseguir precios competitivos y una oferta en función de las necesidades que se perciben en el cliente».
(Este artículo se publicó en el número de enero de 2015 de la revista Plaza)
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